sábado, 22 de septiembre de 2018

Bajar a lo concreto

Cada día escribo sobre lo que me pide paso. No tengo un plan previsto. A veces, las entradas  del Rincón de Gundisalvus conectan con lo que viven muchos lectores; otras veces apuntan en direcciones opuestas. Hablando con unos y con otros, caigo en la cuenta de que son pocos quienes disfrutan con planteamientos de fondo. Se imponen los asuntos concretos. Ayer, un profesor que trabaja con gitanos dejó un par de comentarios en este blog aludiendo a las dificultades para lograr una plena integración de las minorías (étnicas, religiosas, etc.)  en los colegios españoles. Otro amigo mío anda preocupado por la elevada cuota que tienen que pagar los trabajadores autónomos. Un joven ejecutivo baraja la posibilidad de abandonar la empresa en la que lleva tres años y aceptar la propuesta de otra nueva, aunque esto le suponga cambiar de país. Son varios conocidos los que están preocupados porque no encuentran una solución satisfactoria para la atención de sus padres ancianos. Una amiga médica, al no lograr la convalidación de su título en un país latinoamericano, se está planteando volver a casa o iniciar una nueva aventura en otro país. Hoy espero a alguien que va a hablarme de la crisis vocacional que está viviendo. La vida se nos va en cosas muy concretas, muy a ras de suelo. Tienen que ver con la salud, el trabajo, la economía, las relaciones, etc.

¿Cómo equilibrar lo urgente y lo importante? A veces coinciden, pero muy a menudo discurren por cauces distintos. Lo urgente nos atrapa: una factura que hay que pagar, la declaración de la renta, el colegio de los niños, la entrevista con el tutor, la reparación de una tubería, un artículo que hay que entregar, una operación pendiente, la firma de un documento… La vida se teje de pequeñas cosas que, en realidad, son las que más requieren nuestra atención. Cuando estamos atrapados por ellas, si alguien viene hablándonos de las injusticias en el mundo, del cambio climático o de lo que Dios nos pide, podemos mandarlo a la calle con cajas destempladas. Todos estos asuntos nos parecen propios de personas ociosas que tienen la vida resuelta y disponen de tiempo para ocuparse del sexo de los ángeles. La vida real, la de cada día, tiene que bregar con historias más prosaicas, pero infinitamente más tangibles: desde el aumento del recibo de la luz y la gasolina hasta las listas de espera en la sanidad, pasando por los problemas con la asociación de vecinos o con la propia suegra.

Jesús fue un experto en las cosas concretas. Sus parábolas parten siempre de lo que la gente de su tiempo vivía. Eran historias que reflejaban las preocupaciones de sus paisanos. Por eso, todo el mundo las entendía a la primera.  Pero él no se limitaba a entretener al personal a base de cuentos inocentes. Cada historia contenía dinamita, proyectaba un hecho diminuto a una dimensión trascendente. Jesús tenía la capacidad de hablar del misterio de Dios a partir de la levadura que una mujer introduce en la masa de pan o de la semilla que un campesino arroja en la tierra. No se trata de pasar por encima de los hechos de la vida cotidiana, sino de aprender a trascenderlos, a leer lo que significan. Muchas personas están tan atrapadas en lo que viven que han perdido la capacidad de ir un poco más allá. Corremos el riesgo de volvernos in-trascendentes. Está bien preocuparse por la cuota de los autónomos o el colegio de los hijos, pero ¿qué significa eso?, ¿adónde apunta?, ¿de qué manera nos ayuda a ser mejores? Bajar a lo concreto es lo propio de personas que se manchan las manos en las responsabilidades cotidianas. Trascender lo concreto es lo propio de personas que han aprendido a vivir en profundidad. Ambas dimensiones son necesarias para una vida equilibrada.

1 comentario:

  1. En este texto aludes a “las dificultades” “de las minorías” “para lograr una plena integración” “en los colegios españoles”. El sujeto de tu reflexión son “las dificultades de las minorías” [SUS dificultades]. No comparto este planteamiento.
    Pienso, desde un enfoque sistémico, que todos somos sujetos interconectados, parte del problema y de la solución, agentes socio-educativos: fundamentalmente, las Administraciones, los propietarios de los centros escolares, el profesorado, las familias y compañeros de las distintas clases y grupos sociales, los medios de comunicación, las redes de acción social y los grupos de presión. Y ahí las congregaciones religiosas tenéis un papel importante, per se y por el uso que de las mismas realizan otros agentes sociales.
    Hace poco asistí a una Primera Comunión en un colegio religioso (ni un gitano en ninguna de las etapas que tienen en el mismo; cuotas estratosféricas en el Bachillerato…) y los niños cantaron una canción que se llama “Mi Dios gitano”… ¡Me quedé de piedra! Es pensar que con un texto etéreo que esté bien redactado y que contenga las palabras clave en orden correcto, entonces ya hemos cumplido, sin mirar para nada la coherencia cotidiana, las garantías de ejecución ni los indicadores claros de avanzar en ese sentido… sin ver que todo eso (“educación en valores”, canciones sensibleras, documentos con grandes objetivos humanistas…) es papel mojado y no vale para nada; bueno, sí, para la legitimación y el currículum político de la institución, nada más. Que este doble lenguaje es cómplice de esta farsa que infla los documentos teóricos de retórica vacua y sentimentaloide, pero no aporta absolutamente nada más allá de los simbolismos (vanos). ¿Algún día, en las pugnas sociales que inevitablemente se producen en toda sociedad, las escuelas católicas dejarán de “mirar al cielo” y se sentirán protagonistas y co-responsables en la consecución de una escuela y sociedad inclusivas? Pienso que la FERE y la CONFER, en vez de situarse a la defensiva y acosadas en estos temas, debieran abordar esta realidad desde el compromiso cristiano al que dicen servir y escuchar a las asociaciones gitanas, por ejemplo (en España existe un Consejo Estatal del Pueblo Gitano).
    Puede consultarse sobre este tema:
    - Revista de la Asociación de Enseñantes con Gitanos, nº 33, monográfico sobre la segregación escolar: http://aecgit.pangea.org/boletines/boletin33/REVISTA_33_AECGIT_NI.pdf
    - Revista de Caritas Española “Corintios XIII”, nº 164: https://www.apoecyl.org/images/2018/publicaciones/Articulo_JoseEugenioAbajo.pdf
    - Revista “Educar(nos)”, nº 51, del Movimiento de Educadores Milanianos: file:///C:/Users/PROPIETARIO/Downloads/Dialnet-QuererADosMujeresALaVez-5311504.pdf

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