Lo hemos ido recubriendo de tantos ropajes dogmáticos, emotivos, éticos, canónicos y rituales que quizá no sepamos bien de quién estamos hablando. Es como esas tallas de madera que han sido policromadas y barnizadas varias veces a lo largo del tiempo y que, a base de tantas capas de pintura, han perdido la fuerza de la talla original. Es necesario que un especialista las decape con maestría para devolvernos el aspecto primigenio de la madera, tal como salió de las manos del artista.
Por eso, creo que el
renacimiento de la fe irá de la mano de un nuevo itinerario de descubrimiento
de Jesús. Tendremos que dejarnos seducir por él. Nos veremos obligados a
responder a la pregunta que dirigió a sus primeros seguidores: “¿Qué buscáis?”.
No conozco a nadie que no haya experimentado algún tipo de estremecimiento
cuando ha tenido la oportunidad de conocer de cerca a Jesús. En los primeros
compases de este blog, dediqué una larga entrada (quizá la más larga de estos
seis años) a reflexionar sobre los caminos que pueden ayudarnos hoy a un encuentro
personal con él. La evangelización no puede perderse en cuestiones menores. Lo esencial
es encontrarnos con Jesús y dejarnos transformar por él.
Nunca deberíamos
dar por supuesto que él es conocido por el hecho de que nuestra geografía esté sembrada
de iglesias dedicadas a él o porque todavía pervivan tradiciones (fiestas,
romerías, etc.) que se relacionan con su figura. El verdadero Jesús puede ser
un perfecto desconocido incluso para quienes nos confesamos seguidores suyos. Si
no hay nada de él que nos sorprenda o escandalice, lo más seguro es que lo hayamos
domesticado hasta el punto de volverlo irrelevante. Si todas las páginas del
evangelio nos suenan a algo conocido, trillado, necesitamos resetear nuestra experiencia
de fe. Creo que, a medida que pasan los años, comprendemos mejor que es mucho
más lo que ignoramos que lo que sabemos. Por eso, seguimos buscando y no nos
cansamos de la aventura de la fe.
Sintonizo !!!!
ResponderEliminarCreo que en parte sí que también para nosotros, Jesús es un desconocido… Siempre nos quedan aspectos para descubrir y que los vamos descubriendo según las experiencias que vamos teniendo en nuestra vida…
ResponderEliminarA lo largo de la vida se nos ha ido presentado un Jesús diferente según los ambientes en que nos hemos movido y me lleva a preguntarme: ¿Qué Jesús estoy transmitiendo?
Lo difícil es poder vivir este momento de “encuentro” con Él que nos dé la suficiente fuerza para dejarnos transformar por Él…
Me ha venido bien volver a leer la “entrada larga” “No me lo creo”… en la que nos transmites mucha reflexión y de momento me quedo con: Ser cristiano es, ante todo, la adhesión personal a Jesucristo mediante la fe en el seno de su comunidad que es la Iglesia.
Es necesario que podamos aspirar a que “el renacimiento de la fe vaya de la mano de un nuevo itinerario de descubrimiento de Jesús.”
Creo que no había leído el post del 2018 hasta el final. Merece la pena dedicar un ratito y leerlo con calma. Muchas gracias Gonzalo. Un abrazo.
ResponderEliminar