Dentro de cinco
días este blog cumplirá un año. Lo comencé
el sábado 20 de febrero de 2016 con una entrada titulada Gundisalvus
no es un perro. Con la de hoy, habré escrito 366, que encontráis guardadas en el Archivo del Blog que figura en la columna de la izquierda. Empecé con tres
de golpe para coger carrerilla. Durante todo este año he sido fiel a esta cita diaria,
aunque a veces me ha costado Dios y ayuda. No siempre es fácil disponer de
tiempo en medio de ocupaciones absorbentes ni contar con una buena conexión a internet en determinados lugares. He escrito desde la comodidad de mi
casa de Roma, pero también desde otros puntos de Italia y desde España, Polonia,
Portugal, Inglaterra, Alemania, Francia, Gabón, Congo, Kenia, Filipinas, Sri
Lanka, Emiratos Árabes Unidos, Israel, Perú y Bolivia. El Rincón
de Gundisalvus no tiene sede fija. Confieso que ha sido una experiencia exigente y sugestiva.
Me ha obligado a practicar la atención
plena. He procurado meterme en la piel de los lectores. A veces los
temas saltaban solos. Otras he tenido que atraparlos con una red de mariposas
porque eran volátiles y huidizos. Sentarse cada día ante el ordenador y
escribir unas 650 palabras es un ejercicio saludable. Pero todo tiene un
límite. Así que, mirando al futuro inmediato, estoy barajando tres
posibilidades: 1) cerrar el blog cuando
cumpla un año (es decir, el próximo 20 de febrero); 2) reducir las entradas a una
semanal; o 3) continuar como hasta ahora. Espero ver con
claridad cuál es la mejor. Mientras tanto… no sé qué hacer.
En la entradilla de
presentación que figura en la columna derecha dejé esta nota: “Escribo este blog porque quiero compartir
con mis amigos y quienes visiten El
rincón de Gundisalvus algunas reflexiones sobre asuntos de la vida
cotidiana: desde la emoción de un paisaje hasta un asunto cultural, político o
religioso. Quisiera hacerlo desde mi fe en Jesús de Nazaret a quien he
consagrado mi vida”. Al cabo de un año puedo hacer una rápida evaluación de
los destinatarios y objetivos. El blog
estaba pensado para mis amigos. Y a ellos –a vosotros– me he dirigido siempre. En ningún
momento se me pasó por la cabeza la idea de darle una gran difusión o de alojarlo en una
página web conocida. Mis
interlocutores erais todos aquellos con los cuales me he cruzado en algunas
etapas de mi vida, no el público anónimo en general. En el fondo, el blog
ha querido ser una prolongación digital de las conversaciones que hemos ido
teniendo por el camino de la vida sobre los temas más dispares. Algunos me habéis confesado que os gusta comenzar la jornada echando un vistazo a este rincón digital. Unos pocos os habéis atrevido a dejar algún comentario, que siempre refuerza la idea del rincón como espacio de diálogo. La verdad es que no han sido muchos, pero ahí están y son siempre bienvenidos: 386 a lo largo de todo el año.
En cuanto a los temas, hace un año escribía que mi intención era no ceñirme a un área específica sino tratar un poco de todo: desde “la emoción de un paisaje hasta un asunto cultural, político o religioso”. Ahora, con 366 entradas en la mochila, caigo en la cuenta de que el objetivo se ha cumplido. El Rincón de Gundisalvus parece un pequeño mercado persa. He hablado con el cuadro de Inocencio X, he comentado el impacto de canciones queridas, me he dejado seducir por algunas ciudades, he glosado paisajes de mi pueblo natal estimulado por las fotos de mis amigos, me he acercado al problema de los refugiados y he osado hablar en politiqués. Los temas han sido variados porque cada día viene con su propia banda sonora y hasta con un titular debajo del brazo. Basta abrir cualquier periódico digital para darse cuenta. Confieso que yo soy casi adicto a la prensa digital. Dar un repaso rápido por las principales cabeceras es una de las primeras cosas que hago cada día.
