Los casi dos meses transcurridos en el Cono Sur me han alejado un poco de la realidad europea, pero no al punto de olvidarme de ella. Leo que en España ha
arrancado la XIII legislatura con una exhibición de fórmulas, a cual
más pintoresca, para acatar la Constitución... sin acatarla. Ya se ha convertido
en un estribillo el famoso “por imperativo legal” que estrenaron hace algunos
años los batasunos para salir del paso, pero sin creer en lo que prometían; más
aún, queriendo combatirlo. La jurisprudencia del Tribunal Constitucional
permite este tipo de subterfugios “para
no caer en el formalismo” (sic). Me cuesta entender esta falta de rigor,
pero “magistrados tiene el alto tribunal”. Si alguien no está dispuesto a
acatar la Constitución, ¿qué sentido tiene presentarse como candidato a unas
elecciones que encuentran su legitimidad en la carta magna? ¿No es una falta de
coherencia y, sobre todo, de respeto al electorado? Espero que el hecho de que la “decimotercera” legislatura desde la restauración de la democracia (1977) se haya abierto en martes (martes y 13) no traiga mala suerte. Espero también que el Parlamento no se convierta en un circo en el que
los diputados se retan unos a otros a ver quién dice la frase más ingeniosa, más
burda o más insultante. Tal como han comenzado las cosas, no preveo un clima de
entendimiento y cooperación, sino, más bien, las típicas, insulsas e hirientes batallitas
a las que nos tienen acostumbrados bastantes políticos de uno y otro signo. Mientras
ellos juegan con florines verbales, los problemas siguen sin resolverse.
Este domingo se
celebrarán las elecciones
al Parlamento europeo. Los británicos que votaron a favor del Brexit también podrán participar en
ellas porque todavía no se ha consumado el divorcio. El sábado pasado se
dieron cita en Milán doce líderes de partidos europeos de extrema derecha
que recelan mucho de la Unión Europea –se refieren a ella como “los burócratas
de Bruselas”– y alimentan movimientos ultranacionalistas. Matteo Salvini, el
anfitrión, llegó a decir que “el
Inmaculado Corazón de María nos llevará a la victoria”. Quiero creer
que con esta frase pretendía expresar una fuerte convicción personal, pero me
huele a burda manipulación política. Por supuesto, el papa Francisco salió mal
parado. Lo convirtieron poco menos que en el responsable del problema de la
inmigración por su defensa de los derechos de los inmigrantes. Es verdad que la
Unión Europea tiene defectos y que necesita una fuerte reforma, pero ¿cuándo ha
vivido Europa un período más largo de paz, prosperidad y justicia social? Cada vez
que los ultranacionalistas de diverso signo abogan por torpedearla parecen
olvidar que en el siglo XX –es decir, ayer– se produjeron dos terribles guerras
europeas (luego llamadas mundiales) en parte por el auge de los nacionalismos
excluyentes y por ese afán de imponerse en vez de colaborar. ¿Es que nunca
vamos a aprender la lección de la historia? ¿Estaremos condenados a repetirla
una y otra vez?
Escribo en Buenos
Aires. Mis amigos argentinos me dicen que, con independencia del color de los
gobiernos de turno, el país entra cíclicamente (cada diez años más o menos) en
una severa crisis económica con terribles consecuencias sociales. Se quejan de
que Argentina (sobre todo, sus políticos) no aprende las lecciones de la historia
y siempre repite los mismos errores. Se ve que es algo bastante frecuente. Esta
amnesia general no es privativa de un solo continente o un solo país. Es un fenómeno mundial.
Pareciera que cada generación se comporta como si todo comenzara con ella, como
si el pasado fuera solo un recuerdo desvaído. Me cuesta mucho entender esta
falta de sentido histórico, la incapacidad colectiva para aprender de nuestros
errores y extraer lecciones de vida que nos hagan progresar. No tiro la toalla
porque, junto a tanta gente irresponsable, hay mucha más que no pierde el
sentido de la proporción, que no se deja embaucar por propuestas irrealizables y que no se abandona a sentimientos negativos. El problema reside en que esta
mayoría no siempre se expresa con claridad. Por lo general, prefiere ver los
toros desde la barrera, ahorrarse problemas. Al final, una minoría ruidosa e irresponsable consigue hacerse con las
riendas del poder. A veces, cuando la mayoría quiere reaccionar ya es demasiado
tarde. ¡Hasta la primera ministra británica insinúa ahora la posibilidad de un segundo referéndum sobre el Brexit! Todo un signo de un proceso superficial, tramposo y caótico, como otros de nuestro entorno. ¿Qué futuro le aguarda a Europa fragmentada de nuevo en
pequeños estados? Necesitamos algunos sabios que nos ayuden a conocer y comprender la historia. El momento exige serenidad y sentido común.
Tanto el de los Consejos Pastorales como éste referido a cosas que no se entienden, son reflexiones muy oportumas e importantes. Parece que todos los consejos pastorales que has conocido estos días difieren bastante del espíritu de comunidad parroquial que se vive aquí; bueno, el que yo conozco. A menudo pienso que el propio sistema de sentarse en las iglesias en España retrata un tanto la falta de espíritu comunitario y la frialdad entre los que nos llamamos hermanos. Iglesias medio vacías y los pocos que están dentro se sientan lo más separados posible unos de otros.
ResponderEliminarY lo de la política y los políticos ¡¡qué decir!!. Los políticos son una nueva clase social que apoyados por unos medios de comunicación que eso si atacan lo que pueden al Papa Francisco pero poco hacen de las cuatro reglas que él indica que deberían ser la base de una comunicaciòn que sirva a la conformación de una opinión pública auténtica. Los políticos se saltan la ley que luego imponen a la mayoría silenciosa. Lo veo tan en mal camino todo, que solo encuentro una cierta paz y la decisión de hacer individualmente lo que pueda para que el deterioro no aumente; digo solo la encuentro en apoyarme en la Providencia Divina, en el que por algo permitirá Dios que todo esto vaya así. Y en Santa Teresa y su oración "Nada te turbe, nada te espante, con la paciencia...SOLO DIOS BASTA.
Gracias Gonzalo
¡bonita reflexión!, nuevo en este mundo. Me parece importante eso que puntualizas de "hacer individualmente lo que podamos, apoyados en la Providencia Divina", yo añadiría también, la fuerza que nos da también el ayudarnos a vivir la fe en nuestros grupos eclesiales. Gracias, Gonzalo por esta reflexión y gracias nuevo en este mundo
EliminarGracias Gonzalo y también gracias a vosotros Nuevo en este mundo y Lourdes... Ayuda poder descubrir que no estamos solos en nuestras reflexiones... Un abrazo a todos.
ResponderEliminarExcelente comentario. Debemos hacer un discernimiento desde las comunidades, para descubrir la resonancia del espíritu
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