Desde hace meses vengo dando vueltas a una idea que me sugirieron algunos lectores de El Rincón de Gundisalvus. Se trata de la
posibilidad de organizar un retiro de fin de semana para dialogar sobre lo que
la lectura del blog ha supuesto para
ellos a lo largo de más de dos años y, sobre todo, sobre lo que significa ser cristiano hoy. He dejado que la
idea fuera madurando lentamente. La entrada de hoy hace el número 935 desde que
empecé el blog en febrero de 2016. Eso significa que, hacia finales de enero,
Dios mediante, el blog alcanzará las 1.000 entradas. Quizás sea el momento justo para poner punto final a una aventura de casi tres años y empezar algo diferente, más en sintonía con lo que hoy se necesita.
Me parece que se puede hacer coincidir el retiro con ese momento simbólico. Al fin y al cabo, el número 1.000 tiene algo de seductor. Sugiero, por tanto, encontrarnos en el Centro Fragua de Los Negrales, a 42 kilómetros de Madrid, el primer fin de semana de febrero de 2019. Se podría comenzar con la cena del viernes 1 (hacia las 9 de la noche) y terminar con la comida del domingo 3 (hacia las 3 de la tarde). La capacidad máxima de la casa es de 20 personas (en habitaciones individuales). Si alguien estuviera interesado en participar en este retiro, puede ponerse en contacto conmigo a través de la dirección: gonfersa@hotmail.com. A partir de ahora, cualquier información que uno desee sobre el retiro se enviará directamente a las direcciones electrónicas de los interesados, no a través del blog. Podemos fijar el 31 de diciembre de este año como fecha límite para hacer la inscripción.
Me parece que se puede hacer coincidir el retiro con ese momento simbólico. Al fin y al cabo, el número 1.000 tiene algo de seductor. Sugiero, por tanto, encontrarnos en el Centro Fragua de Los Negrales, a 42 kilómetros de Madrid, el primer fin de semana de febrero de 2019. Se podría comenzar con la cena del viernes 1 (hacia las 9 de la noche) y terminar con la comida del domingo 3 (hacia las 3 de la tarde). La capacidad máxima de la casa es de 20 personas (en habitaciones individuales). Si alguien estuviera interesado en participar en este retiro, puede ponerse en contacto conmigo a través de la dirección: gonfersa@hotmail.com. A partir de ahora, cualquier información que uno desee sobre el retiro se enviará directamente a las direcciones electrónicas de los interesados, no a través del blog. Podemos fijar el 31 de diciembre de este año como fecha límite para hacer la inscripción.
Cada fin de
semana se organizan retiros de muy diverso tipo. Algunos se desarrollan en monasterios
y suelen ser en completo silencio; otros se realizan en las muchas casas de
espiritualidad que rodean las grandes ciudades y combinan tiempos de silencio
con meditaciones, diálogos y otras prácticas. Hay congregaciones religiosas,
parroquias y movimientos laicales que han desarrollado su propio método.
Gracias a Dios, hay una enorme variedad, de modo que cada uno puede escoger
aquel tipo de retiro que más se ajusta a sus necesidades. El que propongo desde
El Rincón de Gundisalvus es un retiro
muy abierto en el que haya mucho tiempo para el encuentro y el diálogo, pero
también momentos de oración y celebración. Dependerá de los participantes la
posibilidad de seguir organizando periódicamente otros retiros. Lo que importa
es comenzar. También aquí se puede aplicar el verso machadiano: “Se hace camino
al andar”.
Marcados por un
ritmo muy acelerado, necesitamos de vez en cuando detenernos, respirar hondo,
preguntarnos en qué dirección estamos caminando, qué valores sustentan nuestra
vida, a quién seguimos, por qué lo hacemos, cómo podríamos mejorar nuestro
camino. Necesitamos escuchar la invitación de Jesús que nos dice: “Venid
vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco” (Mc 6,31). Ese venid
a un sitio apartado no significa alejarnos de la vida, sino
contemplarla desde su centro. Un buen retiro no es el que nos empuja a escapar de nuestras obligaciones, sino el que nos da nueva energía para asumirlas con sentido. Hay un himno litúrgico que describe muy bien esta
dinámica del alejamiento-presencia, soledad-compañía. Os dejo con él y os animo a pensar en la posibilidad de encontrarnos en febrero.
No vengo a la
soledad
cuando vengo a la
oración,
pues sé que,
estando contigo,
con mis hermanos
estoy;
y sé que, estando
con ellos,
tú estás en
medio, Señor.
No he venido a
refugiarme
dentro de tu
torreón,
como quien huye a
un exilio
de aristocracia
interior.
Pues vine huyendo
del ruido,
pero de los
hombres no.
Allí donde va un
cristiano
no hay soledad,
sino amor,
pues lleva toda
la Iglesia
dentro de su
corazón.
y dice siempre
«nosotros»,
incluso si dice
«yo». Amén.
Gonzalo, saludos cordiales. Si que ha pasado el tiempo y mi felicitación por tu constancia en el compromiso adquirido a través de este rincón.
ResponderEliminarCierto que algunos seguidores no podremos asistir pues es un camino largo de América a Europa, sin embargo estaremos atentos a lo que surja de ese retiro. Un abrazo cordial y ánimo en tu misión.