El caso de Roque de Montpellier, patrono de mi pueblo y de otros muchos en Europa y América, es muy singular. Para empezar, no se sabe si nació en el siglo XIII o en el XIV. De lo que no cabe duda es de que la devoción a este santo occitano se difundió enseguida por Europa a partir del siglo XV. La liturgia romana, sin embargo, no lo ha incluido en el calendario litúrgico. Es el símbolo de santo peregrino, protector contra las epidemias y hasta patrón de los falsamente acusados.
A mí me cae simpático porque estoy acostumbrado a verlo desde niño junto a su inseparable perro, al que le dirigí una sentida carta en agosto de 2016. Once años antes le había escrito otra al mismísimo san Roque. Hoy no tengo mucho más que añadir. Solo un apunte menor. La mayoría de los niños de mi pueblo se fijan más en el perro que en el santo. Mucho me temo que a este paso la fiesta acabará llamándose la fiesta del perro de san Roque.
Mientras tecleo la breve entrada de hoy se está preparando la pinochada a pocos metros de mi casa. Es un rito que atrae a muchos curiosos. Yo me quedaré preparando la Eucaristía que tengo que presidir después. Aunque disfruto con el espectáculo visual de este desfile que acaba en batalla campal, este año no estoy para muchas movidas. Prefiero preguntarme por qué san Roque resistirá en el tiempo más que Leonel Messi, Cristiano Ronaldo o el mismísimo Bruce Springsteen. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.
Al leer la entrada de hoy me has trasladado a mi infancia. En mi pueblo también era día festivo y cuando preguntaba a los adultos quien era este santo, me respondían con mucho énfasis que era un santo importante porque les había salvado de una epidemia en la que murió mucha gente. Y este día iban a Misa para dar gracias por ello.
ResponderEliminarMe ha gustado volver a las entradas que citas la carta al perro y la carta a san Roque. Entre los muchos mensajes que escribes, en ellas, he elegido: “Supiste por experiencia que quien da la vida la encuentra para siempre, que quien ama nunca se equivoca.”
Gracias Gonzalo, ya es tarde cuando escribo, por lo que te digo que deseo que hayas disfrutado de la fiesta.