miércoles, 26 de febrero de 2025

Jesús barre para casa


Esta mañana, mientras leía el evangelio de la misa, me ha llamado la atención la frase final que pronuncia Jesús: “El que no está contra nosotros está a favor nuestro” (Mc 9,40). Es probable que haya influido el ambiente de exclusión que vivimos en nuestra sociedad: “Si no eres de los míos, de mi cuerda, no tengo cuentas contigo”. Esto se aplica al campo de la política, la religión y el deporte, tres asuntos sobre los que nunca se debe hablar con los cuñados o parientes próximos durante la cena de Nochebuena o en cualquier otra celebración familiar, so pena de enzarzarse en discusiones inútiles que lo único que consiguen es separar aún más a las personas. 

Aunque Jesús es a veces muy tajante –“El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama” (Mt 12,30)– su actitud es siempre la apertura y la acogida porque “su” Dios es el “Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos” (Mt 5,45); o sea, un Dios “siempre mayor” que no pertenece solo a los que presentan su hoja de servicios inmaculada.


No es que Jesús barra para casa, sino que pone en primer plano las semillas de bondad y de vida que están escondidas en todos los seres humanos. Podría quedarse solo con las conductas improcedentes o malvadas, pero prefiere ir más al fondo. No hay ser humano que no tenga algo de apreciable. Mi profesor de Moral Fundamental, ya fallecido, solía repetir que “toda persona es digna y aceptable, aunque no sea éticamente intachable”. 

Si procediéramos así, si colocáramos en primer plano la dignidad sagrada de cada ser humano, no construiríamos tantos muros divisorios. Más que fijarnos si una persona vota al PSOE, al PP, a Sumar o a Vox; más que ver si su camiseta es del Real Madrid, del Barça o del Betis; más que criticar si participa o no los domingos en misa… iríamos directamente al fondo, veríamos que todo ser humano –simpático o no– es un hijo o una hija de Dios. En consecuencia, lo trataríamos con respeto, escucharíamos sus opiniones, le argumentaríamos las nuestras con claridad y paciencia. O sea, nos comportaríamos como normalmente hace Donald Trump, jajajaja. Perdón por el exabrupto.

1 comentario:

  1. Me quedo con la idea de que “Jesús pone en primer plano las semillas de bondad y de vida que están escondidas en todos los seres humanos… No hay ser humano que no tenga algo de apreciable…” Si ante las distintas reacciones de las personas supiéramos tener este punto de vista de Jesús, ayudaríamos a que estas semillas pudieran germinar y producir vida.
    Gracias Gonzalo por ayudarnos a cambiar la visión de los hechos para que no construyamos tantos muros divisorios.

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