Más de una vez me
he preguntado si merece la pena incrementar la oferta digital en un mercado que
está ya saturado. ¿Quién dispone de tiempo para seguir tantos sitios interesantes
en Internet o las publicaciones de nuestros amigos en las redes sociales? Dedicar
tiempo a esto, ¿no nos está impidiendo pensar por nosotros mismos con
tranquilidad y sosiego?¿Necesitamos tanta proliferación de imágenes y estímulos visuales? Desde hace muchos años solía acompañar mis charlas y
conferencias con presentaciones multimediales. De un tiempo a esta parte, he
vuelto a la palabra desnuda. No desprecio el lenguaje visual, pero cada vez
creo más en la fuerza de la palabra como vehículo de encuentro y comunicación.
Más aún, en contra de lo que suele decirse (incluso con estudios que lo
avalan), creo que nada llega, concentra y emociona más que una palabra que sale
del corazón. No sé si esto supone confesar mi derrota ante la imposibilidad de
seguir el ritmo vertiginoso de las tecnologías de la comunicación o, más bien,
desmitificar el entusiasmo con el que hoy nos entregamos a ellas, quizás inconscientes
del alto precio que estamos pagando. En cualquier caso, en este segundo
aniversario del blog, reafirmo mi fe
en la palabra dicha y escrita, aun cuando a muchas personas (sobre todo, jóvenes) todo lo que
pase de tres o cuatro líneas les resulte sencillamente inaguantable.
Esta tarde tengo
que hablar sobre lo que significa hoy ser una Iglesia “en salida”. La expresión
la ha popularizado el papa Francisco. En su exhortación Evangelii
gaudium dedica varios números (20-24) a desentrañar su significado.
No se trata solo de seguir siendo misioneros o evangelizadores, sino de
entender la Iglesia de otra manera. Leonardo Boff, con su tendencia a las
polarizaciones, trata de explicar de dónde y
hacia dónde tiene que salir la Iglesia según el Papa. No me gusta
mucho abusar del lenguaje bipolar porque la realidad casi nunca se ajusta a
este esquematismo, pero reconozco que nos obliga a salir de la rutina, pensar,
matizar y escoger. Más allá de las polaridades señaladas por Boff, la expresión
“Iglesia en salida” nos habla de una Iglesia extrovertida, dispuesta a “salir de la propia comodidad y atreverse a
llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (EG 20),
asumiendo “la dinámica del éxodo y del
don, del salir de sí, del caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre más allá”
(EG 21). Por eso, el papa Francisco afirma, con audacia inusitada, que prefiere
“una Iglesia accidentada, herida y manchada
por salir a la calle, antes que una iglesia enferma por el encierro y la
comodidad de aferrarse a las propias seguridades” (EG 49). Salir a la calle es un imperativo de una evangelización que no se queda recluida en las sacristías. Quizá la expresión tendría que completarse con otra: entrar en las casas. El cristianismo primitivo se abrió paso en las calles, pero también en las casas, que constituían verdaderas iglesias domésticas.
Reconozco que este humilde blog nació hace dos años también con el deseo de “salir a la calle” y de “entrar en las casas”. Un blog permite salir a esa inmensa calle que es Internet. Se trata de una calle en la que cualquiera puede pasear y detenerse ante un escaparate que tal vez le muestre algo que no espera. Este blog no va dirigido a mis compañeros claretianos sino, inicialmente, a mis amigos de infancia y juventud con los cuales me encuentro de vez en cuando en torno a un café o una cerveza. Ante la imposibilidad de abordar muchas cuestiones en nuestros diálogos fugaces, pensé que un blog permitiría dilatar nuestros encuentros e ir reflexionando juntos sobre muchos temas que nos preocupan. Luego, con el correr del tiempo, se han ido incorporando a esta conversación otras muchas personas que ni siquiera conozco, pero con las cuales comparto inquietudes, preguntas y búsquedas. No sé hasta cuándo mantendré este callejeo digital, pero hoy, en el segundo aniversario del blog, confieso que me está obligando a salir de mis rutinas, a escuchar mucho y, en definitiva, a tomar el pulso a esta cambiante sociedad en la que vivimos. No me arrepiento del esfuerzo. Yo soy el primer beneficiado.
Reconozco que este humilde blog nació hace dos años también con el deseo de “salir a la calle” y de “entrar en las casas”. Un blog permite salir a esa inmensa calle que es Internet. Se trata de una calle en la que cualquiera puede pasear y detenerse ante un escaparate que tal vez le muestre algo que no espera. Este blog no va dirigido a mis compañeros claretianos sino, inicialmente, a mis amigos de infancia y juventud con los cuales me encuentro de vez en cuando en torno a un café o una cerveza. Ante la imposibilidad de abordar muchas cuestiones en nuestros diálogos fugaces, pensé que un blog permitiría dilatar nuestros encuentros e ir reflexionando juntos sobre muchos temas que nos preocupan. Luego, con el correr del tiempo, se han ido incorporando a esta conversación otras muchas personas que ni siquiera conozco, pero con las cuales comparto inquietudes, preguntas y búsquedas. No sé hasta cuándo mantendré este callejeo digital, pero hoy, en el segundo aniversario del blog, confieso que me está obligando a salir de mis rutinas, a escuchar mucho y, en definitiva, a tomar el pulso a esta cambiante sociedad en la que vivimos. No me arrepiento del esfuerzo. Yo soy el primer beneficiado.
Feliz aniversario.
ResponderEliminarFelicidades y sobre todo Gracias.
ResponderEliminar¡¡Enhorabuena para todos nosotros y para ti, especialmente. Tiene mucho mérito que sigas adelante. No lo dejes, por favor. Un abrazo
ResponderEliminarGonzalo felicidades y gracias por aceptar nuestras presiones y ser capaz de encontrar temas casi todos los días desde hace dos años y ojalá celebremos muchos más aniversarios. Un abrazo. María.
ResponderEliminarEnhorabuena, felicitaciones y mucho ánimo e ilusión de seguir adelante. Gracias, Gonzalo!
ResponderEliminarGonzalo, felicidades y muchas gracias por todo lo que nos aportas. Puedes estar bien seguro que tu blog, como dices, nos ayuda a agradecer,pensar, ensanchar el horizonte y descubrir a Dios en la trama de la vida cotidiana.
ResponderEliminarEs recibir un regalo diario.
Muchísimas gracias... Un abrazo
Gonzalo: Gracias por tu palabra y por la vida compartida en ella.
ResponderEliminarFelicidades Gonzalo y que alegría y honor celebrar tus dos años en este país tan maravilloso y lleno de contrastes. Un abrazo
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