Soy un usuario habitual de dos redes sociales: Facebook y Twitter. La
verdad es que me siento más cómodo en la primera que en la segunda, quizá porque
permite explayarse más. Los detractores de estas redes dicen que están hechas
para los exhibicionistas (en el caso de Facebook)
y para los narcisistas (en el caso de Twitter).
Creo que no andan desencaminados. Las redes pueden ser –y creo que, de hecho,
lo son en muchos casos– el sustitutivo de una comunicación directa, franca y
espontánea. Al final, uno puede quedar completamente en-redado; es decir, prisionero de mecanismos que no controla, víctima
de un anónimo Gran Hermano que registra tus preferencias, relaciones,
vocabulario más usual, etc. El tiempo nos dirá hasta qué punto estas “redes
sociales” no son sino sofisticados mecanismos para “pescar conciencias”, en
cuyo caso el término red sería muy apropiado.
Pero de lo que hoy quiero hablar es de la terminología que cada una de las
redes usa. En Facebook, las personas
que se relacionan con nosotros son nuestros “amigos” (friends), mientras que Twitter
habla de “seguidores” (followers).
Yo tengo ya la friolera de 600 amigos en Facebook.
No quisiera sobrepasar esta cifra. Me propuse no aceptar a nadie que no
conociera de antemano, pero no siempre he sido fiel a este criterio. En Twitter, uno no elige o acepta a sus seguidores, sino que ellos se
adhieren espontáneamente. La diferencia es significativa. En Facebook domina la relación, mientras que en Twitter
prevalece la admiración.
Lo que más me sorprende es que las dos categorías de socios (amigos y seguidores) son típicamente evangélicas. Jesús se dirige a los
suyos –sobre todo, en el evangelio de Juan– llamándoles amigos: “Ya no os llamo
siervos sino amigos” (Jn 15,15). A
algunos los invita a que lo sigan de cerca: “Seguidme,
y yo haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando al instante las redes, le
siguieron” (Mc 1,17-18). ¡Hasta se habla de redes (no sociales, claro está)! A veces tengo la impresión de que todo lo que los discípulos de Jesús tiramos a la basura (por ignorancia, cansancio o afán de novedades) se recicla de mil maneras en esta "cultura supermercado" en la que vivimos.
Gracias Gonzalo por lo que compartes en el blog, ayuda a ver las cosas desde un punto de vista nuevo, diferente...
ResponderEliminarEstoy en Twitter pero no lo uso, no me aclaro... Si utilizo facebook, un tiempo muy limitado en el día, pero aparte de los amigos, muchas veces te da tambien la oportunidad de aprender.