miércoles, 12 de octubre de 2016

Para mí hoy es la Virgen de Pilar

Hoy es uno de esos días que tiene mil nombres. En España se celebra la Fiesta Nacional. Guinea Ecuatorial conmemora su independencia, acaecida en 1968. En muchos lugares de América se festeja el Día de la Raza. Tradicionalmente se asociaba esta fecha al Descubrimiento de América por parte de los españoles. Más tarde se habló de encuentro; luego de desencuentro. En tres países americanos (Argentina, Nicaragua y Venezuela) se reivindica el Día de la Resistencia Indígena. Por si fuera poco, la ONU recuerda el Día del Idioma Español. En Estados Unidos hoy es el Columbus Day. En algunas partes, es también el Día del locutor, de los granjeros, etc. O sea, que estamos ante una de esas fechas que concitan la atención de medio mundo. Para mí, por encima de todo, hoy, 12 de octubre, es la fiesta de la Virgen del Pilar, aunque en Italia pasa sin pena ni gloria.

¿Por qué una imagen de treinta y seis centímetros y medio de altura suscita tanta devoción? Porque, en su pequeñez material, evoca una maternidad grande de la que todos estamos necesitados. La pequeña imagen que se yergue sobre el pilar en la basílica de Zaragoza es un símbolo de ese pilar fuerte que precisamos para sostenernos en el camino de la vida. Estas cosas no se pueden explicar fácilmente. Los argumentos se me antojan siempre un poco pueriles o, por lo menos, insuficientes. Detrás de la devoción a la Virgen Madre late la cuestión de la fe. Como todas las devociones, también ésta concentra muchos elementos antropológicos y culturales, pero, al final, lo que cohesiona todo, lo que le da un sentido es la fe en la presencia espiritual de la madre de Jesús en medio del pueblo, su maternidad amorosa, su poder de intercesión. Hay un sexto sentido que permite intuir este misterio tras los ropajes folclóricos y las tradiciones más o menos exóticas. Por eso las gentes se vuelcan. Por eso la devoción resiste el paso del tiempo. Por eso ninguna corriente ideológica o ninguna moda puede liquidar un patrimonio enriquecido durante siglos de fe y entrega. Por eso muchos pueblos se sienten alegres. Por eso se reconocen como comunidad humana. No soy aragonés, pero vibro con la devoción de estas gentes.

Aprovecho para felicitar de corazón a todas mis amigas que llevan el nombre de  Pilar o María del Pilar.

Os dejo con la Gran Jota de la zarzuela “La Dolores”. 


1 comentario:

En este espacio puedes compartir tus opiniones, críticas o sugerencias con toda libertad. No olvides que no estamos en un aula o en un plató de televisión. Este espacio es una tertulia de amigos. Si no tienes ID propio, entra como usuario Anónimo, aunque siempre se agradece saber quién es quién. Si lo deseas, puedes escribir tu nombre al final. Muchas gracias.