Neuronas, mística y química

Reconozco que el título puede echar para atrás a más de uno. Pero puede atraer a otros. ¿Cuántas veces nos hemos preguntado si esto que llamamos religión -y, más en concreto, la experiencia mística- no es más que un producto del cerebro? Diego Golombek, en su obra Las neuronas de Dios, intenta elaborar una neurociencia de la religión y de la espiritualidad. Para algunos científicos, "creer en Dios" no es ningún fenómeno trascendente sino el resultado de una alteración química del cerebro que se puede lograr de modos diversos. ¿Existen psicofármacos que "provocan" la fe como provocan determinados estados eufóricos? La neurofisiología está investigando a fondo estas y otras cuestiones relacionadas.

Cuando Jesús invita a sus primeros discípulos a "venir y ver", ¿qué les está proponiendo? ¿Una experiencia psicodélica? ¿Por qué algunas personas parecen creer con facilidad, como si la fe fuera algo connatural, y otras, por el contrario, son renuentes? ¿Se trata solo de conexiones entre neuronas? ¿Es reductible la espiritualidad a un fenómeno cerebral, como muchos pretenden afirmar hoy? ¿Qué tiene de particular la experiencia mística? ¿Altera el nivel de la conciencia? 

Son cuestiones que no se pueden responder de manera rápida y superficial porque están siendo objeto de muchos estudios. Os dejo con una reciente conferencia bastante larga de Carlos Blanco Pérez. Se titula "La relación entre la neurología y el fenómeno espiritual". A los que dispongáis de tiempo y os interesen estas cosas, os puede resultar iluminadora. Los creyentes seguimos pensando que la fe, aunque pase a través de procesos cerebrales, es un fenómeno que trasciende la materia. Pero tenemos que reconocer que es mucho más lo que ignoramos que lo que sabemos. Nunca es tarde para seguir buscando con humildad.