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No sé por qué este VII Domingo del Tiempo Ordinario me ha dado por fijarme en la lanza de la que habla el primer libro de Samuel (primera lectura). Ahí se cuenta que “Saúl estaba echado, durmiendo en medio del cercado de carros, la lanza hincada en tierra a la cabecera”. David pudo haber aprovechado el sopor de la noche para matar a Saúl con su propia lanza, pero “David tomó la lanza y el jarro de agua de la cabecera de Saúl, y se marcharon”.
No obstante, aunque desistió de matar a Saúl, David no renunció a colgarse una medalla en el pecho. Desde la cima del monte, con un gran espacio de por medio, gritó con arrogancia: “Aquí está la lanza del rey. Que venga uno de los mozos a recogerla. El Señor pagará a cada uno su justicia y su lealtad. Porque él te puso hoy en mis manos, pero yo no quise atentar contra el ungido del Señor”. David supo gestionar su rabia y su deseo de venganza, por decirlo con términos que usan los psicólogos de hoy, y no usó la lanza del rey para acabar con su vida.
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Jesús utiliza un lenguaje rompedor, que debió de sonar extraño a los partidarios de la ley del talión: “Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos”. Él puso en práctica lo que enseñó a sus discípulos. En referencia a los soldados que lo ajusticiaron, Jesús ora así en la cruz: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc 23,35).
A pesar de este amor sin reservas a sus enemigos, “uno de los soldados atravesó con una lanza el costado de Jesús, y enseguida salió sangre y agua” (Jn 19,34). El contraste es evidente. David, que es un guerrero, no usa la lanza para acabar con la vida de su enemigo Saúl. Jesús, que es un hombre de paz, es atravesado por la lanza de aquellos a quienes ha perdonado. Amar como Dios nos ama es muy peligroso.
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Si tomamos en serio las palabras de Jesús –“Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian”– ya sabemos lo que nos espera. La lanza de la incomprensión, de la crítica o del desprecio nos va a atravesar el corazón. Un amor como el de Jesús tiene un precio muy alto porque no es el amor que nos pide el instinto, sino el amor que Dios practica y nos concede.
La compleja realidad que estamos viviendo en este tiempo nos ofrece muchos ejemplos de dos lógicas enfrentadas. Es muy difícil no dejarse embaucar por la lógica del “y tú más”. Es lo primero que los padres le dicen a un niño en el colegio: “Si alguien te pega, no te quedes quieto, pégale tú más”. Las disputas entre Rusia y Ucrania, Israel y los palestinos... no son más que variaciones aumentadas sobre el mismo tema. ¡Ah, y también los líos familiares por las herencias y los chantajes afectivos entre esposos y las pequeñas venganzas intraeclesiales!
RETIRO DE PASCUA
Fecha: Del viernes 9 de mayo (a las 8 de la tarde) al domingo 11 de mayo (después de la comida).
Tema: “De quemados a encendidos” (cómo pasar del desencanto al entusiasmo en la vida de fe).
Lugar: Casa de Espiritualidad. Misioneros Claretianos. C/ Corredera, 1. Colmenar Viejo (Madrid).
Inscripción: Los que deseéis participar, podéis escribirme a esta dirección: gonfersa@hotmail.com.
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