jueves, 7 de septiembre de 2023

A vista de pájaro


Regresé de Mérida a Madrid con tiempo suficiente para ver la retransmisión en directo de la undécima etapa de La Vuelta. Me gusta el ciclismo, pero no soy un gran aficionado. Si ayer me pegué al televisor durante casi dos horas es porque la etapa pasaba por Vinuesa, mi pueblo, y culminaba en la Laguna Negra. Admiré, por supuesto, la victoria agónica del español Jesús Herrada, pero lo que más me llamó la atención fue la cascada de imágenes aéreas que transmitían desde las cámaras apostadas en los helicópteros. 

Acostumbrado a ver los paisajes naturales y el caserío “desde abajo”, me sorprendió la majestuosidad y belleza que ofrecían las cámaras “desde arriba”. Caí en la cuenta de conexiones que no se perciben en la superficie. Me hice más cargo de la belleza de mi tierra vista desde el cielo. Es como si viera todo por primera vez. ¡Y eso que en más de una ocasión he podido verla desde la ventanilla de los aviones que siguen esa ruta (por ejemplo, en un reciente vuelo Madrid-San Sebastián), pero la distancia era excesiva como para percibir los detalles!


Me pareció una hermosa metáfora de lo que sucede cuando contemplamos nuestra vida. El punto de vista que adoptemos es decisivo para tener una interpretación correcta. Podemos ver las cosas “desde abajo” (es decir, a partir de nuestras experiencias y criterios humanos) o “desde arriba” (es decir, como Dios las ve). Ambos puntos son necesarios y complementarios, pero solo el segundo nos ofrece la perspectiva justa y completa.


Desde abajo vemos que en nuestra vida hay momentos de gozo y de tristeza, éxitos y fracasos, avances y retrocesos, subidas y bajadas. Cuando las cosas nos van bien, sentimos que merece la pena vivir, lanzamos las campanas al vuelo. Cuando vienen mal dadas, nos deprimimos y hasta llegamos a pensar que la vida no tiene ningún sentido. En los momentos de meseta, gozamos de la estabilidad y, al mismo tiempo, padecemos la rutina. 

Cuando examinamos nuestras experiencias “desde abajo” nos cuesta saber cómo se engarza una con otra, a dónde apunta todo. Fácilmente perdemos el rumbo. Nos quedamos extasiados en la belleza y nos paralizamos con el dolor y el sufrimiento. Nos falta perspectiva para descubrir el verdadero sentido de lo que vivimos.


Un día creemos que vivimos en el mejor mundo de los posibles y al día siguiente tenemos ganas de tirar la toalla. La contemplación de nuestra vida “desde abajo” nos ayuda a percibir los detalles, pero nos impide ver el horizonte. Corremos el riesgo de dar importancia a cosas nimias y quitársela a lo que de verdad merece la pena. ¡Cuántas veces nos enojamos por cosas que, pasado un tiempo, comprendemos que no tenían ninguna importancia!


Necesitamos completar nuestra visión con la contemplación “desde arriba”. Esta solo se consigue cuando nos encaramamos a la torre de la oración. Solo el diálogo con Dios nos permite ver nuestra realidad y la del mundo como la ve Dios. Entonces caemos en la cuenta de que nuestra historia no es un laberinto, sino un camino que tiene un comienzo y tendrá un final. 

Percibimos que, después de vericuetos que parecen perderse en el bosque de la confusión, la senda recobra su trayectoria. Se nos hace más claro que algunos sufrimientos y correcciones no son absurdos, sino que nos preparan para afrontar las pruebas de la vida. Relativizamos los éxitos y los fracasos parciales porque lo que realmente cuenta es llegar a la meta final. 


Comprendemos que, a través de nuestras subidas y bajadas, éxitos y fracasos, Alguien ha ido trazando una historia de amor, que todo tiene un sentido y que, por tanto, no debemos abandonarnos a la desesperación. La contemplación de nuestra vida “desde arriba” nos permite apreciar la belleza delicada de nuestra historia. 

Existimos en este mundo porque Dios nos quiere. Aunque a veces hayamos tenido la experiencia contraria, Él nunca nos deja de su mano. Si nos fiamos de su amor, llegaremos a la meta final. Quizá lleguemos exhaustos, como ayer llegó Jesús Herrada a la Laguna Negra, pero contentos de haber vivido la existencia a cabalidad.



3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Los videos no se pueden (o no se dejan) reproducir

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    1. No son vídeos, sino fotos tomadas de los vídeos: Por eso, no puedes reproducirlos. En cualquier caso, aquí tienes un resumen en vídeo: https://www.rtve.es/play/videos/la-vuelta/resumen-video-etapa-11-vuelta-espana-2023-herrada-kuss/6963082/

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  2. Gracias Gonzalo... Hay tema para reflexionar y más cuando encaja en una situación vivencial.

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