lunes, 29 de abril de 2024

Apaga el móvil y abre el evangelio


Son palabras pronunciadas por el papa Francisco ayer en su viaje relámpago a Venecia. Se las dijo a los jóvenes que se reunieron con él en la plaza que hay delante de la basílica de Santa María de la Salud. Les dijo más cosas para subrayar la necesidad del encuentro interpersonal. Traduzco un párrafo: “El móvil es muy útil, para comunicarse, es útil, pero ten cuidado cuando tu teléfono móvil te impida encontrarte con la gente. Usa el móvil, está bien, pero ¡conoce gente! Ya sabes lo que es un abrazo, un beso, un apretón de manos: personas. No lo olvides: usa el móvil, pero encuéntrate con las personas”. Un amigo mío, experto en redes sociales, me ha dicho que el papa Francisco no es muy sensible al mundo digital. Es probable que sea así por edad y formación. Pero esa distancia es, por otra parte, la que le permite percibir, como por instinto, los riesgos de un mundo que nos fascina. 

Yo me encuentro a caballo entre el mundo analógico y el mundo digital. Creo que hasta 1985 siempre escribí mis textos a mano o con máquina de escribir. A partir de esa fecha, empecé a usar los primeros ordenadores que hoy nos parecen antediluvianos. Desde entonces han pasado casi 40 años. Eso significa que la mayor parte de mi vida ha estado marcada por la informática y luego por internet. No soy un nativo digital, pero me muevo en este medio con cierta soltura.


Lo que al papa Francisco le preocupa es que perdamos el asombro del encuentro interpersonal, cara a cara, sin la mediación técnica de una pequeña pantalla. Que prostituyamos la sacramentalidad del rostro humano como ventana por la que se asoma lo divino. Por eso, para no caer en esa idolatría adictiva, necesitamos de vez en cuando apagar el móvil y encender el abrazo, cerrar el ordenador y abrir el evangelio. Se trata de gestionar bien las conexiones y las desconexiones. 

Ya sé que un nativo digital no concibe la vida desconectada. Para él (o para ella), la vida es lo que sucede en internet. Ahí encuentra lo mejor y lo peor. A diferencia de lo que ocurre en el mundo desconectado, el nativo digital puede regular a voluntad (es un decir) las interacciones que desea, sin darse cuenta de que lo que, a primera vista, parece un supremo acto de libertad, es, en el fondo, un plegamiento involuntario a la fuerza del algoritmo.


Tras cinco días de reflexión, el presidente del gobierno español ha decidido seguir en el cargo  
“con más fuerza si cabe”. Se despeja la incógnita. Cada vez veo con más claridad que necesitamos fortalecer los mecanismos de la sociedad civil para no depender tanto de las veleidades políticas. Esto lo aprendí en mis años de Italia. Los gobiernos van y vienen. Lo que importa es disponer de un sólido tejido industrial, de unas instituciones académicas y educativas rigurosas y de múltiples iniciativas sociales. Si el gobierno es bueno y competente, mejor. Si no, la sociedad no se hunde porque no depende en exceso de la política. Y algo parecido sucede en Suiza. No sé cuántos lectores de este Rincón saben, por ejemplo, el nombre del presidente de turno de la Confederación Helvética. 

Le pido a santa Catalina de Siena, una de las patronas de Europa, cuya fiesta celebramos hoy, que nos ayude a no perdernos en la maraña de las interpretaciones y a trabajar por un continente unido, justo y solidario.

3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Creo que el tema del desempleo es un poliedro con muchas aristas. Por ej. Recolectar fruta: conlleva hospedaje, depende del tiempo (las cerezas tempranas no han madurado), puede exigir desplazamientos largos, los jornales no resultan atractivos, etc. En otros aspectos sucede que la especialidad que hizo "el parado" no se armoniza con el puesto que oferta el mercado laboral , incluso sucede que un progenitor taxista, por ej., para poner el vehículo a nombre de su hij@ tiene que hacer un serio desembolso. Resumiendo: No es fácil tachar a un español joven de vago, sin equivocarse, porque no acepta ciertas ofertas de empresas o empresarios.

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  2. Me llaman la atención las Palabras del Papa Francisco: “ te dirige esta invitación. A tantas personas a las que ayudó y curó, les dijo: «Levántate y vete» (cf. Lc 17,19). Escucha esta llamada, repítela en tu interior, guárdala en tu corazón.”
    “Nuestro Dios siempre nos sorprende. ¿Lo han entendido? Es muy importante estar preparados para las sorpresas de Dios.”
    Las anteriores son dos frases que tienen “su mella”… En según qué momentos de la vida pueden ser muy superficiales, nos pueden pasar desapercibidas y en otros momentos pueden ser muy profundas.
    Gonzalo, gracias por toda la reflexión… Sí, aunque a veces resulte difícil, si supiéramos apagar el móvil de vez en cuando y dejáramos resonar, en nosotros el evangelio, nuestra vida sería un poco diferente.
    Me uno a tu petición a santa Catalina de Siena.

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