viernes, 9 de febrero de 2018

Seis clases de hermanos más una

En África siempre aprendo mucho. Como los africanos son grandes story-tellers (cuentahistorias) me gusta escucharlos en conversaciones interminables. Ayer, hablando con un misionero guineano de más de 70 años, supe que en la etnia fang hay seis tipos de hermanos. En otras palabras, que cuando alguien llama hermano a otra persona no usa el término de manera unívoca sino análoga. Esto puede despistar mucho a los europeos, pero, al mismo tiempo ayuda a entender mejor la Biblia. Veamos. La primera categoría de hermanos se aplica a los nacidos del mismo padre y de la misma madre. Este suele ser el concepto biológico que se maneja en Europa. En la segunda categoría entran los nacidos del mismo padre (tengamos en cuenta el contexto polígamo de la cultura fang). La tercera categoría la forman los nacidos de la misma madre. La cuarta engloba a todos aquellos que tienen el mismo abuelo (o sea, a lo que nosotros solemos llamar primos). La quinta se aplica a los pertenecientes a la misma tribu. Y, por último, la sexta se refiere a los miembros de la misma casa. Para ver la similitud con la cultura judía conviene recordar que Jesús de Nazaret pertenecía a la tribu de Juda y a la casa de David. La tribu es un concepto más amplio que la casa. Con este trasfondo, se entiende un poco mejor la referencia que los evangelios hacen a los “hermanos” de Jesús. No se trata necesariamente de hermanos biológicos (en el sentido de la primera categoría). Puede entenderse en un sentido mucho más amplio.

Esta forma de entender el parentesco fraternal se está introduciendo en Occidente con la proliferación de segundos y terceros matrimonios y con los nuevos modelos de agrupaciones familiares. Un niño puede tener hermanos del mismo padre y de la misma madre biológicos. Pero también puede tener como hermanos a los hijos tenidos en anteriores relaciones por cualquiera de sus progenitores. O a los hermanos producidos por gestación subrogada, etc. Las posibilidades de “fraternidad” y de “sororidad” se están multiplicando. Al final, el término brother va a significar simplemente colega, compañero de casa, etc. No escribo estas líneas para criticar lo que está sucediendo, sino solo para levantar acta. El concepto de “hermano” o “hermana” está sufriendo muchas transformaciones de las cuales no siempre somos conscientes. Es lógico que afecte de manera decisiva al uso que de esta misma palabra hacemos en contexto cristiano. Cuando el predicador de turno comienza su homilía dominical con el consabido Queridos hermanos (y hermanas, en el caso de que sea muy feminista), ¿qué está queriendo decir? ¿Está aludiendo a alguna de las seis categorías de la cultura fang o a una nueva, completamente irreductible a las anteriores?

El problema no es de hoy. Se plantea en las primitivas comunidades cristianas. Por eso, el evangelio pone en labios de Jesús la respuesta a esta situación. Vale la pena recordar el texto completo: “Llegaron su madre y sus hermanos, se detuvieron fuera y lo mandaron llamar. La gente estaba sentada en torno a él y le dijeron: —Mira, tu madre y tus hermanos [y hermanas] están fuera y te buscan. Él les respondió: —¿Quién es mi madre y [mis] hermanos? Y mirando a los que estaban sentados en círculo alrededor de él, dijo: —Mirad, éstos son mi madre y mis hermanos. [Porque] el que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Mc 3,31-35). Jesús supera las clasificaciones de la cultura judía. La verdadera fraternidad, la típica del reino de Dios, no se corresponde con ninguna de las categorías culturales a las que estamos acostumbrados: ni con las antiguas, ni con las modernas. Nos convertimos en “hermanos” y “hermanas” cuando escuchamos la Palabra de Dios y nos esforzamos por practicarla. ¿No ilumina esta visión de Jesús muchos de los problemas que hoy estamos viviendo a propósito de conflictos étnicos y tribales, identidades nacionales, patrimonios culturales, etc.? ¿Dónde está el centro? ¿Dónde está la novedad revolucionaria de Jesús? ¿O preferimos seguir con los esquemas de siempre?


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