En cuanto a los temas, hace un año escribía que mi intención era no ceñirme a un área específica sino tratar un poco de todo: desde “la emoción de un paisaje hasta un asunto cultural, político o religioso”. Ahora, con 366 entradas en la mochila, caigo en la cuenta de que el objetivo se ha cumplido. El Rincón de Gundisalvus parece un pequeño mercado persa. He hablado con el cuadro de Inocencio X, he comentado el impacto de canciones queridas, me he dejado seducir por algunas ciudades, he glosado paisajes de mi pueblo natal estimulado por las fotos de mis amigos, me he acercado al problema de los refugiados y he osado hablar en politiqués. Los temas han sido variados porque cada día viene con su propia banda sonora y hasta con un titular debajo del brazo. Basta abrir cualquier periódico digital para darse cuenta. Confieso que yo soy casi adicto a la prensa digital. Dar un repaso rápido por las principales cabeceras es una de las primeras cosas que hago cada día.
Ya desde el
principio señalé también con claridad mi perspectiva: “Quisiera hacerlo desde mi fe en Jesús de Nazaret a quien he consagrado
mi vida”. Creo que siempre la he tenido en cuenta. A veces, de manera muy
explícita; otras, como un suave murmullo o un paisaje de fondo. Le he
preguntado a Jesús quién
era, he escuchado su llamada
a venir e ir. ¡Hasta me he atrevido a llamarlo aguafiestas!
He querido mostrar que lo que llamamos experiencia
de Dios no es algo que sucede fuera
de la vida cotidiana, una especie de artículo de lujo del que uno puede
prescindir para moverse con comodidad. Es algo que sucede dentro de la propia vida, de la vida de
los demás, de la vida del mundo. Si hay alguna frase de Jesús que me gusta es
ésta: “Yo he venido para que tengan vida
y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). Estoy tan convencido de que Jesús da pleno sentido a la vida que a menudo me pregunto por qué tantas personas no
lo perciben, qué hemos hecho para volver opaco su evangelio, qué podríamos
hacer para compartir la alegría de la fe con todos los que buscan. Un blog es solo un grano de arena en la inmensa playa del mundo. Durante un
año he querido compartir este granito con todos vosotros. Gracias de corazón. Os dejo con mi admirado Andrea Boccelli.
Querido Gonzalo. Creo que debe haber muchos más lectores de los que contabilizas. Y todos esos lectores (algunos acumulan varios Gundisalvus si los afanes de cada día les impiden leerlo en su llegada) tienen diariamente, gracias a tus palabras y reflexiones, unos minutos de paz y sosiego y también de esa brisa suave de Cristo y de Dios que recorre tus líneas.
ResponderEliminarDe las tres opciones, la peor la primera; la segunda muy aceptable en plan y la tercera muy exigente para ti y que si la abandonaras por la segunda, lo veríamos (al menos yo) como algo razonable y comprensible, dada tu vida. Y siempre estaría la intermedia de tener como regla y horizonte la semanal pero con entradas esporádicas en fechas o acontecimientos que merezcan romper la regla.
En todo caso, lo que decidas será tan bueno como lo que escribes. Un abrazo
Gracias querido Gonzalo,
ResponderEliminarEl compromiso con tus amigos lo has mantenido y desde esa condición no me queda más que darte las gracias por tu constancia e insistencia. Haces mucho bien, desde tu ser persona, tu ser sacerdote, misionero, gestor, cristiano.... Decidas lo que decidas, te agradezco de corazón el regalo recibido a lo largo de este año. Un abrazo. Juan.
Gracias por cada día de este año. Ha sido mi trampolín para empezar el día. Y siempre se aprende algo: experiencias, reflexiones, lugares que no conocía, humor... No me gustaría que eligieras la primera opción. Pero tu ritmo de vida es demasiado exigente. Si eliges la segunda me acostumbraré. Y si los lectores te animan (te animamos) a optar por la tercera nos darás una alegría. Gracias de nuevo por ayudarme a empezar cada día.
