martes, 1 de junio de 2021

Dar razón de la fe


Hoy celebramos la memoria de san Justino, mártir. Aunque hay personajes célebres que llevan su nombre (por ejemplo, el cantante Justin Bieber o el primer ministro canadiense Justin Trudeau), no es un santo popular como san Antonio de Padua o san Francisco de Asís. Nacido en Flavia Neapolis (la actual Nablus) a principios del siglo II en el seno de una familia de colonos griegos, se convirtió al cristianismo siendo adulto. Murió decapitado en Roma, en tiempos del emperador Marco Aurelio, alrededor del año 165. Fue un auténtico apologeta; es decir, un defensor de la fe en diálogo con el paganismo. De sus muchas obras, solo conservamos un par de Apologías y su famoso Diálogo con Trifón. El Diálogo utiliza el recurso literario de una conversación intelectual entre Justino y un judío de nombre Trifón. El objetivo del diálogo es hacer ver que los cristianos son el verdadero pueblo de Dios.

Hoy no se estila mucho el estilo apologético. Solemos decir que la fe no necesita ser “defendida”, sino vivida. Es verdad. Pero la verdadera apología no es tanto una batalla sin cuartel contra quienes impugnan la fe, cuanto un esfuerzo por mostrar que la fe es una actitud coherente, racional, humana y liberadora. Hace bastante tiempo escribí una entrada sobre la obra Impenitente, escrita por el laico inglés Francis Spufford. Se trata como indica el mismo subtítulo de una defensa (apología) emocional de la fe. En realidad, el original inglés dice así: Why, despite everything, Christianity can still make surprising emotional sense. O sea: Por qué, a pesar de todo, el cristianismo puede seguir teniendo un sorprendente sentido emocional. Es una obra fresca, irreverente, irónica, en la que el autor “defiende” el sentido de la fe cristiana en este contexto posmoderno. 

Más allá de su acierto o fracaso, lo que importa es que algunos cristianos no renuncian a lanzarse a la arena de la discusión pública. Los cristianos podemos y debemos en muchas ocasiones dar razón de nuestra fe. Por arduo que resulte, no podemos retirarnos a los cuarteles de invierno por temor al ridículo o al rechazo. Si creemos que Jesús es la Verdad, tenemos que creer humildemente en la fuerza que la verdad tiene para abrirse paso. No somos sus lugartenientes, pero sí sus testigos. San Justino, el mártir del siglo II, es un ejemplo luminoso. Naturalmente, pagó su audacia con la vida. Es siempre el riesgo de quienes se atreven a confesar su fe en contextos intolerantes.

Acabamos de empezar el mes de junio. Algunos lectores me han sugerido que podría ser el momento adecuado para convocar un nuevo Encuentro Zoom para todos aquellos que quieran unirse. Teniendo en cuenta la experiencia de los anteriores, me ha parecido oportuno colocarlo el viernes 4 (una vez concluida la semana laboral) y a una hora (las 9 de la tarde de Europa) que facilite la participación de algunos amigos americanos. Os dejo los datos esenciales en el siguiente recuadro. Si alguno queréis confirmar vuestra participación, podéis hacerlo escribiendo un correo a: gonfersa@hotmail.com.


ENCUENTRO ZOOM

DE LOS AMIGOS DE “EL RINCÓN DE GUNDISALVUS”

Tema: Las lecciones de la pandemia para la vida cotidiana.

Fecha: Viernes 4 de junio a las 21:00 horas (9 de la tarde), hora de España e Italia.

Unirse a la reunión Zoom:

https://us02web.zoom.us/j/81276582482?pwd=dUI3bUhXVnRSK2dLRlFEVWZ4SkJmdz09

 ID de reunión: 812 7658 2482

Código de acceso: 067798

 

 


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