viernes, 20 de noviembre de 2020

El castillo interior

Hoy es uno de esos días en los que se acumulan muchos acontecimientos. Se cumplen 45 años de la muerte de Franco, que a mí me coincidió con mi etapa de novicio. Tal día como hoy, en 2005, fue beatificado el claretiano Andrés Solà Molist en Guadalajara (México). Hoy es también el Día Universal del Niño. Con este motivo, la Iglesia española ha convocado una Jornada de Oración por las Víctimas de Abusos. Cada uno de estos acontecimientos merecería una reflexión pausada. A pesar del paso del tiempo, Franco sigue presente en el debate político actual en España. Los mártires siempre nos recuerdan que la fe nunca hay que darla por supuesta. Tenemos que estar listos para testimoniarla, incluso cuando las situaciones se tuercen. El abuso de los menores es una de esas lacras que cuestionan nuestra verdadera humanidad. Cuando se da en el seno de la Iglesia, tenemos que reaccionar con rapidez, compasión y eficacia.

Yo he preferido centrarme hoy en un vídeo que un amigo mío carmelita me envió hace días desde Dublín. En él se presenta, de manera muy clara y breve, una obra de santa Teresa de Jesús que lleva por título Libro de las Moradas o Castillo Interior. Es muy probable que hayamos oído hablar de este libro, pero que nunca lo hayamos leído. O, si lo hemos hecho, tal vez no hemos llegado a entender su dinámica y actualidad. En realidad, es un tratado sobre la oración. O, quizá mejor, sobre el itinerario que, a través de la oración, nos va conduciendo a la plena comunión con Dios. He dudado un poco a la hora de escoger el tema de hoy porque parece que hay otros asuntos de actualidad que pueden resultar más atractivos. Si me he decidido por este, es porque creo que lo urgente no siempre tiene que prevalecer sobre lo importante.

Muchas personas quieren cultivar su interioridad y no saben cómo. Se sienten atraídas por el mundo oriental porque les parece que en él pueden encontrar lo que parece no hallarse en nuestra tradición cristiana. Vi hace unos días una entrevista con el joven actor Nicolás Coronado en la que mostraba su gran interés por la espiritualidad, el chamanismo y la práctica del yoga. Hay muchas personas como él, sobre todo entre artistas e intelectuales. Frente a la sequía inmensa producida por la sociedad materialista y consumista, sienten la necesidad de buscar “algo diferente”. Su gran sensibilidad los abre al mundo de la meditación. Algunos de ellos se introducen en él alejándose de sus raíces cristianas. Otros lo hacen sin renunciar a su pasado y algunos – los más jóvenes – no tienen especiales referencias de la tradición, asi que sienten que son pioneros en esta aventura.

Respeto mucho a quienes inician itinerarios de búsqueda espiritual, aunque no siempre comparta su estilo. Creo que el Espíritu de Dios es infinitamente más amplio que nuestros reducidos esquemas humanos. Quienes se abren con humildad y honradez al Misterio, acaban encontrándose en el terreno común de la unión con Dios. El mismo Espíritu puede suscitar caminos distintos, pero no divergentes. Por eso, me cuesta mucho entender a los cristianos que desprecian a quienes no hacen todo como ellos consideran que se debe hacer. También los discípulos de Jesús experimentaron esta tentación del desprecio. Jesús tuvo que ayudarles a descubrir que no era ese el camino adecuado. Leemos en el evangelio de Marcos: “Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros». Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro” (Mc 9,38-40). Estoy convencido de que también hoy abundan las personas que viven el Evangelio de Jesús sin ni siquiera conocer al Maestro. 

Desde una actitud de apertura y respeto hacia otros itinerarios, me parece conveniente conocer mejor los que nos ha legado nuestra propia tradición cristiana. A veces, mendigamos propuestas o nos quedamos seducidos por algo más “exótico” sencillamente porque no conocemos la riqueza extraordinaria que la Iglesia ha ido atesorando a lo largo de los siglos. En este contexto de redescubrimiento y aprecio de nuestras raíces, podemos acercarnos hoy a la obra de santa Teresa. Si somos capaces de ir más allá de la corteza del lenguaje del siglo XVI (por otra parte, muy sabroso), caeremos en la cuenta de que la propuesta de la Santa responde a nuestros anhelos actuales. Para quienes nos preguntamos qué podemos hacer, cómo podemos avanzar en los caminos del Señor, santa Teresa nos ofrece pistas seguras para emprender el camino de la oración. Os invito a ver el vídeo. Podemos después compartir después nuestras reacciones.



1 comentario:

  1. Es un video intenso, en el que se describe muy bien lo que son las Moradas, y lo hace didácticamente, con lo que podemos hacernos una idea, de lo que dice santa Teresa, antes de leer el libro.
    La primera impresión es que, el libro, es para personas especiales… No todos estamos preparados para vivir tan profundamente, pero la curiosidad me lleva a la lectura del libro, para algo lo has puesto a nuestro alcance.
    Gracias Gonzalo.
    DOLORS

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