domingo, 6 de agosto de 2017

La belleza salvará el mundo

El 6 de agosto de 1978 me encontraba dirigiendo un campamento de verano con un buen grupo de niños y adolescentes. A primera hora de la tarde nos llegó la noticia de la muerte del papa Pablo VI en su residencia de Castelgandolfo. Debió de ser a través de algún transistor porque en aquellos años no existían los teléfonos móviles. En la oración de la tarde arriamos la bandera y lo encomendamos al Señor. Unos años antes, en 1945, los estadounidenses habían lanzado la primera bomba atómica sobre Hiroshima. Para mí, la fiesta de la transfiguración del Señor siempre está unida a estos dos acontecimientos, a los que años más tarde, se añadió la muerte de uno de mis abuelos. Es, por lo tanto, una fiesta asociada a la muerte que puede cambiar de figura. Lo que Jesús y sus tres discípulos amigos (Pedro, Santiago y Juan) experimentan en la cumbre del monte es que la verdadera figura de Jesús es un rostro resplandeciente porque es el rostro del Hijo amado en el que Dios Padre se complace. Será un rostro escupido, ensangrentado, pero siempre será el rostro hermoso del Hijo: “La belleza salvará el mundo”.

Por eso, la fiesta de la Transfiguración es un soplo de esperanza para todas las personas que tienen el rostro desfigurado por la enfermedad, la desesperación, la pobreza o la violencia. Subir a la montaña con Jesús supone cargar en nuestras mochilas todas las situaciones que nos roban la identidad. Pero en la cumbre experimentamos lo mismo que Jesús: que somos hijos queridos por Dios, que nada ni nadie puede arrebatarnos nuestra dignidad. Es difícil describir con palabras en qué consiste esta experiencia de la cumbre. Se trata, en efecto, de un cambio de figura, de una transfiguración. Al descender al valle de la vida cotidiana es mejor no contar demasiado lo que ha sucedido. La capacidad de afrontar con serenidad y esperanza los problemas de la vida cotidiana será la mejor prueba de que Dios ha pasado por nuestras vidas y, siquiera por unos instantes, nos ha hecho entrever su misterio de amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En este espacio puedes compartir tus opiniones, críticas o sugerencias con toda libertad. No olvides que no estamos en un aula o en un plató de televisión. Este espacio es una tertulia de amigos. Si no tienes ID propio, entra como usuario Anónimo, aunque siempre se agradece saber quién es quién. Si lo deseas, puedes escribir tu nombre al final. Muchas gracias.