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lunes, 10 de julio de 2023

Las tres "íes"


Hoy será el día del gran debate entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez. No voy a verlo en directo porque mis actuales horarios colombianos son incompatibles con los españoles. Quizá lo vea en diferido. Sé que hay personas que dan mucha importancia a este tipo de espectáculos. No es mi caso. La trayectoria de una persona y sus propuestas de futuro no se pueden medir por la brillantez de un debate. Esta es la primera trampa en la que quieren hacernos caer políticos y periodistas. 

Sé que en la sociedad de la información la imagen y el don de palabra juegan un papel relevante, pero me niego a que sea así. Un buen líder es mucho más (debería ser) que una imagen fotogénica y un verbo seductor. No digo que los debates deberían estar prohibidos, pero me parece que están sobrevalorados. Desde luego, yo no voy a vincular mi voto al resultado de lo que suceda hoy en la televisión. ¿Será posible que nos dejemos seducir/manipular de esta manera? Parece que sí.


¿Qué le pido yo a un buen líder? Me quedo con las tres “íes” de Warren Buffett: Integridad, Inteligencia e Interés. Por Integridad entiendo principios morales, coherencia de vida, capacidad de decir la verdad y de cumplir la palabra dada, respeto a las personas y empatía con los más débiles. Nunca he entendido a quienes dicen que a un político se le debe exigir honradez en la vida pública, pero no en la vida privada. Se llega a decir eso de: “No me interesa lo que haga en su vida privada. Es un asunto personal”. 

Esta separación es completamente artificial. Si uno no es de fiar en su vida privada (porque, por ejemplo, maltrata a su esposa o se despreocupa de sus hijos), ¿puede serlo de verdad en la vida pública? No tenemos dos personalidades: una para vivir como personas privadas y otra para vivir como personajes públicos. Jugamos el partido con lo que realmente somos. La doble vida pasa enseguida factura.


Por Inteligencia entiendo la capacidad de analizar la realidad, comprenderla en sus claves más profundas, tener una clara visión de futuro y saber gestionar respuestas eficaces a los problemas de la vida cotidiana. No implica necesariamente una gran erudición ni siquiera un currículo académico brillante, aunque nunca sobran. La inteligencia implica también un mínimo de competencia en aquellas áreas que tienen que ver con la gestión de la vida pública: derecho, economía, comunicación, etc. ¡Ojalá nuestros políticos estuvieran bien preparados y hubieran demostrado su capacidad de gestión y de gobierno antes de hacerse cargo de la cosa pública! 
La palabra Interés está relacionada con la motivación. Mostrar interés significa para mí poner la carne en el asador, dedicar tiempo al propio trabajo, “sudar la camiseta”, mantenerse constante en los propósitos asumidos, buscar siempre nuevas soluciones, no contentarse nunca con lo realizado. 

Las tres “íes” son importantes, pero si falta la primera (la Integridad), las otras dos pueden volverse muy peligrosas. Una persona inteligente y motivada, pero sin integridad personal, puede acabar con un país. La historia registra numerosos casos. No espero que ningún candidato cumpla al cien por cien las exigencias expresadas en las tres “íes”. No soy tan ingenuo. Pero, al menos, tienen que darse en una proporción suficiente. ¿Cómo se pueden medir? Aquí cabe aplicar el principio del Evangelio: “Por sus frutos los conoceréis”. Las palabras se las lleva el viento y a menudo son engañosas. Los hechos son los que verdaderamente cuentan. Estos criterios valen para mí mucho más que las habilidades mostradas en un debate televisivo.

1 comentario:

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