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lunes, 22 de marzo de 2021

Agenda 2030

Hoy es el Día Mundial del Agua.  El lema de este año es “Valoremos el agua”. Más de dos mil millones de personas viven todavía sin acceso al agua potable. El agua es precisamente el sexto objetivo de la famosa Agenda 2030, que, entre otras cosas, presenta 17 objetivos para transformar nuestro mundo desde la clave del “desarrollo sostenible”. Estoy seguro de que muchos lectores del Rincón están familiarizados con este ambicioso proyecto de escala mundial. Puede que a otros les suene al típico discurso escrito en “politiqués”, la jerga usada por algunos políticos y tecnócratas para hablar mucho sin decir nada relevante y para hacer lo menos posible. 

En la entrada de ayer prometí que hoy hablaría de la Agenda 2030. El sábado mis compañeros del gobierno general y yo dedicamos seis horas a tratar este asunto con los claretianos que forman parte del equipo de Solidaridad y Misión (SOMI), que incluye a quienes trabajan en el ámbito de las Naciones Unidas en Nueva York. Durante cuatro sesiones de hora y media estuvimos conectados a la plataforma Zoom para compartir información y reflexiones desde varios puntos de vista. Los miembros del equipo de SOMI hicieron un gran esfuerzo por conectar los 17 objetivos de la Agenda 2030 con la Biblia, la Doctrina Social de la Iglesia y las encíclicas Laudato Si’ y Fratelli tutti del papa Francisco. 

¿Cuáles son estos 17 objetivos (goals)? Los transcribo tal como los presenta la ONG Educo:

1. Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo

La pobreza se ha reducido en un 50% desde el año 2000, pero siguen existiendo millones de personas que viven con solo 1,90 dólares al día. La pobreza tiene muchas consecuencias como el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna, la imposibilidad de acceder a la educación o las enfermedades.

Lograr que se alcance este objetivo supone fomentar un crecimiento económico que promueva la igualdad y que sea sostenible.

2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible

La agricultura y el sector alimentario son fundamentales para eliminar el hambre y la pobreza. Actualmente la tierra y el agua de los océanos y de los ríos se están degradando y sufren los efectos de la sobreexplotación.

La reforma del sistema agrario y alimentario en todo el mundo es fundamental para que puedan comer todas las personas que pasan hambre.

3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades

Este objetivo es la base de todos los demás porque para alcanzar el resto de ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) es necesario que se garantice y promueva la salud y el bienestar.

Todavía queda mucho trabajo por hacer porque las tasas de mortalidad materna y neonatal son muy altas, se propagan enfermedades infecciosas y existe una mala salud reproductiva. Entre otras acciones, para cumplir este objetivo, será necesario impulsar iniciativas que erradiquen determinadas enfermedades, financiar los sistemas de salud, mejorar el saneamiento y aumentar el acceso a los servicios médicos.

4. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida de todos

Si se quiere alcanzar el desarrollo sostenible, la educación de calidad es la base. La educación y la alfabetización proporcionan a las personas las herramientas necesarias para salir de la pobreza y tener un futuro mejor.

La realidad es que actualmente existen más de 265 millones de niños y niñas que no están escolarizados. Los problemas que se deben combatir son el mal estado de las escuelas o la escasa preparación de los profesores, entre otros.

5. Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas

La igualdad entre los géneros es un derecho humano y la base para alcanzar la sostenibilidad. Para lograr la igualdad es necesario que mujeres y niñas accedan a la educación, a la atención médica, a un trabajo decente y puedan participar en los procesos de toma de decisiones políticas y económicas.

6. Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos

La falta de agua potable o el agua de mala calidad tienen consecuencias en la seguridad alimentaria y en los medios para subsistir de muchas personas en el mundo. Para lograr que todos tengan acceso al agua potable y al saneamiento es fundamental que se gestionen de forma sostenible los recursos hídricos en el mundo.

7. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos

La energía se utiliza para muchas actividades cotidianas como cocinar o el aseo personal, sin embargo, más de 300 millones de personas en el mundo siguen cocinando con combustibles muy contaminantes.

Para proteger el medioambiente es fundamental impulsar la utilización de energías renovables en calefacción y transporte, entre otros aspectos, así como la financiación de tecnologías más limpias.

8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos

Se considera que la mitad de la población mundial, aproximadamente, vive con menos de 2 dólares al día y en muchos países se dan casos de explotación infantil. En algunos países el hecho de tener un empleo no ayuda a salir de la pobreza. En este sentido, con este objetivo, se trata de conseguir que todas las personas puedan tener un empleo de calidad, de manera que se reduzca el desempleo y se aumente la productividad y el consumo.

9. Industria, innovación e infraestructuras

Tener una economía fuerte depende de que se realizan inversiones importantes en las infraestructuras de los países. La innovación, además, es fundamental para que exista una industria más productiva y menos contaminante. Aunque durante los últimos años se ha producido una reducción de las emisiones de dióxido de carbono en la fabricación, la reducción no ha sido igual en todo el mundo.

10. Reducir la desigualdad en y entre los países

Actualmente existen grandes desigualdades en países y entre países en lo que respecta al acceso a los servicios de salud, a la educación y a los bienes productivos. Para reducir las desigualdades es fundamental que se favorezcan las exportaciones de los países en desarrollo y que se reduzcan los aranceles.

