lunes, 1 de septiembre de 2025

Empezar con ganas


Muchas personas han vuelto hoy al trabajo. La mayoría de las escuelas de enseñanza primaria y secundaria comenzarán las clases la próxima semana, pero hoy lo han hecho ya algunas universidades privadas. Septiembre empieza con temperaturas frescas y vuelta al trabajo. Imagino que, como todos los años, algunos periódicos hablarán del famoso síndrome postvacacional y otros enseguida empezarán con el pim-pam-pum político. Son los típicos ritos septembrinos. 

Yo llevo un par de días con un grupo de Hermanos de San Juan de Dios en un bello rincón de la sierra madrileña. Los estoy acompañando en una semana de ejercicios espirituales. Cuando contemplo sus rostros, en muchos casos cargados de años, veo historias de hombres que han consagrado su vida a seguir a Jesús sirviendo a los enfermos, especialmente a los niños y a aquellos que padecen enfermedades mentales. Me produce un profundo sentimiento de admiración y gratitud, más allá de las fragilidades que puedan padecer. Me sorprende también la seriedad con la que viven el silencio de estos días y su profunda devoción a la Eucaristía. Sin ella, no se comprende bien su entrega.


De no haber sido por este compromiso, ayer hubiera acompañado a don Pedro Luis Andaluz, párroco de mi pueblo natal, en su despedida de los feligreses. Ha sido destinado un par de años a Roma para licenciarse en Teología Moral. Sé que le cuesta despedirse de un lugar en el que en tan solo cuatro años ha echado raíces sentimentales y pastorales. Lo sustituye el colombiano William Fernando Zárate Delgado, que tomará posesión el próximo domingo. Desde estas líneas, que él suele leer, quiero expresarle a Pedro mi gratitud por el ministerio realizado y también la confianza que siempre me ha otorgado. Ci vedremo a Roma fra qualche giorno. 

Unos se van y otros vienen, la comunidad permanece. Cada vez me convenzo más de la importancia que tienen los laicos en la consistencia de las parroquias. Mientras los pastores cambian cada cierto tiempo (por razones pastorales o personales), ellos suelen permanecer. De ahí la importancia de crear estructuras estables de comunión, participación y misión que garanticen la vitalidad y la continuidad. De lo contrario, las comunidades bailan demasiado al son del cura de turno, incapaces de organizarse por sí mismas. Confío en que en este caso se pueda seguir avanzando por un camino que ha sido bien pavimentado, pero que exige todavía mucho desarrollo.


En las próximas semanas las parroquias y grupos cristianos de todo tipo se pondrán manos a la obra para programar el nuevo curso pastoral. La experiencia me dice que suelen progresar más las comunidades que se fijan dos o tres objetivos cada año (concretos y realizables) que aquellas que sueñan con proyectos muy completos y articulados, pero que acaban diluyendo las fuerzas y el entusiasmo. Por otra parte, son cada vez más las comunidades rurales que no cuentan con párrocos a tiempo completo, sino que tienen que compartirlos con otras comunidades repartidas por un territorio más o menos extenso. 

Eso exige la selección y formación de líderes laicales que aseguren una red de presencia y compromiso y la participación más activa de las personas consagradas. En muchas comunidades de África, Asia y América esta es una práctica consolidada desde hace muchos años. En Europa sigue predominando un modelo demasiado clerical que, además de no responder a una eclesiología de comunión, se hace inviable a medida que pasan los años y las nuevas ordenaciones no compensan ni de lejos el fallecimiento de los presbíteros actuales.

4 comentarios:

  1. Siento muchísimo no haber podido estar en la despedida de D. Pedro en Vinuesa. El fallecimiento de mi madre ha sido el motivo de peso para no estar. Cómo se q lee a Gonzalo, se lo hago llegar. Le deseo toda la suerte del mundo y q no se olvide de este pueblo q, seguro, el nunca le olvidará. Gracias a los dos x las Eucaristías de este verano.

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    1. No sabía que había fallecido tu madre. Desde aquí quiero expresarte mi más sentido pésame. La encomiendo en mi oración. Gracias por tus palabras.

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    2. Muchas gracias. Me reconfortan tus palabras y las agradezco. Un abrazo.

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  2. Mientras leía la entrada de ayer, llego al final con la conclusión que acabas diciendo: “En Europa sigue predominando un modelo demasiado clerical”. Situación en la que vivimos muchos pueblos pequeños, pero también me digo que nadie puede privarnos de, a nivel interior, llevar una vida espiritual profunda, buscando que es lo que se necesita en cada lugar y aportarlo, a nivel personal, y quizás haya alguien que se contagie y se pueda ir haciendo camino.
    Gracias Gonzalo por todas las inquietudes que expresas hoy y nos contagias.

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