sábado, 1 de octubre de 2016

Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo

Después de unos días de ejercicios espirituales con mi comunidad, vuelvo a mi cita diaria. La experiencia de estos días de retiro comenzó con una sorpresa durante el viaje de ida a la casa de retiros en Pesche. Una llamada telefónica desde Nigeria nos avisó de que el misionero claretiano Victor Orpin había sido secuestrado en la carretera que une la capital Abuja con la misión de Kaba. Los secuestradores exigían lo equivalente a unos 30.000 euros para su rescate. Podéis imaginaros la preocupación. Os ahorro todos los detalles de lo que sucedió a lo largo de la jornada del lunes. Lo mejor es que el secuestro terminó con un final feliz. El martes dedicamos nuestra oración vespertina a dar gracias a Dios por la liberación. En una familia grande casi todos los días suceden cosas que rompen la rutina. Los sufrimientos y los gozos son compartidos.

Hoy comenzamos un mes muy misionero. Se abre con la memoria de Santa Teresita del Niño Jesús (1873-1897). Su corta vida –apenas 24 años– es apasionante. Fue canonizada por Pío XI en 1925, a 28 años de su muerte. Sorprende también que sus padres –Luis Martin y Maria Celia Gérin– fueran canonizados hace apenas un año por el papa Francisco. Es emocionante conocer historias de familias enteras que viven la fe con alegría y profundidad. Nos ayudan a creer, esperar y amar en tiempos difíciles. Estoy convencido de que no hay mejor escuela de transmisión de la fe que la propia familia. Porque en su seno se ponen a prueba cada día las verdaderas convicciones. 

De todos modos, hoy quiero fijarme en una frase de san Jerónimo, un santo con bastante mal carácter pero enamorado de la Biblia. La frase es la que encabeza este post: “Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”. Suena un poco fuerte, pero es verdadera. Por desgracia, aunque se ha avanzado mucho, a muchos católicos se les cae la Biblia de las manos. La tienen en sus casas, pero no saben qué hacer con ella. Les aburre, no la entienden, no saben a quién acudir para iniciarse en su lectura. Algunos se aventuran a leer cada día algunos versículos, pero pronto se cansan. Les faltan las nociones básicas para saber de qué se trata. No es un libro caído del cielo, sino un conjunto de escritos que se ha ido formando a lo largo de muchos siglos. 

Este blog no puede suplir a un buen curso bíblico, pero se me ocurre recomendaros una página web que llevamos los claretianos y que puede ayudaros a los que tengáis algún interés. Se llama Portal Bíblico CMF. En ella encontraréis cursos bíblicos de nivel básico, intermedio y avanzado y otros muchos subsidios. Pero nada es comparable a la posibilidad de realizar un camino de iniciación con alguien que ame la Biblia, que tenga un buen nivel formativo y, sobre todo, que sepa compartir sus conocimientos y acompañar a los que buscan. Quienes hayáis hecho esta experiencia es probable que tengáis la impresión de haber descubierto un mundo nuevo, de comenzar a navegar por un mar lleno de continuas sorpresas. No encuentro nada mejor para renovar nuestra fe que adentrarnos en la mina inagotable de la Palabra de Dios. 

3 comentarios:

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