11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles

En general, se considera que las ciudades han ayudado a muchas personas a progresar social y económicamente y, de hecho, las ciudades han crecido y siguen creciendo de manera que se espera que en 2030, 5.000 millones de personas vivan en ciudades. Para superar el reto de que tantas personas vivan en las ciudades, estas deben convertirse en espacios seguros, inclusivos, resilientes y sostenibles.

12. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles

El consumo no sostenible produce contaminación y degrada el medioambiente, por lo tanto, es necesario actuar desde la raíz para apostar por sistemas de producción que respeten en entorno y que sean sostenibles. Además, todas las personas deben elegir modos de vida sostenibles para contribuir a cuidar la naturaleza y frenar el cambio climático.

13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos

El cambio climático es una realidad y está produciendo efectos negativos en las personas, en la economía y en la naturaleza. Para luchar contra el cambio climático en 2016 varios países firmaron el Acuerdo de París y se comprometieron a trabajar para limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 grados.

14. Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible

Los mares y los océanos no son solo fuente de vida, también son esenciales para el comercio y el transporte, pero, actualmente, la contaminación y la acidificación están causando cambios en los ecosistemas. Para lograr proteger mares y océanos es fundamental una regulación que sea efectiva y que controle la sobrepesca y la contaminación.

15. Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de la biodiversidad

Más del 30% de la superficie de la tierra está cubierta por bosques y los árboles son elementos esenciales para frenar el cambio climático.

En la actualidad, se destruyen 13 millones de hectáreas al año, lo que provoca desertificación. El reto consiste en proteger los bosques, gestionar el uso de los recursos de forma sostenible y reducir la desertificación.

16. Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas

La paz es fundamental para lograr el resto de ODS, sin embargo, la violencia en todas sus manifestaciones sigue siendo un problema para personas de todo el mundo, en este sentido cabe destacar el maltrato infantil y sus graves consecuencias.

La clave está en legislar para que las normas sean más efectivas y se protejan los derechos de las personas.

17. Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible

De nada sirve que se establezcan objetivos si no hay acuerdos entre todos los actores que deben participar: gobiernos, empresas privadas y ciudadanos. En este sentido es fundamental fomentar alianzas para aunar esfuerzos y recursos y lograr que los ODS sean una realidad.

¿Es posible incorporar estos 17 objetivos a nuestra espiritualidad cristiana? Aunque podamos tener justificables reticencias en relación con la estructrura y la política de las Naciones Unidas en algunos puntos, la lucha por un “desarrollo sostenible” forma parte de la lucha por la vida en todas sus fases y expresiones. Podríamos decir que es un modo de concretar el programa de Jesús: “He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). 

Naturalmente, para nosotros los cristianos la vida va mucho más allá de tener acceso al agua potable o a una salud de calidad. Implica la comunión con todos los seres humanos y con Dios, origen de todo y de todos. Esta dimensión trascendente no figura en la lista de los 17 objetivos. No se considera una “necesidad humana” de primer nivel, lo cual no significa que se excluya. Creo que a nosotros nos toca situar estos 17 objetivos en el marco amplio de una visión cristiana de la vida para que cada compromiso no sea solo el resultado de un esfuerzo voluntarista o de una solidaridad etérea, sino una forma de concretar nuestro amor a Dios y al prójimo en el contexto de hoy, que, al fin y al cabo, es el corazón de la verdadera religión.



1 comentario:

  1. Tengo reservas en aceptar dicha AGENDA sin un análisis cuidadoso. Siento resistencia a aceptar sin filtro la propuesta de la ONU, no en su lenguaje formal, que parecería ser hasta una traducción moderna de principios evangélicos. Sin embargo, podriamos pecar de superficialidad si no vemos que existen intereses y subagendas que contradicen nuestra intención evangélica e incluso nos puenden hacer aparecer como supuestos aliados de quienes imponen subagendas con estrategias de manipulación cultural. Un ejemplo de ello es la definición que la ONU da a los "Derechos Humanos". Me parece falaz y contrario al evangelio decir que "la igualdad entre los generos es un derecho humano". Detrás de este planteamiento existe una agenda que parte de una concepción antropológica de "persona humana" muy ideologizada, que incluso tiene objetivos políticos especificos, como son los llamados "derechos reproductivos" entre los que se incluye el aborto, y la imposición de politicas de reformas juridicas en los Estados que desean socabar derechos adquiridos como la "patria potestad" de los padres y la familia. Otro ejemplo de manipulación es el cambio que se da ahora al derecho a la libertad religiosa y la objeción de conciencia. Solo hay que ver en la pagina de la ONU lo descrito en las Comisiones correspondientes, que no todo lo que dicen que son "Derechos Humanos" se alinea con el Evangelio. Es solo un ejemplo de que no todo es del color del cristal con que nos lo presentan. Existen muchas voces cualificadas, cada vez más vocales, que están protestando contra esta manipulación cultural. Nadie esconde hoy los intereses de los "grandes magnates" mega-multimillonarios del planeta que controlan y manipulan dichas subagendas. En fin, creo que la "globalización" tiene su trigo y su cizaña. Y debemos conocer y sobre todo distiguir bien una de otra si queremos de verdad estar de parte de los pobres y ser fieles al Espiritu.

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