miércoles, 4 de septiembre de 2024

Hablar menos y escuchar más


Estoy acompañando unos días a los participantes en el VI Congreso de la Fraternidad Misionera Verbum Dei en su centro internacional de Loeches, Madrid. Se trata de una familia eclesial fundada en 1963 por el sacerdote mallorquín Jaime Bonet. Creo que es la primera vez que colaboro con esta comunidad. No es fácil explicar en pocas palabras en qué consiste una “familia eclesial”. Ni siquiera los teólogos y canonistas acaban de ponerse de acuerdo. 

Podríamos decir que se trata de un grupo de cristianos que, conscientes de haber recibido un carisma común, constituyen una “familia” o institución que agrupa distintas formas de vida cristiana: desde laicos consagrados hasta sacerdotes y matrimonios. La riqueza es innegable y la complejidad también. No resulta nada fácil organizar la vida de un grupo internacional con estas características. El paso del tiempo irá ajustando las piezas que no siempre acaban de encajar. Por mi parte, me limito a escuchar con atención y a facilitar algunas dinámicas de diálogo y discernimiento.


El complejo donde vivimos es una pequeña ciudadela enclavada en la cima de un cerro poblado de pinos y otras especies. Durante todo el día nos sobrevuelan los aviones que despegan de Barajas. Parece que este es un corredor aéreo, así que AENA se encargó de colocar en todos los edificios puertas y ventanas especiales para garantizar un mínimo aislamiento acústico. No hay mal que por bien no venga. Como estamos en un alto, sopla una brisa fresca que mitiga los calores de estos días. Todo va transcurriendo con paz y mucho diálogo. 

El español y el inglés se alternan en la liturgia, en las reuniones y en el comedor. La mayoría de los participantes se manejan en las dos lenguas. Hay gente de México, Filipinas, Escocia, Singapur, Australia, Alemania, Italia, Portugal, Perú, Brasil, Camerún, Congo, Guinea Ecuatorial… y, por supuesto, de España. Como sucede en asambleas de este tipo, el sentido de fraternidad prevalece sobre los posibles motivos de conflicto. La interculturalidad es una clara señal identitaria.


La Fraternidad Misionera Verbum Dei es una de las muchas comunidades que se han ido fundando a raíz del Concilio Vaticano II. Las llamadas “nuevas comunidades” presentan una inmensa gama de matices, desde las posturas más conservadoras hasta las más aperturistas. En general, uno de los rasgos comunes es la agrupación de diversas formas de vida cristiana y la difuminación de las rígidas fronteras canónicas que existían en el pasado. Hay una vigorosa conciencia de ser miembros del mismo Pueblo de Dios y de la necesidad de ensayar nuevos modos de evangelización que partan de la cercanía a la gente y del anuncio de la Palabra.

Estamos dedicando cuatro días a hablar sobre los temas esenciales del Congreso siguiendo la metodología de las “conversaciones espirituales”. Todos nos sorprendemos de lo que sucede cuando escuchamos a los demás en vez de preparar nuestros argumentos. Las convergencias no se logran a base de votaciones interminables, sino mediante un ejercicio paciente y respetuoso de discernimiento. Muchas cosas pueden cambiar en la manera de conducir nuestras reuniones y asambleas. Se trata de hablar menos y escuchar más. 


1 comentario:

  1. Qué suerte tienes de poder vivir experiencias tan diversas y enriquecedoras y nosotros, los que te leemos en el Rincón, también tenemos la suerte de recibir tus comentarios, a través de los cuales podemos saborearlas y abrirnos a ampliar nuestros horizontes… Gracias Gonzalo.

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