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viernes, 28 de octubre de 2016

¿Quién manda hoy en el mundo?

En los medios digitales se habla mucho del futuro presidente (o presidenta) de Estados Unidos, de la reconquista de Mosul, de los diálogos de reconciliación en Venezuela, de las previsibles consecuencias del Brexit, de la guerra (olvidada) en el Este de Congo, la previsible investidura de Rajoy en España y hasta de la independencia de Cataluña. La agenda internacional nos brinda infinidad de temas que tienen que ver con el poder, la justicia, la paz y el futuro de la humanidad. Información no falta, pero es difícil interpretarla. ¿Cuántas veces nos hemos preguntado quién mueve realmente los hilos en este gran teatro de marionetas que es nuestro mundo? Hace un par de días me topé con un interesante artículo de Leonardo Boff que aborda esta cuestión. Lo titula Dónde está hoy el poder en el mundo. En él cita la respuesta sintética de un experto en el tema, el economista brasileño Ladislau Dowbor:
“El poder mundial realmente existente está en gran parte en manos de gigantes que nadie eligió, y sobre los cuales cada vez hay menos control. Son billones de dólares en manos de grupos privados cuyo campo de acción es el planeta, mientras que las capacidades de regulación global van a gatas. Investigaciones recientes muestran que 147 grupos controlan el 40% del sistema corporativo mundial, siendo el 75% de ellos, bancos. Cada uno de los 29 gigantes financieros genera un promedio de 1,8 billones de dólares, más que el PIB de Brasil, octava potencia económica mundial. El poder ahora se ha desplazado radicalmente”.
Dowbor cita también los datos provenientes de dos grandes instituciones que se ocupan de los gigantes corporativos: el Instituto Federal Suizo de Investigación Tecnológica y el Credit Suisse, el banco que dirige las grandes fortunas del mundo. Según estas instituciones, el 1% más rico del mundo controla más de la mitad de la riqueza del planeta. 62 familias ricas tienen un patrimonio igual al de la mitad más pobre de la población de la Tierra. 16 grupos controlan casi todo el comercio de productos básicos (cereales, minerales, energía, tierra y agua). Algo tan básico como los alimentos depende, por desgracia, de las leyes del mercado. Sus precios oscilan de acuerdo a intereses especulativos, sin tener en cuenta el derecho de las poblaciones pobres a una alimentación suficiente y saludable. Un dato más para “aclarar/enturbiar” las cosas. Las 29 corporaciones más grandes del mundo –de las que el 75% son bancos, desde el Bank of America hasta el Deutsche Bank– son considerados “sistémicamente importantes”. Su eventual quiebra (como la que afectó a Lehamn Brothers en 2008) tendría consecuencias nefastas para toda la humanidad.

¿Quién regula el funcionamiento de estos gigantes? Nadie. Las regulaciones son siempre nacionales, pero ellos actúan en todo el mundo aprovechándose de la globalización. Carecemos de una gobernanza mundial que vigile los mercados financieros y, sobre todo, que se preocupe del destino social y ecológico de la vida y del propio planeta Tierra. En este contexto, las luchas nacionalistas por asegurar la “independencia” de pequeños territorios, aunque sentimentalmente significativas para muchos,  resultan casi anacrónicas. El verdadero desafío para la humanidad consiste en encontrar fórmulas de gobierno que respondan al mundo globalizado en el que hoy vivimos. Las Naciones Unidas, surgidas tras la segunda guerra mundial, no resultan ya eficaces para la situación que vivimos en estos primeros decenios del siglo XXI, marcada por una globalización que tiende a uniformar todo. De no crear nuevas instituciones para la gobernanza mundial (basadas en criterios de ecología integral) serán las grandes corporaciones las que seguirán aumentando su poder y controlando, directa o indirectamente, no solo la economía sino las políticas de los todavía llamados países soberanos. El mundo quedará reducido a un gran supermercado¿Qué significa la democracia en este nuevo contexto mundial? ¿Cómo ir más allá de la ley del máximo beneficio con el mínimo costo cuando ésta descarta a millones de personas en todo el mundo?

No me olvido de que hoy, 28 de octubre, es la fiesta de san Simón y de san Judas Tadeo, dos de los doce apóstoles de Jesús (no confundir Judas Tadeo con Judas Iscariota, el que lo traicionó). Quizá en ningún lugar del mundo se celebre con tanto entusiasmo esta fiesta como en el templo de san Hipólito y san Casiano de Ciudad de México. Miles de personas se dan cita desde antes del amanecer hasta bien entrada la noche en una sucesión ininterrumpida de celebraciones. 

Desde aquí envío un saludo cordial a mis hermanos mexicanos que atienden pastoralmente este templo del siglo XVI. Aunque recibe el nombre de dos mártires, todo el mundo lo conoce como el templo de san Judas. Saludo también a los claretianos que trabajan en la Liga de San Judas en Chicago y en el Santuario de San Judas de Santiago de Chile. ¡Feliz fiesta a todos! A ver si san Judas -el patrono de los casos difíciles- nos echa una mano para afrontar los problemas de este complicado mundo. 

1 comentario:

  1. Gundisalvus, saludos mexicas. Gracias por tu interpeladora reflexión que nos presenta una especie de "tsunami" ideológico y económico sobre la humanidad desprotegida de alimentación, salud, educación y vivienda...
    En efecto el apóstol San Judas ha tenido una visita tremenda desde el inicio de la semana, ayer 27 a partir de las 20:00 horas no se detuvo ni un minuto con un templo abarrotado toda la noche y al iniciar la eucaristía de las 5 am estaba más que sobrepasado y así seguimos aún. Que este apóstol que ofrece tanta esperanza a quienes le visitan interceda por nosotros para seguir trabajando por la extensión del Reino desde nuestros ambientes... Un abrazo

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