viernes, 28 de abril de 2017

El futuro se llama esperanza

No sé si todos habéis oído hablar de las famosas TED Talks. La sigla TED viene de las palabras inglesas Technology (Tecnología), Entertainment (Entreteni-miento) y Design (Diseño). Se trata de breves charlas (talks) en internet –con subtítulos en numerosas lenguas– sobre los asuntos más variados. Uno las puede ver en línea o descargar gratis. Según los creadores de esta iniciativa, se trata de ideas “que merece la pena difundir” en este mundo globalizado. Los conferenciantes suelen ser personajes famosos, desde el expresidente norteamericano Bill Clinton y el magnate tecnológico Bill Gates hasta el papa Francisco, uno de los últimos en sumarse a este proyecto. Os propongo escuchar su charla, difundida hace solo tres días. Lo hago precisamente hoy porque a las 10.45 (hora de Roma) el Papa emprende un arriesgado y breve viaje a Egipto, el país donde se ha quebrado la convivencia entre cristianos y musulmanes. En la charla de poco más de 17 minutos, Francisco confiesa que a menudo, ante los males que sufren muchas personas en nuestro mundo, se ha preguntado: ¿Por qué ellos y no yo? Imagino que todos nosotros nos hemos formulado muchas veces una pregunta semejante. ¿Por qué disfrutamos de salud, oportunidades educativas, bienestar económico y reconocimiento social mientras otros lo pasan mal? O, por el contrario, ¿por qué estamos enfermos, sin empleo, en los márgenes de la vida mientras otros parecen disfrutar? ¿Qué hemos hecho para merecer o desmerecer? ¿Hay una especie de predestinación o se trata de una ruleta rusa que reparte la suerte al azar?

Estas preguntas parecen dirigirse al pasado y al presente, pero, en realidad apuntan al futuro. Tal como están las cosas, ¿merece la pena confiar en que vendrán tiempos mejores? Muchos padres actuales temen que el futuro que aguarda a sus hijos sea peor que el presente que ellos disfrutan. Si hay algún continente donde se respira –casi se palpa– esta desconfianza hacia el porvenir es Europa. Quizás esto explique en parte el bajísimo índice de natalidad.  Muchas jóvenes parejas no quieren dejar en herencia a sus hijos un mundo que intuyen será peor que el actual. El papa Francisco es muy consciente de esta enfermedad moderna. Es como si tuviera un sexto sentido para percibirla. Por eso, en su charla TED, propone nombrar al futuro con el término esperanza. Como él mismo aclara, la esperanza no se basa en un talante optimista o en simples factores de crecimiento económico o bienestar social. La esperanza se da incluso cuando todos estos elementos parecen empujarnos en dirección contraria. La esperanza es una confianza radical en la bondad de la vida y, en definitiva, en el Dios que sostiene la existencia. No esperamos porque nos creamos capaces de resolver todos los problemas sino porque sabemos que “estamos en buenas manos”. 

Os dejo con la charla TED del papa Francisco. En el caso de no entender italiano, no olvidéis activar los subtítulos en español editando el vídeo en YouTube y buscando el idioma deseado en Configuración-Subtítulos.


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