sábado, 2 de junio de 2018

Tanto pesas, tanto ofreces

Ayer tuve la oportunidad de visitar un santuario mariano en la ciudad india de Karakutty. Tendría que haberme fijado en sus amplios y hermosos espacios o en el significado histórico y religioso del lugar, pero confieso que lo que más me llamó la atención fue un detalle que no recuerdo haber visto en ningún otro lugar del mundo. En una especie de capillita localizada junto a la entrada a la iglesia, descubrí una original báscula de gran tamaño. Los peregrinos que quieren hacer una ofrenda se sientan en uno de los dos platos. En el otro deben colocar la cantidad de plátanos requerida para mantener el equilibrio. Cuanto más pesa una persona, más plátanos debe depositar. Así se tasa la ofrenda tradicional que los peregrinos hacen a la Virgen María. Puede resultar pintoresca o extravagante, pero denota un agudo sentido de la proporcionalidad. Quien más tiene, más da. A quien más se le ha concedido, más se le pedirá.

Mi visita coincidía en el tiempo con la toma de posesión de Giuseppe Conte como nuevo presidente del consejo de ministros de Italia y con la victoria de Pedro Sánchez en su moción de censura a Mariano Rajoy. Ambos acontecimientos se prestan a opiniones de todos los gustos. Yo tengo las mías, pero no me parece oportuno compartirlas aquí. Hace tiempo que restrinjo al máximo mis comentarios políticos en este Rincón para no alejarme mucho de los objetivos del blog. Algunos de mis amigos se han despachado a gusto en las redes sociales. Mientras unos cuantos estaban más contentos que unas castañuelas por haber sacado a Rajoy del gobierno, otros se lamentaban de las consecuencias que traerá un ejecutivo socialista que nace muy condicionado por partidos con intereses contrapuestos. ¿Quién dijo que a la gente ya no le interesa mucho la política? Las pasiones parecen desatarse de nuevo, pero, dado que en política se pueden dar, como el fútbol, resultados totalmente imprevistos, más vale no hacer ningún augurio. Esperemos que tanto el cambio italiano como el español sean para bien de los ciudadanos, aunque ambos me inspiran poca confianza. Hay demasiados intereses en juego como para creer que lo que se busca es el bien común. Confiemos, no obstante.


Creo que en política, como en otras esferas de la vida, habría que aplicar la “ley de la báscula” que he descubierto en el santuario mariano. Quien más sabe, más debe ofrecer su consejo. Quien más tiene, más debe compartir sus bienes. Quien más poder ostenta, más debe servir los intereses comunes. Quien tiene más votos, más alianzas debe tejer con otras fuerzas. Tal vez sería conveniente colocar una balanza simbólica a la entrada del Congreso o del Senado para que diputados y senadores supieran a qué atenerse. Este peso sí redundaría en bien de los ciudadanos; sobre todo, de aquellos que más necesitan el apoyo de los poderes públicos porque no tienen otros que los defiendan. Santa María de la báscula, ora pro nobis et pro multis.

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