Ayer tuvimos 37 grados de temperatura en Roma. La sensación era de agobio. Pero no hay que olvidar que en Siracusa (Sicilia) se alcanzaron los 48,7 grados. Un récord europeo. La ola de calor seguirá todo el fin de semana. Los meteorólogos nos advierten de que es solo un ensayo de lo que sucederá cada vez con más frecuencia en los próximos años. El calentamiento global enseña sus garras. A mí me coincide este calor, que en Roma va acompañado de una alta humedad, con la preparación del XXVI Capítulo General de los Misioneros Claretianos que empezará el domingo. Se unen, pues, dos calores: uno externo y otro interno. Solo falta añadir otro calor más carismático. Hoy recordamos con emoción a los 51 claretianos que fueron asesinados en Barbastro (Huesca) entre julio y agosto de 1936. Todos fueron beatificados por san Juan Pablo II el 25 de octubre de 1992.
Es muy probable que en las próximas cuatro semanas no pueda escribir regularmente las entradas del blog. Los lectores pueden adivinar la razón. Un Capítulo General suele ser una asamblea muy intensa. Deja poco tiempo para otras actividades, así que me temo que no me será fácil encontrar el sosiego necesario para asomarme diariamente a este Rincón. Quizá no viene mal un silencio más prolongado para retomar el camino con nuevo brío.
A quienes están disfrutando de sus vacaciones, les deseo un tiempo de
descanso, encuentro y contemplación. Muchos seguiréis con vuestros trabajos
ordinarios. Que el calor y el coronavirus no os amarguen la existencia.
¡Hasta pronto!
Os deseo un fecundo (¡y fresco!) capítulo, Gonzalo. Un abrazo.
ResponderEliminarEl testimonio de los mártires claretianos de Barbastro siempre me resulta interpelador… Ellos nos marcan el camino y nos contagian, si nos dejamos, de su coraje y de su fe.
ResponderEliminarGonzalo, estaremos desconectados y conectados a la vez, porque el Espíritu nos une y la oración nos enlaza… Disfruta intensamente del día a día, de los reencuentros que serán una realidad… Hasta pronto!!! Buen trabajo!!!
Unidos en oración. Que disfrute el capítulo. Gracias.
ResponderEliminarQue el Espíritu Santo sea el verdadero protagonista en el Capítulo General. Unidos en oración
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