Pocas personas llegan a ser famosas. El diccionario de la RAE entiende por famoso, en primer
lugar, lo que es “ampliamente conocido”.
Predomina un criterio cuantitativo. La segunda acepción reza así: “Muy conocido y admirado por su excelencia”.
Se subraya el aspecto cualitativo. Es obvio que hay famosos que lo son por el
simple hecho de que los conoce mucha gente, sin que hayan realizado nada excelente.
Quizá podríamos calificarlos de “famosillos” o “famosetes”. Es mejor no dar nombres.
Y hay personas muy valiosas en los diversos campos del saber y del arte que
apenas son conocidas y que ni siquiera buscan serlo. Ciñéndonos al mundo del
arte, hay estrellas rutilantes que han ascendido al firmamento de la fama por
méritos propios y (casi siempre) por colosales campañas de publicidad. Y artesanos que son verdaderos maestros a los que se les niega el pan y a sal o se les da con cuentagotas. Algunos de ellos no quieren ser famosos para no tener que pagar el “precio de
la fama”. Prefieren conducir una vida sencilla y discreta, alejada de los focos y centrada
en su trabajo creador. Hacen bien. Se podrían poner también muchos ejemplos extraídos del mundo
de la literatura, la pintura o la música.
En este blog me he referido varias veces al cordobés
Nacho Lozano, que es un músico de 40 años dotado de una versatilidad extraordinaria y a quien no conozco personalmente, pero me gustaría hacerlo algún día. Puede cantar una pieza lírica, un palo de flamenco, una balada pop o música góspel. Además de hacer sus propias composiciones,
tiene una enorme facilidad para imitar a artistas famosos. En la mayor parte de
los casos, los supera en afinación, técnica vocal y potencia. Además, es un
cristiano que no se avergüenza de confesar su fe sin necesidad de llevar una
etiqueta pegada en la frente. Os propongo comenzar escuchando una oración
titulada Total praise, interpretada
por el coro góspel que él dirige en Córdoba (España), su ciudad natal. Esta canción es una súplica por todos aquellos que han muerto a causa del coronavirus y que no han podido ser despedidos como hubiera sido necesario. Los componentes del coro han grabado el tema desde sus casa, dada la situación de confinamiento que vivimos. En el vídeo se puede leer la letra de la canción en inglés (original) y en español (traducción).
Uno de los retos personales de Nacho, resuelto con brillantez, era emular a su admirado
Camilo Sesto en la interpretación del tema Getsemaní,
de la ópera rock Jesucristo Superstar.
Os dejo con la grabación doméstica que colgó en las redes el pasado Jueves
Santo.
Dado que estamos
en el tiempo pascual, no estará de más escuchar la versión que su coro ha
grabado del célebre Aleluya de
Leonard Cohen. Corren por la red otras más espectaculares, pero se nota
demasiado el Autotune y los ajustes de los ingenieros de sonido. Aquí, el canto
suena más fresco, sin tanta cosmética electrónica.
Para terminar, os
dejo con una de las numerosas grabaciones en las que Nacho Lozano imita (y a veces parodia) a algunos
artistas conocidos (en esta ocasión junto a Patricia Aguilar). No está mal poner un poco de humor en los tiempos que
corren.
Gracias por poner la música... Me ha gustado toda... Al escuchar la de Getsemaní, me ha parecido que era "un eco" del grito de muchos.
ResponderEliminarGonzalo, cuidate.