El III Capítulo de la provincia claretiana de Colombia-Venezuela me absorbe casi por entero. No queda mucho tiempo para
escribir mi entrada diaria, pero no quiero que pase la jornada de hoy sin
compartir algo. Tengo dos motivos fundamentales: el primero, la memoria litúrgica
de san Juan de la Cruz,
un santo que siempre resulta actual porque puso experiencias y palabras a la búsqueda
de Dios; el segundo motivo es el concierto que ayer
dieron mis amigos de Brotes de
Olivo en Huelva, con motivo de los 50 años de la existencia del
grupo. Encuentro un puente entre ambos motivos: la gratitud por la obra de
Dios.
Conviene releer y meditar de vez en cuando el Cántico Espiritual de san Juan de la Cruz. Hoy me fijo solo en la primera estrofa: ¿Adónde te escondiste, / amado, y me dejaste con gemido? / Como el ciervo huiste, / habiéndome herido; / salí tras ti, clamando, y eras ido. Difícilmente podría expresarse con más hondura y belleza lo que muchos de nosotros estamos experimentando hoy.
Cuando se habla del silencio de Dios (o incluso de “la muerte de Dios”), quizá no nos estamos refiriendo al hecho de que Dios no exista ─como sostiene el ateísmo militante─ sino a la impresión de que él es un Deus absconditus, un Dios escondido que, por una parte, nos seduce y, por otra, parece alejarse de nosotros dejándonos “con gemido”. Es un Dios que nos hiere con su amor y luego nos deja con la herida siempre abierta. ¿No es esta la dinámica del verdadero amor?
Mi amigo Juan, uno de los componentes del grupo musical Brotes de Olivo, me envió el enlace de Youtube apenas acabado el concierto. A pesar de que terminé el día cansado, me pudo más la curiosidad y el cariño, así que me quedé hasta casi la medianoche (hora colombiana) viendo cómo nueve de los trece hermanos iban repasando algunas de las canciones más emblemáticas de su larguísima (¡nada menos que 50 años!) carrera musical. En los últimos minutos del concierto se añadieron los cuatro hermanos restantes, así que fue posible contemplar a los trece cantando y emocionándose juntos.
Confieso que me hubiera gustado haber estado ayer en el Gran Teatro de Huelva. Algunas de las canciones de Brotes de Olivo forman parte de mi banda sonora espiritual desde el comienzo mismo de la andadura del grupo. En la década de los años 80 del siglo pasado tuve oportunidad de compartir momentos muy significativos con ellos, tanto en el multifestival David como en otros conciertos organizados en diversos lugares. Desde entonces surgió una amistad que dura hasta hoy y que se ha ido nutriendo de conversaciones, visitas y pasiones comunes. Si tuviera que elegir una canción entre tantas, hoy me inclino por ¿Cómo te podré pagar? Expresa nuestra incapacidad para agradecer al Dios ausente toda la gracia que derrama en nuestras vidas.
¿Cómo te podré pagar?
Caminaré en tu presencia en la tierra de los vivos.Soy feliz aun cuando digo qué desdichado soy.
En lo hondo de mi alma te siento fundido en mí.
Tú me has dado mil razones para sentirme así.
¿Cómo te podré pagar? ¿Cómo te podré pagar?
¿Cómo te podré pagar tanto bien como me has hecho?
¿Cómo te podré pagar? ¿Cómo te podré pagar?
¿Cómo te podré pagar tanto bien como me has hecho?
Viviré cuanto me has dicho, sí, delante de tu pueblo.
Tú soltaste mis cadenas. ¡Ay Yahvé, yo soy tu siervo!
Tu siervo para servir allá donde exista un hombre.
Me ofreceré en sacrificio y a todos diré tu nombre.
Un hambre tiene mi vida: pagarte cuanto te debo.
Viviré para cantar tanto bien como me has hecho.
Nunca yo me sentí digno de hacer cuanto siempre he hecho.
Lo hago porque estás en mí, tú sabes que así lo siento.
Tú me diste la vida y ahora te la devuelvo.
Viviré para cantar tanto bien como me has hecho.
Es difícil añadir palabras a esta entrada… se quedan cortas.
ResponderEliminarSan Juan de la Cruz y Brotes de Olivo aportan luz y fuerza para ir por los senderos oscuros.
Decirte Gonzalo, gracias por todo lo que compartes hoy y encontrar el momento para hacerlo… Se vislumbra el valor que das a todo ello.
Gracias Gonzalo por la referirte al momento vivido en el Gran Teatro de Huelva el pasado 13. Hemos querido los hermanos agradecer todo lo vivido desde nuestra niñez. Ha sido un regalo de vida, sobre todo, haber encontrado en el camino a tantas personas que alimentaron la creatividad y la necesidad de seguir transmitiendo con música la Palabra. Y sabes Gonzalo, que tú has sido una de esas personas que ha animado con tu cariño y conocimiento de tantas materias, parte del camino de Brotes. Tú, como tantos también has formado parte de esta bonita historia. Gracias a ti y a los lectores de este maravilloso blog que esperan con alegría las palabras que escribes con tanto amor. Gracias a Maria de la que siempre hemos sentido su apoyo de madre.
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