Con esta provocativa frase empezó su conferencia hace unos días el profesor José Carlos González-Hurtado -presidente de EWTN España- en la parroquia del Buen Suceso de Madrid. Su intervención comenzó pasadas las 21,30, una hora poco habitual para este tipo de eventos. Yo me temía que asistieran cuatro gatos. Ni el tema ni la hora parecían los más adecuados. Mi sorpresa fue mayúscula al ver un nutrido auditorio en el que abundaban los jóvenes universitarios.
González Hurtado (1964) presentó su libro Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios, publicado este mismo año. En poco tiempo se ha convertido en un best seller, siguiendo la estela de otros libros de temática semejante como el francés Dios, la ciencia, las pruebas, muy criticado por algunos ateos patrios, o La ciencia desde la fe. Los conocimientos científicos no cuestionan la existencia de Dios, de Alister McGrath.
González-Hurtado es un orador profesional. Tiene algo de vendedor de crecepelos. Durante su amena charla se paseaba por los pasillos de la iglesia, proyectaba algunas borrosas diapositivas sobre el frontis de la iglesia, hacía preguntas al auditorio, repetía el nombre de varios de los que osaban responderle; en fin, que dominaba las técnicas de persuasión al más puro estilo americano. Confieso que a mí no me atrapa este estilo, pero es probable que a muchos les gustara.
En cualquier caso, yendo al fondo de la cuestión, puso sobre el tapete un asunto que a veces se invoca para no creer en Dios. Se lo he oído a muchas personas, sobre todo a algunos universitarios: “La ciencia es incompatible con la fe”. Gómez Hurtado mostró que más del 90% de los premios Nobel de Física de los últimos cien años eran creyentes o, por lo menos, teístas. El ateísmo no puede invocar a la ciencia moderna como fundamento. No creer “no es de ciencias” -dijo irónicamente- sino de letras. Tiene que ver más con la voluntad que con el intelecto, con las emociones que con las razones. Las ideas que compartió en la charla se encuentran reflejadas en una entrevista que aparece en la web InfoCatólica. Y también en este vídeo.
Creo que hoy, en el contexto de una sociedad pluralista y secularizada, necesitamos una nueva apologética inteligente y cordial. Cuando es demasiado fundamentalista o agresiva me rechina. No es el caso de la practicada por Gómez Hurtado. Estoy seguro de que, a más de una persona de buena voluntad, pero prisionera de los tópicos sociales, puede ayudarle mucho la lectura del libro. Es útil, por lo menos, para no dar por sentado que fe y ciencia son instancias irreconciliables. O que los intelectuales no pueden ser creyentes. O que la fe es un obstáculo para la evolución de las ideas y de la sociedad. Ya es bastante.
El salto a una genuina experiencia de fe no es el resultado de un razonamiento lógico, sino un don de gracia libremente aceptado por una voluntad aquiescente. Con frecuencia no creemos por falta de pruebas o indicios racionales, sino porque intuimos que creer en Dios cambiaría nuestra forma de entender la vida, nuestros hábitos y conductas y, en definitiva, nuestra manera de situarnos en el mundo. Y no estamos dispuestos a pagar ese precio a menos que tengamos una experiencia arrolladora que nos ahorre el salto de creer.
Muchas gracias Gonzalo por toda la información que nos has pasado… Buen material para dedicarle varias horas en el fin de semana… e ir continuando… Me interesa.
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