Este año se cumplen los 250 años del nacimiento del “sordo genial”, el gran Ludwig van Beethoven, acaecido en diciembre de 1770. Su vida, como la de la mayoría de los genios,
fue bastante atormentada. Gozó de fama, tuvo dinero, pero su salud quebradiza,
su carácter irascible (algunos hablan de bipolar) y sus desengaños amorosos
(nunca contrajo matrimonio) lo llevaron a la tumba a la edad de 57 años. Tres
días después de su fallecimiento, el 29 de marzo, tuvo lugar el funeral en la
iglesia de la Santa Trinidad de Viena. En él se interpretó el Réquiem en re menor
de Wolfgang Amadeus Mozart. Se dice que asistieron más de 20.000 personas,
entre las que se encontraba Schubert, gran admirador suyo. La tumba de
Beethoven se encuentra en el cementerio Zentralfriedhof
de Viena. Es difícil encontrar a alguien que no haya escuchado alguna vez los
primeros compases de su famosa Quinta
sinfonía. ¡Hasta la publicidad se ha servido en varias ocasiones de
su famoso sol-sol-sol-mi, fa-fa-fa-re! Pero lo que todo el mundo conoce sin duda es su
famoso Himno a la Alegría (la oda de Schiller), incluido de manera heterodoxa (porque las sinfonías son piezas
instrumentales) en la Novena
Sinfonía.
Un youtuber al que sigo y admiro, Jaime Altozano, nos explica con mucha gracia y conocimiento el secreto de la melodía
más famosa del mundo, que se ha convertido en el himno de la Unión europea.
Y Sheila Blanco,
que ya apareció en este Rincón a propósito de su atrevida composición sobre Mozart, acaba de narrar ahora la vida del sordo genial sirviéndose de la melodía
principal de su Quinta sinfonía. Os dejo con el vídeo y la letra. Ya tenemos menú
musical para el fin de semana.
BEETHOVEN SOY
¿Quién anda ahí?
¡Beethoven soy!
Vengo a contar
que mi destino se forjó
con sinfonías
como esta Quinta, ¡que es muy top!
Primero fui
compositor del Clasicismo
pero mi estilo evolucionó al Romántico.
pero mi estilo evolucionó al Romántico.
Todo empezó
cuando mi padre me obligaba a trasnochar
para tocar y
convertirme en otro Mozart sin igual.
Él se pasaba el
día bebiendo,
mi madre todo el
tiempo enferma,
aquello siempre
fue un infierno
pero al fin me
fui a Viena
con ayuda de un
mecenas en mi triste adolescencia.
Trabé amistades y
compuse con solvencia.
Con 20 años dio
comienzo mi sordera.
¡Qué mal!
Pero la música me
salvó la vida entera
al igual que al
gran James Rhodes,
transformó mi
sufrimiento;
dejar de oír fue
tan injusto, la peor de las tragedias.
Además me quedé solo
pues me dieron
calabazas,
pero eso no
importó:
porque compuse
las sonatas más hermosas
y la música de
cámara;
porque compuse
también nueve sinfonías
que son de mi
repertorio la joya de la corona
que tú debes escuchar.
que tú debes escuchar.
compositor y director uiversal!
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