¿Qué sería de las
celebraciones litúrgicas sin el canto? Gracias a Dios, en mi comunidad romana
todos los días cantamos, sobre todo durante la Eucaristía matutina. Con frecuencia,
me toca acompañar el canto con el teclado o la guitarra. Los jueves por la
tarde tenemos un breve ensayo de quince minutos para ir aprendiendo cantos
nuevos. Me gusta mucho la música litúrgica italiana. El hecho de que en italiano la mayor
parte de las palabras sean llanas (y no agudas, como en el caso del español) les
da a los cantos un aire más sereno y melodioso. No es lo mismo decir “Signore” (con el
acento en la segunda sílaba) que “Señor” (descargando toda la fuerza en la última). Parecen
minucias, pero determinan el modo de componer y, en consecuencia, de cantar. No
soy un músico profesional, pero disfruto con la música y puedo manejarme con algunos
instrumentos.
Hay un manojo de canciones que configuran mi manera de entender
la relación con Dios, con Jesús, con el Espíritu o con María. Hoy he
seleccionado una muy conocida del compositor Marco Frisina,
sacerdote romano y director del coro de la diócesis de Roma. Es cuatro años mayor que yo. Tiene a sus
espaldas una amplia carrera musical como biblista, compositor y director.
Algunas de sus composiciones han tenido una proyección mundial, como la célebre
Jesus
Christ, you are my life, sobre la que tal vez escriba algún día. Fue el himno de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Roma el año 2000, la fecha del Gran Jubileo.
El canto
seleccionado es Ti seguirò, Signore. Para los interesados, aquí
está la partitura. Me gusta porque es breve, tiene una estructura musical
limpia y se puede cantar con facilidad. La melodía es tan pegadiza que acude a
la mente en cualquier momento. Tanto en el amor, como en el dolor, como en la
alegría, siempre podemos decir: “Te seguiré, Señor”. Necesitamos melodías
sencillas y de calidad que nos permitan expresar nuestros sentimientos
religiosos. Hay ocasiones en las que no sabemos qué decir. Un buen canto puede
venir en nuestra ayuda. En España y Latinoamérica hay algunos cantos que están en
boca de todos los católicos. Basta atacar las primeras notas para que una
comunidad parroquial o un grupo empiece a cantar. ¿Quién no se sabe de memoria “Tú
has venido a la orilla”, “Juntos como hermanos”, “Vienen con
alegría” o “Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás”? Todos
ellos tienen más de 40 años, pero se siguen cantando. Cuando un canto entra en
el alma del pueblo permanece durante mucho tiempo. Es difícil sustituirlo por
otro. Lo que importa es que sea un canto bueno, sencillo y con un texto que nazca
de la Palabra de Dios. El canto de Frisina que hoy os propongo reúne estas
características. Lo mejor es escucharlo viendo alguno de los vídeos que os
pongo abajo y teniendo delante la letra. He añadido una traducción literal al
español.
ITALIANO |
ESPAÑOL |
Ti seguirò Ti seguirò, o Signore E nella tua strada camminerò. Ti seguirò Nella via dell'amore E donerò al mondo la vita. Ti seguirò Ti seguirò, o Signore E nella tua strada camminerò. Ti seguirò Nella via del dolore E la tua croce ci salverà. Ti seguirò Ti seguirò, o Signore E nella tua strada camminerò. Ti seguirò Nella via della gioia E la tua luce ci guiderà. Ti seguirò Ti seguirò, o Signore E nella tua strada camminerò. |
Te seguiré Te seguiré, Señor Y en tu camino andaré. Te seguiré En el camino del amor Y daré la vida al mundo. Te seguiré Te seguiré, Señor Y en tu camino andaré. Te seguiré En el camino del dolor Y tu cruz nos salvará. Te seguiré Te seguiré, Señor Y caminaré por tu camino. Te seguiré En el camino de la alegría Y tu luz nos guiará. Te seguiré Te seguiré, Señor Y caminaré por tus caminos. |
Vamos ahora con una versión coral sin grandes pretensiones.
El Señor llega por donde menos esperas… Un día te da la seguridad de que con Él nada te va a faltar, estés en las situaciones que estés y otro día te espera a través de la música y el canto que escuchados una y otra vez, de una manera muy suave, te invita al compromiso de “seguirle” en cualquier situación que te encuentres… Gracias por descubrirnos la oración a través del canto… ¡Qué suerte tenéis los que podéis orar en comunidad, porque vibráis al unísono!… Muchísimas gracias Gonzalo.
ResponderEliminar