ResponderEliminarGracias Gonzalo por tu compromiso con el Señor, con la vida, con nosotros. Admiro muchísimo tu capacidad para haber llevado adelante el blog. Pero admiro más el amor que has puesto en ese esfuerzo pensando en tus amigos y el deseo de que conozcan (o reafirmemos) que solo Jesús da sentido pleno a la vida. Muchos de tus artículos me han hecho reflexionar, otros no tanto, pero otros (sobre todo aquellos en los que más trasluces la razón de tu consagración misionera y tus opciones de vida más hondas) me han ayudado a amar las mías. No me gustaría que dejaras el blog. Tampoco tienes que someterte a un autocompromiso diario si el esfuerzo es oneroso. Pero humildemente te sugiero que continúes escribiendo. Un abrazo.
ResponderEliminarQuerido Gonzalo. Cuando escribimos una publicación en internet, o "un post de un blog", aunque lo hagamos para los más cercanos, sin saber cómo llega donde Dios quiere y puede que alguna vez donde sea más oportuno o necesario. Esa es mi esperanza y seguro que también la tuya. Por eso, confío que decidas lo que decidas seguro que el Señor se servirá de tus escritos, tengan la periodicidad que tengan, o incluso si dejas de escribir, para mover más de un corazón a Su encuentro. Gracias de corazón por tu amistad, tu esfuerzo y tu mediación.
ResponderEliminar¡La opción que sea, pero... no dejes de escribir, por favor, Gonzalo!
ResponderEliminarP. Gonzalo: Hace varios meses sigo su blog, a veces lo comparto con mis familiares y amigos. Le debo dar las gracias porque siempre encuentro en sus palabras motivos de reflexión, esperanza y consolación. Cualquiera que sea la decisión que tome los que lo leemos le estaremos agradecidos.
ResponderEliminarQuerido Gonzalo, ante todo muchísimas gracias por todo lo que has compartido en tu blog y por la fidelidad a tu cita diaria y por la ilusión que has puesto en ello y has transmitido.
ResponderEliminarPara mi, tu blog, es como un faro que ha ido iluminando el camino de la vida. Has conseguido lo que tu dices que querías mostrar: que la experiencia de Dios es algo que sucede dentro de la propia vida, de la vida de los demás, de la vida del mundo… Me has ayudado, a través del blog, a encontrarme con un Jesús más cercano y me has ayudado a salir de la superficialidad. Es difícil, resumir en pocas palabras, todo lo que ha representado. Por todo ello, muchísimas gracias.
Elijas lo que elijas estará bien. Ya sé que ahora soy un poco egoísta pidiéndote que, a ser posible, no cierres el blog, descarta la primera opción… Soy muy consciente de la dificultad y los malabarismos que seguramente has de hacer, muchas veces, para escribir a diario, pero me gustaría que por lo menos te inclinaras por la segunda opción, una entrada semanal.
Un abrazo
Gonzalo: sentiría mucho que lo dejarás. Hace poco que te leo, pero me has "enganchado"...y conmigo a mi marido y a mi cuñado. Es estupendo! Yo soy una de las personas que busco un momento en el día para leerte y luego meditar...Un alto en el camino, una pausa, un poco de silencio y pensar. La sorpresa de cada día.
ResponderEliminarPoco a poco voy mirando atrás y leyendo las publicaciones atrasadas.
No eres consciente, ni de lejos, del bien que haces.
Esto es EVANGELIZAR. Sientas a Jesús en nuestro desayuno, lo pones a tomar el café de después de comer o a despedir el día, como es mi caso hoy. Y vaya día....
Se que debe ser difícil estar ahí todos los días, pero lo haces magistralmente.
Yo tampoco quiero ser egoísta, lo que hagas estará bien....pero ójala no lo dejes. Hay sequía de Dios en todas partes y tu, como he dicho, nos lo metes en casa. Eso "ponlo en valor" como se dice ahora. Aunque sea una vez al mes la publicación...mi familia y yo nos conformarímos.
Muchas gracias por tu esfuerzo! No nos dejes.
Pilar. Visontina.
Gonzalo, saludos mexicas!
ResponderEliminarFelicidades por el trabajo realizado
Creo que con es "llamada" puedes captar que SI NOS INTERESA y GUSTA el Blog.
Ante tu "no se qué hacer"... con sencillez te comento que tal vez una reflexión semanal no sería tan cargado para tu frenética actividad misionera, pero cierto que a muchos nos hace bien tenerte todos los días. Seguro que el Espíritu inspirará tu decisión. Un abrazo