lunes, 24 de mayo de 2021

Piensa en verde

Desde el punto de vista epidemiológico, todavía no hemos entrado en una normalidad completa, pero litúrgicamente hoy reanudamos el Tiempo Ordinario que interrumpimos el pasado 17 de febrero para comenzar los tiempos fuertes de Cuaresma y Pascua. Dejamos el blanco pascual y retomamos el verde de los días normales. Y, con él, todo el peso de la vida ordinaria. En Italia se junta la alegría por haber vencido el pasado sábado el festival de Eurovisión (después de 31 años) y la tristeza por el trágico accidente sucedido ayer en el Piamonte donde 14 personas perdieron la vida. 

Las imágenes de lo sucedido la semana pasada en Ceuta nos confrontan otra vez con el drama de la emigración, aunque en este caso se añaden factores políticos muy discutibles. Marruecos es un país experto en utilizar su población como “bombas humanas”. Lo ha demostrado en varias ocasiones y seguirá haciéndolo si de esa manera consigue algunos réditos. En este punto creo no ser ingenuo. Y quienes conocen por dentro el percal tampoco. El pasado jueves el cardenal de Rabat dejó entrever algo, aunque, por prudencia, prefirió no ser muy explícito. 

La tensión entre Israel y Palestina ha aflojado un poco, pero me temo que no es más que una de esas frágiles treguas que puede romperse en cualquier momento. Es un conflicto sin solución. O, mejor dicho, con una solución tan difícil que ninguna de las dos partes va a estar dispuesta a asumir el coste que implica. Me parece que tampoco en este caso conviene dejarse llevar por simpatías y antipatías. Hay que colocar sobre la mesa asuntos objetivos.

Preocupados por estos y otros muchos asuntos, empezamos a “pensar en verde”, como nos aconsejaba hace años una conocida marca de cerveza. Para mí, “pensar en verde” no alude solo a nuestro ineludible compromiso ecológico, sino a la espiritualidad del tiempo ordinario. Disfruto con la exultación pascual, pero es conveniente regresar a Galilea para aprender a encontrarnos con el Resucitado en la normalidad de la vida familiar, el trabajo regular, la sana diversión, el aburrimiento ocasional y hasta el cansancio de lo cotidiano. Mientras en la India, Argentina y Colombia se recrudece la pandemia, parece que en Europa y otros países americanos empezamos a respirar un poco. Las vacunas están haciendo su efecto. Vamos acercándonos a la inmunidad de grupo. 

Pero no sé si hemos dado ya con la vacuna para prevenir la languidez, la tristeza y la inconsciencia. Me temo que esta “vacuna espiritual”, aunque de coste cero, no se halla tan fácilmente en el mercado. Y, sin embargo, es la que necesitamos para “pensar en verde”, para vivir con serenidad el pasar de los días sin sucumbir a su peso. Cada vez pienso más en los ancianos que se pasan buena parte de la jornada sentados en sus sillas de ruedas o en sus butacas, dando vueltas a infinitos pensamientos que vuelan del presente al pasado y apenas se internan en el futuro. Ya se sabe que los niños y los jóvenes piensan en lo que sucederá mañana. Los ancianos propenden a recordar lo que sucedió ayer. Tal vez “pensar en verde” significa poner el acento en lo que sucede hoy, concentrarnos en “el poder del ahora” (Eckhart Tolle dixit).

Reconozco que empiezo este lunes con la resaca de un fin de semana muy intenso. ¡Y eso que no soy un hincha declarado del Atlético de Madrid! Tras la conferencia del sábado en la 50 Semana Nacional de Vida Consagrada, he visto que ha crecido significativamente el número de lectores del blog. No sé si será un fenómeno pasajero (fruto de la rápida alusión que hice a él) o una ampliación estable. En cualquier caso, aprovecho para enviar un saludo cordial a los nuevos lectores y les invito a participar con sus opiniones y sugerencias. Este blog se nutre de tres fuentes principales: mi experiencia personal sobre diversos temas, la lectura diaria de algunos periódicos digitales y lo que varios lectores me sugieren o recomiendan. De vez en cuando, me envían vídeos o textos sugerentes. A todos les estoy muy agradecido. Son estímulos que me ayudan a “pensar en verde”, a reconocer el paso del Espíritu por los múltiples acontecimientos de la vida de cada día. 

Cada vez creo más en esta espiritualidad “verde” del tiempo ordinario, que no necesita nada especial para descubrir la huella de Dios, que no le exige signos espectaculares o manifestaciones vistosas. Pensar en verde quizá sería mejor decir “creer en verde” significa tomar en serio la lógica de la encarnación. Si Dios ha querido hacerse carne, debilidad humana, la exploración de la carne débil es el mejor modo de encontrarnos con él. Quizá nuestra fragilidad y vulnerabilidad sean el primer territorito donde él ha decidido poner su tienda, pero a menudo no la percibimos. ¿Quién se va a imaginar a un Dios viviendo en los pliegues de nuestras inconsistencias si ni siquiera nosotros mismos las aceptamos? Piensa en verde.  

Celebramos hoy también, por expreso deseo del papa Francisco, la memoria de María, Madre de la Iglesia.  Y la Familia Salesiana, como cada año, recuerda a María Auxiliadora. 

Como regalo para empezar con buen ánimo este tiempo, os dejo con el vídeo Todos juntos en el que diversos artistas homenajean a Vicente y Rosi, los padres de 13 hijos que forman el grupo musical Brotes de Olivo. El vídeo se ha hecho con motivo de los 60 años de matrimonio de Vicente y Rosi y los 50 años del grupo. Espero que os guste. Se trata de una versión de un viejo tema de Brotes de Olivo que suena con fuerza en las voces de cantantes españoles de música religiosa. También yo me uno, desde este Rincón, a la acción de gracias y los augurios. 



1 comentario:

  1. ¡Letras muy edificantes, como siempre, el don que compartes , regalo del Espíritu!

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