sábado, 30 de marzo de 2019

Lógicamente

Hacía 40 días que no pasaba por el aeropuerto de Fiumicino, una cuaresma de ayuno aéreo. Aprovecho la espera de mi vuelo para teclear la entrada de hoy. Roma vive una primavera excesiva. Es una buena preparación para el otoño cálido que me aguarda en Buenos Aires. Mientras escribo, me entero de que el parlamento británico ha rechazado por tercera vez el plan de Brexit presentado por la primera ministra May. La cuerda se está tensando demasiado. Por alguna parte se va a romper. Me pregunto por qué tenemos que someter a un pueblo a esta tensión, pero sé que este tipo de preguntas no tienen respuestas claras. El Brexit es solo un símbolo de los muchos procesos extraños que estamos viviendo. 

Aprovecho la espera para leer algunos periódicos digitales. No quiero que el sueño robado a la noche pasada me pase factura antes de tiempo. Me llama la atención una entrevista a Jordi Évole, el director del programa Salvados de La Sexta. Le preguntan por la experiencia vivida en su conversación con el papa Francisco que se emitirá el próximo domingo. Lo que más me desconcierta es el uso del adverbio lógicamente en respuesta a una pregunta del entrevistador. Lo que Évole dice es: El Papa habla de una manera que te llega. A mí al menos me llegó, a pesar de las discrepancias que tengo con él. Lógicamente no estoy de acuerdo con muchas cosas que dice, pero con otras sí.

La última frase revela más de lo que a primera vista parece. Comprendo que Évole no esté de acuerdo con muchas de las cosas que dice el papa, pero no entiendo el uso del adverbio lógicamente al comienzo de la frase. Parece indicar que quienes estamos de acuerdo en muchas cosas con él no actuamos según la lógica. Respeto lógicamente –ahora sí– lo que Évole piense sobre los diversos asuntos éticos, pero las veces que lo he escuchado me parecía estar ante ese tipo de personas que parecen sentirse siempre obligadas a discrepar de los demás –sobre todo, de quienes ejercen alguna autoridad moral– para exhibir su aguda inteligencia, su espíritu crítico, su pedigrí periodístico y, en el fondo, quizá también su superioridad moral. ¿Cómo un periodista crítico, de izquierdas, va a sintonizar con el papa de Roma? Eso sería caer demasiado bajo. Lógicamente no está de acuerdo en muchas (no solo en algunas) cosas de las que el papa dice. A lo mejor me he pasado un poco, pero pocas veces un adverbio me ha parecido tan innecesario.

Un pasajero que está cerca de mí degusta con fruición un helado de cono. Utiliza cucharilla de plástico. La mayoría –como es normal desde hace años– entretiene la espera pegados al móvil. ¿Qué tendrá este adminículo que tanto atrae a pequeños y grandes? Alguien lo definió como “la heroína del siglo XXI”. Suena excesivo, pero de lo que no hay duda es de su carácter adictivo. Yo prefiero dejar lista esta entrada del blog porque no llegaré a Buenos Aires hasta el sábado a las dos de la tarde (hora europea). Espero compartir con los lectores del Rincón algo de lo que vaya viviendo durante los próximos dos meses en mi gira por los cuatro países del Cono Sur. Feliz finde.

1 comentario:

  1. Buen final de viaje... Esperaré tus comentarios... Además de profundizar en la fe me ayudan a ampliar cultura en muchos aspectos... Gracias.
    Un abrazo

    ResponderEliminar

En este espacio puedes compartir tus opiniones, críticas o sugerencias con toda libertad. No olvides que no estamos en un aula o en un plató de televisión. Este espacio es una tertulia de amigos. Si no tienes ID propio, entra como usuario Anónimo, aunque siempre se agradece saber quién es quién. Si lo deseas, puedes escribir tu nombre al final. Muchas gracias.