martes, 17 de diciembre de 2024

Empieza la "cuenta atrás"


Falta una semana para la Navidad. El ritmo se acelera. Desde el 17 al 24 de diciembre, la liturgia de Adviento celebra las “ferias mayores”. En Hispanoamérica viven desde ayer una novena preparatoria de la Navidad con las famosas “posadas”, una tradición mexicana que se ha extendido a los países centroamericanos. En Colombia, Venezuela y Ecuador se celebra, más bien, la “novena de aguinaldos”. 

En ambos casos se trata de dar sabor popular a la recta final del Adviento, de modo que crezca en nosotros la expectación ante el Señor que se acerca. La liturgia y la piedad popular se dan la mano. Es una especie de festiva “cuenta atrás” que nos hace saborear más el misterio de la Navidad.


Precisamente hoy el papa Francisco cumple 88 años. Con criterios humanos, no parece la edad más adecuada para pastorear un rebaño tan grande como la Iglesia católica. Ha entrado de lleno en la cuarta edad. Su salud es precaria, aunque conserva una gran lucidez. Una de las críticas que se les ha hecho a Joe Biden y a Donald Trump es que son demasiado mayores para liderar un país tan poderoso como Estados Unidos. ¡Y más en un tiempo en el que lo juvenil se ha entronizado como paradigma de fuerza!

El Papa es mayor que ellos, pero sigue siendo un testigo que guía. Al verlo sentado en su silla de ruedas, es inevitable acordarse de las palabras del viejo Simeón cuando contempló al pequeño Jesús, objeto de la esperanza que lo había mantenido vivo: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel” (Lc 2,29-31). El papa Francisco ha deseado con ahínco acompañar el camino sinodal de la Iglesia y celebrar el jubileo de la esperanza. Seguramente ambas experiencias constituyen el mejor regalo de cumpleaños.


¿Cómo vivir esta última semana del Adviento sin sucumbir a las prisas y a las expectativas insatisfechas, sin apresurar demasiado el 
“modo Navidad”? Quizá la mejor manera consiste en aprender a tomar distancia de todo lo que nos estresa. La verdadera esperanza madura siempre en el silencio. No se puede esperar envueltos en ruidos. Un cierto ayuno digital y tiempos largos de silencio y oración pueden ser el mejor modo de permitir que la Palabra resuene de otra manera. 

Por otra parte, dejarse guiar por la sugestiva liturgia de estos días nos permite orientarnos en el sinfín de mensajes que se acumulan. La Palabra va siempre directa al corazón.

2 comentarios:

  1. No sé si soy exagerada, pero esta Navidad me resulta "diferente". Casi medio mundo en guerra. Los rehenes siguen presos más de tres años, si no recuerdo mal. En la católica España cada día otro asesinato. Y muy cerca, un ser muy querido cayendo en picado. No se ve luz aún al final del túnel.

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