domingo, 27 de noviembre de 2022

Ya es hora de despertar


Han pasado casi 200 días desde que este blog alcanzó las 2.000 entradas. Entonces me despedí de sus lectores, sin tener muy claro si continuaría más adelante o lo cerraría definitivamente. Durante este medio año he añorado en algunas ocasiones el encuentro diario con todos vosotros. En este tiempo de verano y otoño han sucedido muchas cosas que me hubiera gustado compartir. Pero debo reconocer que también he descansado y me he oxigenado con nuevos encuentros y proyectos. Un buen número de lectores me ha dicho que echaban de menos este Rincón. Al final, después de un discernimiento tranquilo, me he decidido a reabrirlo coincidiendo con el comienzo de un nuevo año litúrgico y también con una nueva responsabilidad en el campo de la evangelización. He sido nombrado director de la editorial Publicaciones Claretianas en sustitución de mi compañero de comunidad Fernando Prado, que el pasado 31 de octubre fue nombrado obispo de San Sebastián. Comienzo, pues, una nueva etapa laboral en el momento en el que me aproximo a la jubilación civil. Es una de esas paradojas típicas de la vida misionera que nos mantiene siempre despiertos, en pie de misión. 

En estos meses he barajado diversos modos de comunicación con vosotros. En algún momento pensé sacarle más partido a mi viejo canal de YouTube (apenas utilizado) y hacer pequeños vídeos, pero no dispongo de tiempo para ello. Tampoco me veo haciendo TikToks como algunos sacerdotes jóvenes a los que conozco y admiro (por ejemplo, el mexicano Heriberto García Arias o el italiano Alberto Ravagnani), así que, de momento, seguiré escribiendo. Todavía creo en el poder transformador de la escritura y la lectura. Espero no haberme equivocado de siglo. 


Hoy es el Primer Domingo de Adviento. Hace tres días recibí un escrito de Mijail, un amigo mío ucraniano del que hablé hace meses. Después de describir a grandes rasgos la historia de su país y algunos hitos de la actual guerra contra Rusia, concluye con tono combativo: “La gente que no ha nacido en Ucrania nunca jamás va a entender que Ucrania no se va a rendir, que luchará hasta el final (aunque sea tirando piedras), que prefiere sufrir sin luz, sin gas, sin agua o sin comida e incluso morir... antes que ser esclava de Rusia”. En su opinión, Putin no supo calibrar el factor humano cuando empezó la guerra el pasado febrero; por eso, la va a perder. Mientras releo el escrito encendido de mi amigo ucraniano, me pregunto cómo se realiza hoy el sueño que el profeta Isaías nos regala en la primera lectura: “De las espadas forjarán arados, / de las lanzas, podaderas. / No alzará la espada pueblo contra pueblo, / no se adiestrarán para la guerra. / Casa de Jacob, venid; / caminemos a la luz del Señor”. No sé cómo ni cuándo se hará realidad este sueño bíblico, pero en él se dice que en los planes de Dios “no alzará la espada pueblo contra pueblo”; o sea, que la guerra es siempre un retroceso en la evolución humana, no un camino de futuro. ¡Lástima que haya algunos que ganan mucho adiestrando a otros (quiero decir, vendiéndoles armas) para la guerra!


En Madrid nos hemos levantado con frío. Cuando he abierto la ventana a eso de las 6 de la mañana la temperatura rondaba los 2 grados. Desde el pasado jueves las calles están engalanadas con once millones de bombillas de colores. Para que no nos escandalicemos del derroche energético, las autoridades municipales se han apresurado a decirnos que se trata de bombillas LED de bajo consumo. Yo estuve en la Plaza de España en el momento del encendido oficial. Confieso que no experimenté ningún sobresalto. Es verdad que las luces ambientan la ciudad, pero cada vez me convenzo más de que, tras su apariencia estética, su verdadero objetivo es incrementar las ventas en un período del año en el que todos nos volvemos más gastadores. A mí lo que me llega al corazón es el Adviento y su llamada a estar en vela porque -como dice Jesús en el evangelio de hoy- “no sabéis qué día vendrá vuestro Señor”. Es “día” es, en realidad, cualquier momento de nuestra vida en el que tomamos conciencia de quiénes somos, para qué existimos, qué nos cabe esperar y, en consecuencia, qué debemos hacer. No siempre estamos despiertos para descubrirlo.


