lunes, 13 de agosto de 2018

Una hermosa desconocida

Ayer, después de superar una formidable tormenta cruzando el puerto de Somosierra,  pasé la tarde en Villa Santa Mónica, una casa de espiritualidad de Becerrill de la Sierra, en la provincia de Madrid. Representé al Gobierno General de los Misioneros Claretianos en la celebración de los 75 años del Instituto Secular Filiación Cordimariana, uno de los grupos de la Familia Claretiana. Hacía calor, como corresponde a estas fechas en el corazón del verano. La Eucaristía comenzó a las 18,30. Preparada con mimo, discurrió con serenidad y belleza. La acción de gracias fue un precioso ejemplo de fe, creatividad y emoción. Siguió un piscolabis al aire libre en el que hubo cruces de saludos y conversaciones. Efemérides de este tipo inundan los meses de verano. Los humanos necesitamos celebrar algo que perdura en el tiempo. Celebramos bodas de plata, de oro, de platino y de cualquier metal que se precie. Recordamos fundaciones de casas e instituciones, matrimonios, profesiones y ordenaciones. Pronto comenzarán a celebrarse los aniversarios de rupturas y divorcios. Es como si quisiéramos atrapar el tiempo y condensarlo en un segundo para no sucumbir a la sensación de que todo es efímero. Necesitamos creer que las cosas y las personas dejamos huella, que la historia no es una sucesión de eventos inconexos, que una sutil trama une todo y le otorga significado. 

El sentimiento más frecuente es el de gratitud. Ayer se respiraba por los cuatro costados en Becerril de la Sierra. Las mujeres consagradas de Filiación Cordimariana se sentían agradecidas a Dios y a muchos hombres mujeres por los tres cuartos de siglo viviendo una vocación que resulta desconocida para la gran mayoría de las personas, incluyendo los propios cristianos y un buen número de sacerdotes. Ellas se presentan como mujeres que quieren vivir la consagración a Dios “en el corazón del mundo”. Hacen voto de castidad, pobreza y obediencia como expresión de su total entrega a Dios y a la Iglesia. Pero, a diferencia de las monjas y de las religiosas, su claustro es el mundo. Quieren vivir a cabalidad su condición de mujeres seculares. Por lo general, desarrollan profesiones civiles. La actual directora general de Filiación Cordimariana, por ejemplo, es abogada. Otras son profesoras, trabajadoras sociales, médicas, enfermeras, etc. Viven solas, con sus familias o en pequeños grupos, según lo más conveniente. El Corazón de María simboliza para ellas el santuario en el que se ofrecen a Dios como María y el hogar en el que aprenden el “arte mariano” de vivir; es decir, la escucha, la profundidad, la fe, la ternura, la compasión, el servicio, la cordialidad y, en definitiva, la alegría de haber encontrado el tesoro de Dios para compartirlo con los demás. Filiación Cordimariana es una familia carismática pequeña y discreta, pero muy activa. Es, por decirlo de manera muy entrañable, una “hermosa desconocida”. 

La variedad de vocaciones en la Iglesia es admirable. Todos seguimos al mismo Jesús y nos guiamos por el mismo Evangelio, pero lo hacemos de modos diversos. Algunas vocaciones son muy visibles (el matrimonio y el sacerdocio, por ejemplo), aunque no siempre se comprenda bien su verdadero significado. Todo el mundo sabe qué es un cura o una pareja cristiana. Otras (por ejemplo, la vida religiosa), aunque conocidas, resultan menos populares. Y algunas (la secularidad consagrada, las vírgenes consagradas y la vida eremítica) resultan casi invisibles. Pocas personas saben que existen. Pero, más allá de su grado de visibilidad y de su plausibilidad social, todas las vocaciones embellecen la diversidad eclesial, todas contribuyen a hacer más armonioso el Cuerpo de Cristo. La Iglesia no es una institución monolítica en la que todos piensan y hacen lo mismo y de la misma manera. Probablemente, en contra de lo que a primera vista pudiera parecer, no hay institución humana más plural y más capaz de acoger la continua novedad suscitada por el Espíritu Santo en el decurso del tiempo. Su fuerte anclaje en la tradición y su continua apertura al futuro hacen de ella una comunidad siempre joven. Se podrán multiplicar las críticas a sus pecados e incoherencias, pero esto no anula su dinamismo vital, su hálito creador. La abundancia y diversidad de vocaciones es uno de los signos más elocuentes.

No olvido que hoy, 13 de agosto, celebramos la memoria litúrgica de los 51 Beatos Mártires Claretianos de Barbastro. A ellos les encomiendo a todos los amigos del Rincón.

4 comentarios:

  1. Hoy, día especial, este de la fiesta de los 51 Beatos Mártires de Barbastro, también yo les encomiendo tu vida y tu misión... Gracias Gonzalo. Un abrazo

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  2. Gracias al P Gonzalo por acompañarnos y por sus palabras. Hoy también unidos a través de los Mártires de Barbastro. Julia

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  3. Gracias, Gonzalo, por tu cariñoso recuerdo de la celebración de ayer y mil gracias por tu participación y compañía. Te sabemos y sentimos hermano, de verdad.

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  4. Gracias, Gonzalo por el hermoso retrato que nos has hecho. Lo comrtiré con muchos... en especial con cercanos que aún no descubren que el Esp.Sto.sigue sucitando lo que nesecitamos para que SUA MOR se haga presente. Desde Uruguay el gozo de que seas nuestro HERMANO Abrazooo.Alma.

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