domingo, 26 de febrero de 2023

Tentados, pero no derrotados


El viaje de Madrid a Vitoria-Gasteiz duró cinco horas, con una breve parada en Burgos. Hacía mucho tiempo que no viajaba a esta ciudad vasca. Llegué entre dos luces. La temperatura rondaba los siete grados. Caminé durante media hora hasta la casa de la comunidad claretiana, pegada casi a Ajuria Enea, la residencia oficial del lendakari vasco. La zona me pareció señorial y tranquila. Lleva el nombre de un personaje ilustre que ha paseado el nombre de la ciudad por todo el mundo, aunque nació en Burgos y murió en Salamanca. Me refiero al dominico fray Francisco de Vitoria (1483-1546), considerado como el fundador del derecho internacional junto con el italiano Hugo Grocio. Su estatua se encuentra en una rotonda del paseo. 

Antes de la cena tuve tiempo de pasear por la ciudad y disfrutar de sus amplias y arboladas avenidas, así como de su centro histórico lleno de gente que, desafiando el frío, se agolpaba en bares y restaurantes o simplemente callejeaba como yo. Me llamó la atención el alto número de ciclistas y las muchas bicicletas que se encontraban estacionadas por doquier. El hecho de que la ciudad sea llana y una buena política municipal han favorecido esta práctica. Vitoria es una ciudad verde y amigable. 


Hoy celebramos el Primer Domingo de Cuaresma. Ya se sabe que es el domingo de las tentaciones. Todos los años comenzamos la Cuaresma acompañando a Jesús al desierto “para ser tentados por el diablo”. Pero al desierto no somos empujados por él, sino por el Espíritu. Me llama la atención este juego entre el Espíritu que nos lleva al desierto y el diablo que nos espera en él para ponernos a prueba. Describe muy bien la dinámica de nuestra vida cristiana. Después de las consabidas tensiones entre el diablo y Jesús, el relato de Mateo termina diciendo que “entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían”. O sea, que la presencia del diablo es temporal. Está enmarcada por el Espíritu que empuja y por los ángeles que sirven. 

El mensaje es claro. Ninguna tentación, por fuerte que parezca, tiene la última palabra. El diablo puede tentarnos, pero no es el señor de nuestra vida. El diablo puede seducirnos, pero nuestros verdaderos acompañantes y guardianes son los ángeles. La última palabra, la definitiva, siempre le pertenece a Dios. La guerra contra el mal está ganada. Tenemos que aprender a librar las batallas intermedias.  Las más insidiosas no son las que tienen que ver con el sexo, el poder o el dinero, sino las que amenazan la experiencia de la fe. Aquí es donde nos jugamos el presente y el futuro. Esta es nuestra lucha cotidiana.


Aquí, en el tiempo intermedio, es donde se juega nuestro drama. Como Jesús, también nosotros estamos expuestos a las tentaciones de una fe eficaz, espectacular y dominadora. ¿Quién no ha deseado más de una vez ser capaz de curar la enfermedad de un ser querido, encontrar un trabajo digno para una persona en paro o conseguir que un amigo ateo se convierta a la fe? La tentación forma parte de la dinámica del creer. Igual que Jesús fue tentado de ejercer un mesianismo de poder y dominación, también nosotros nos vemos seducidos a vivir una fe que actúa como varita mágica para resolver los problemas de la vida. 

Sin embargo, no disponemos de ella. Nuestra única arma es la Palabra de Dios y una confianza ilimitada en el poder de un Padre que siempre sabe lo que es mejor para nosotros. Esta rendición a la voluntad de Dios es el mejor antídoto contra las insinuaciones del maligno. Es probable que hayamos meditado muchas veces a lo largo de nuestra vida acerca de esta dinámica que acompaña desde el comienzo hasta el final nuestra vida de fe. Siempre podemos encontrar nuevos matices porque la vida misma nos va llevando por caminos desconocidos.

2 comentarios:

  1. Gracias por poner el dedo en la llaga. Las verdaderas tentaciones son "las que amenazan la experiencia de fe". No hay experiencia sin relación y yo me pregunto ¿cuántos de nuestros tiempos de oración pueden alimentar sólo la mente sin llegar a ser de verdadero encuentro? o ¿qué tiempos de calidad damos a Dios en nuestro día?. Hay que volver siempre a Jesús. Creer en el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

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  2. Me gusta la variedad de hoy. Eres el amigo que a través del Blog compartes algunas actividades aportándonos cultura, y nos acompañas en la vida espiritual.
    Gracias por esta introducción a la Cuaresma, alertándonos de las tentaciones, invitándonos a confiar en Dios que no nos abandona ni en los momentos más difíciles, ni en los momentos más oscuros… Cada Cuaresma nos lleva por caminos diferentes y a veces bien sorprendentes, pero a pesar de las dificultades Dios se hace presente, aunque a veces no le reconozcamos.
    Gracias Gonzalo por acompañarnos en este camino.

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