lunes, 29 de marzo de 2021

La fe se transmite en dialecto

El Lunes Santo se abre con un encuentro entre amigos. Me gusta cómo distribuye los roles el evangelio de Juan: “Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera”. Los tres hermanos de Betania (Marta, Lázaro y María) son amigos de Jesús. A Marta se la ve afanosa; a Lázaro, cercano y atento. María, la contemplativa, se encarga de la unción con la que anticipa la muerte y sepultura del Maestro. El resultado de las tres acciones conjuntas (servir, escuchar y ungir) es que “la casa se llenó de la fragancia del perfume”. En realidad, estos tres hermanos anticipan tres funciones de toda comunidad cristiana: la diakonía (servicio), la didascalía (formación) y la leitourgia (liturgia); las tres en el marco de la koinonía (comunión) simbolizada por la amistad que une a los tres hermanos con Jesús. Cuando las cuatro dimensiones se articulan bien, la casa de la Iglesia se llena del perfume de la fe, del amor y de la esperanza. Necesitamos comunidades que huelan bien para que puedan resultar acogedoras. 

¿Es todo perfecto en la casa de Betania? No. Judas se encarga de poner una nota discordante para alterar la escena: “¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?”. El contenido va completamente en línea con la predicación de Jesús. Cualquiera de nosotros lo hubiera suscrito. Suena a Evangelio en estado puro. La motivación, sin embargo, tiene otra música. De hecho, el autor del cuarto evangelio se encarga de añadir: “Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando”. No podemos usar a los pobres como arma arrojadiza. Es obsceno. Y mucho menos oponer el amor a los pobres y el amor a Jesús: “A los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis”.

La tensión que se crea en el marco de una cena de amistad es un ejemplo de las muchas tensiones y contradicciones con las que tenemos que vivir hoy la fe en nuestras familias, parroquias y comunidades. Judas pone palabras a las trampas que nos ponemos unos a otros para no entregarnos por completo a Jesús. Las más peligrosas no son las excusas burdas, sino las que se presentan con apariencia de bien (sub angelo lucis, como le gustaba decir a Ignacio de Loyola). Los cristianos somos expertos en buscarle siempre tres pies al gato con tal de no vivir a fondo las consecuencias de la fe. 

Marco Pozza con el papa Francisco

¿Cómo explicar quién es Jesús a quien sabe poco de él? ¿Cómo decir algo significativo a mis amigos que son cristianos ambientales, pero que no sienten que Jesús determine el curso de sus vidas porque reconocen no haber tenido ninguna experiencia de encuentro con él? ¿Cómo decir con palabras llanas que hay un Jesús de María de Betania y un Jesús de Judas Iscariote? Es probable que ambos lo admiren, pero es seguro que no lo quieren del mismo modo. Judas ve en él a un líder capaz de movilizar las masas contra el poder opresor romano. Se siente contento de ser de los suyos. María ve en Jesús a un amigo cuyas palabras le llegan al corazón. Yo me quedo con el Jesús de María. El de Judas me parece un personaje ideológico. No estoy ya para estos juegos. 

Me gustaría contar estas cosas en el blog de manera directa y comprensible, pero enseguida me sale el profesor y el cura que llevo dentro. Cito textos, introduzco razonamientos y domestico las palabras. No lo puedo evitar. Admiro a quienes saben contar estas cosas “en dialecto”, es decir como habla la gente de la calle. Hay un cura italiano, don Marco Pozza, que posee esta cualidad en grado sobresaliente. Tiene poco más de 40 años. Trabaja como capellán en la cárcel de máxima seguridad Due Palazzi de Padua. Escribe libros, hace programas de televisión y tiene un gancho especial con los jóvenes. No lo conozco personalmente, pero en los vídeos que he visto aparece como un tipo delgado, nervioso, hiperactivo y parlanchín. El año 2020 (el año de la pandemia) hizo una serie de varios programas sobre el Credo para la TV2000 que pertenece a la Conferencia Episcopal Italiana. Parece que fue él quien le sugirió al papa Francisco la idea de hacer ese momento especial de oración que tuvo lugar en la tarde del 27 de marzo del año pasado en la plaza de san Pedro. ¿Qué significa creer hoy? ¿Cómo se puede explicar durante una hora en qué creemos los cristianos?

Marco Pozza en la cárcel "Due Palazzi" de Padua

Vestido con pantalones vaqueros y zapatillas deportivas, a lomos de una bicicleta, se pone a dialogar con todo tipo de personajes: desde el papa Francisco (conviene prestar atención al encuentro entre ambos), hasta un filósofo no creyente, una ex Miss Italia, el cura que le entusiasmó de niño, su hermano Sergio y otros muchos. Quiere contar la fe (o la no fe) con el lenguaje de la gente, en dialecto. En uno de los programas cuenta una anécdota que revela la fuerza de este enfoque. Cuando el pequeño Marco tenía solo cinco años, echó una mano a su abuela para montar el nacimiento tres semanas antes de la Navidad. Al día siguiente por la mañana comprobó que el niño Jesús no estaba en su cuna tal como lo habían dejado la tarde anterior. Enfadado, decidió no ir a la escuela y pedir explicaciones a su abuela. Esta, serena, le dijo que había retirado la figurita de Jesús y que no volvería a colocarla hasta que no llegara el día de Navidad. Cuando el pequeño Marco le preguntó por qué, la abuela se limitó a responder en el dialecto local: “Porque a Dios le gusta hacerse desear”. 

Marco confiesa que la sencilla explicación de su abuela se le clavó en el corazón más que todas las reflexiones que encontró sobre el “deseo de Dios” durante sus estudios filosóficos y teológicos. Desear a Dios es el comienzo de toda aventura de fe. ¿Cómo pudo una abuela de pueblo decir tanto con tan pocas y precisas palabras? Necesitamos este tipo de personas, catequistas de la vida cotidiana, expertos en unir la fe y las experiencias humanas más elementales. Estoy convencido de que muchos abuelos todavía siguen siéndolo, aunque tengo mis dudas respecto de los abuelos de mi edad, que son representantes de una generación muy secularizada que ya no sabe hablar este dialecto de la fe sencilla, profunda y personalizada. 

Os dejo con el primer programa de la serie de don Marco. Dura en torno a una hora. Está en italiano, pero estoy seguro de que muchos lectores del Rincón pueden captar lo esencial; por lo menos, el entusiasmo de un cura que no se contenta con que las cosas sigan como están, sino que se echa a la calle con su bicicleta para llegar a la gente y escuchar sus relatos. Aspira a que no solo admiremos a Jesús (como lo hacía Judas), sino que lo queramos (como hacían, María, Marta y Lázaro de Betania). 

Si alguien tiene interés en ver el resto de los vídeos, puede pinchar aquí. Quizá la Semana Santa es una buena oportunidad para profundizar en las razones y contenidos esenciales de nuestra fe. Mis amigos italianos disfrutarán con los paisajes y gentes de este hermoso país. 


TE ESPERAMOS EN EL

ENCUENTRO ZOOM DE SEMANA SANTA

DE LOS LECTORES DE EL RINCÓN DE GUNDISALVUS

Tema: SUS HERIDAS NOS HAN CURADO (Preparación para el Triduo Pascual).

Fecha: Miércoles, 31 de marzo a las 18:00 (hora de Roma y de Madrid).

Para unirte a la reunión Zoom basta que pinches aquí:

https://us02web.zoom.us/j/81059112438?pwd=bmc4MU83RG5xd0kvR1VkNkVMOU1HUT09

 

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