sábado, 17 de diciembre de 2022

In Corde Matris


Ayer fue un día de camino. Toda mi comunidad nos echamos a la carretera en dos coches. Dedicamos casi toda la jornada a hacer el trayecto Madrid-San Sebastián. Hicimos un alto en Burgos para visitar la catedral, celebrar la Eucaristía en la capilla del Cristo y comer. La vieja catedral gótica está reluciente en el octavo centenario de su construcción. Ha experimentado una profunda restauración, tanto en el exterior como en el interior. Algunas de sus joyas (el cimborrio, la capilla de los Condestables de Castilla, la escalera dorada, los claustros alto y bajo) lucen con una belleza sobrecogedora. Después de una parada de cuatro horas en la caput Castellae cubrimos la segunda etapa de nuestro viaje por tierras burgalesas y vascas. 

Llegamos a San Sebastián entrada ya la noche, bajo una finísima lluvia. Nos hospedamos en nuestra comunidad claretiana. Es fácil adivinar el motivo de nuestro viaje comunitario. Hoy, a las once de la mañana, en la catedral del Buen Pastor, será ordenado obispo nuestro hermano de comunidad Fernando Prado. El obispo ordenante será el cardenal Aquilino Bocos, también miembro de nuestra comunidad madrileña. Era obligado estar aquí. Quienes quieran seguir la ceremonia pueden hacerlo a través de 13TV, directamente en la televisión o en su página web. Espero que mañana pueda contar con cierto detalle cómo ha transcurrido todo.


Hoy, 17 de diciembre, inicio de la recta final el Adviento, me limito a comentar el lema que Fernando ha escogido para su escudo episcopal. Son tres palabras latinas (In Corde Matris) que significan “en el Corazón de la Madre”, fórmula tradicional que los claretianos usamos al final de las cartas y en otras ocasiones para subrayar nuestra vocación misionera cordimariana. Fernando quiere comenzar su ministerio poniendo esta diócesis guipuzcoana “en el corazón de la Madre” para que sea ella la verdadera Prelada, como le gustaba decir a san Antonio María Claret. Eso significa vivir el ministerio desde la interioridad, la escucha, la cordialidad, la entrega, la itinerancia, la alegría y la presencia constante junto a la cruz de quienes sufren. Todas estas son notas que caracterizan al corazón de la Madre según los Evangelios, sobre todo el de Lucas. 

Aunque no se puede decir que el lema constituya un programa pastoral, indica una perspectiva, un enfoque, una actitud. En tiempos de polarización, de etiquetas fáciles, pero también de sinodalidad, de caminar juntos, este enfoque “materno” puede contribuir mucho a construir la Iglesia diocesana como casa de Dios y casa de todos. Donde está la Madre, se redobla la fraternidad.


Desde que se comunicó el nombramiento de mi hermano claretiano Fernando Prado como obispo de San Sebastián el pasado 31 de octubre, he pensado muchas veces en que le ha caído encima una gran responsabilidad que, además, altera profundamente el curso de su vida. De la noche a la mañana, un misionero curtido en el campo editorial, apasionado por hacer llegar la Palabra de Dios al mayor número posible de personas (entre otras cosas, él ha sido el promotor del proyecto Palabra y Vida), se ve con la carga de pastorear una diócesis en la que estuvo al comienzo de su ministerio, pero que no conoce con detalle. 

Estoy convencido de que prestará un gran servicio “in Corde Matris”, pero también estoy convencido -cada día más- de que la Iglesia debe revisar su forma de nombrar a los obispos, dando una mayor participación a las iglesias de las que van a ser pastores y haciendo mucho más transparente todo el proceso. Espero que sea uno de los frutos del camino sinodal que estamos recorriendo. Como hermano, encomiendo el ministerio de monseñor Fernando Prado a la protección de aquella que supo guardar todo en el corazón y, por eso, entendió el plan de Dios sobre ella. Esta Madre de todos, ahora bajo la advocación de Aránzazu, nos anima a hacer siempre lo que él -su Hijo Jesús- nos diga. Zorionak, Fernando.

1 comentario:

  1. Gracias por hacernos partícipes de la preparación de la ordenación de obispo de vuestro hermano claretiano Fernando Prado y con ello, al comentar su lema, “In Corde Matris”, compartes con los lectores del Rincón, a lo que lleva el compromiso de vivir con la protección de María como Madre y esto nos incumbe a tod@s, expresándolo de una manera diferente, según sea nuestra vida, en todos sus aspectos, como tú dices, desde “una perspectiva, un enfoque, una actitud” mariana.
    Felicidades Gonzalo a Fernando, a ti y a todos los Misioneros claretianos por este don.

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