Este año, de manera excepcional, el Adviento coincide prácticamente con el Mundial de Fútbol de Catar. Si no estoy mal informado, la final será el domingo 18 de diciembre, que es cabalmente el último domingo de Adviento. No sé cuál será la selección ganadora, pero estoy seguro de que para muchas personas del país que venza la Copa, la Navidad tendrá el sabor del triunfo deportivo. Todo lo demás, incluyendo el nacimiento de Jesús, pasará a un segundo plano. Creo que, hoy por hoy, no hay “religión” más ecuménica y transcultural que el fútbol y su complejo entramado económico. El pobre niño de Belén no puede competir con la poderosa FIFA. Juega en otra liga.

12 comentarios:

  1. Bienvenido otra vez, Pater. Lo segundo q he hecho este domingo ha sido leer esta preciosa reflexión. El Mundial se va pero Jesus se queda. Gracias x volver. Feliz adviento.

    ResponderEliminar
  2. Buenos días Gonzalo!!!!!! Que alegría la reapertura del blog. Enhorabuena por tu nuevo proyecto. ¿Qué tipo de publicaciones son, es para los Claretianos o para todo el mundo? Un abrazo. Maía

    ResponderEliminar
  3. Aunque no ganemos ninguna copa tenemos la felicidad de saber que ocurre en Navidad y jugar en la liga del Niño que viene.

    ResponderEliminar
  4. Anónimo de 9,37 es Jesús M. Oliver O.Cist.

    ResponderEliminar
  5. Gracias por tu regreso, extrañaba leer tus escritos.
    La Navidad siempre será más importante que el Mundial de Fútbol

    ResponderEliminar
  6. Gracias por volver. Lo recibo como un regalo, porque yo también he añorado el encuentro diario contigo, aunque, en cierta manera, lo iba teniendo aprovechando elegir alguna entrada antigua, de las muchas a las que tenía acceso y las leía y reflexionaba como “nuevas”… Llevan el mensaje según el momento que se vive y he podido experimentar como lo que escribes va dejando un “poso” que va saliendo en momentos concretos.
    Gracias por aconsejarnos este “estar en vela”… y ayudarnos a caer en la cuenta de que “no siempre estamos despiertos para descubrirlo”…
    Se mezclan tantos sucesos, de todo tipo, a la vez, que nos resulta difícil profundizar y elegir lo más conveniente en cada momento. Me pregunto ¿quién se entera de que es Adviento?

    ResponderEliminar
  7. Gracias también Gonzalo, por compartir el tema de tu nuevo cargo... El Señor te va manifestando sus caminos a través de la confianza que depositan en ti, tus hermanos.

    ResponderEliminar
  8. Gracias Gonzalo por compartir tus reflexiones con el mundo.

    ResponderEliminar
  9. Hno manolo. CMF . Muchas gracias por seguir compartiendo. No siempre se acierta con las reflexiones pero otras veces tienes intuiciones e ideas muy buenas y eso ayuda y alimenta la esperanza. Bendiciones para esta nueva etapa.

    ResponderEliminar
  10. GRACIAS! Siempre es bueno leerte. Él viene siempre, felices los ojos que lo ven y son luz para otros. Cristina, rmi

    ResponderEliminar
  11. Che grande gioia iniziare l'Avvento leggendoti di nuovo!congratulazioni per il tuo nuovo impegno molto interessante che ti terrà molto impegnato ma avrai tante soddisfazioni.Le parole del tuo amico ucraino sono toccanti ed allo stesso tempo impressionanti.Questa guerra non finirà per ora se non ci sarà la possibilità di fermare Putin
    Leggerti di nuovo è un grande conforto.

    ResponderEliminar
  12. Dios le bendiga. Gracias por volver a escribir y desde allí también ayudar alimentar nuestra fe... Porque escribir es la mejor manera de resistir. Bendiciones

    ResponderEliminar

En este espacio puedes compartir tus opiniones, críticas o sugerencias con toda libertad. No olvides que no estamos en un aula o en un plató de televisión. Este espacio es una tertulia de amigos. Si no tienes ID propio, entra como usuario Anónimo, aunque siempre se agradece saber quién es quién. Si lo deseas, puedes escribir tu nombre al final. Muchas gracias.