Ayer fue un día sin lluvia, con temperatura fresca, pocos peregrinos y mucha paz. Arrancó el simposio con los saludos del organizador, del rector del santuario y del obispo de Leiria-Fátima, el cardenal Antonio Marto. Todo transcurrió con orden en el enorme auditorio del Centro Pastoral Pablo VI. Aunque hay más de tres mil puestos disponibles, los participantes son alrededor de 200. Todos los demás pueden seguir la retransmisión en directo por el canal de YouTube del santuario. La primera conferencia (en italiano) corrió a cargo del profesor Crispino Valenziano. La dictó desde el Anselmianum de Roma vía Zoom. La segunda la pronunció el claretiano portugués Jerónimo Trigo, profesor de Teología Moral en la Universidad Católica de Lisboa. Versó sobre “La santidad cristiana”. Después de un breve recorrido bíblico e histórico, se centró en la llamada universal a la santidad y en las consecuencias que esto tiene para la vida cristiana. Insistió mucho en que la santidad es más un indicativo que un imperativo. En efecto, por el Bautismo somos “ya” santos. Se trata de vivir y desarrollar con responsabilidad lo que “ya” somos por gracia, no de una lucha voluntarista por conquistar un ideal imposible.
Por la tarde siguieron las conferencias y paneles. A las 18,30 celebramos la Eucaristía en la impresionante basílica de la Santísima Trinidad. La jornada terminó con un entrañable concierto de música mariana con raíces portuguesas a cargo de tres mujeres que tocaban la viola de gamba, la guitarra y diversos tipos de flauta mientras contaban una polifonía afinadísima. Antes de irme a la cama paseé un buen rato por la inmensa explanada del santuario disfrutando de una noche serena y fresca. Me acerqué a la “capelinha” para poner en manos de la Virgen una jornada repleta de encuentros y emociones.
Hoy nos espera también un programa intenso. Tendremos como ponentes al cardenal Tagle (desde Roma) al obispo de Setúbal y al profesor Fabien Revol, un laico francés de la Universidad Católica de Lyon. Entre los participantes hay laicos, personas consagradas y sacerdotes y obispos, una pequeña representación de las diversas vocaciones en la Iglesia. El mensaje de fondo es nítido. Todos estamos llamados a vivir lo que somos de una manera original. La santidad no consiste en una imposible vida heroica reservada a una élite, sino que es una vocación de todos los bautizados, que reviste tantos perfiles distintos cuantos cristianos hay. No tiene sentido “copiar” los modos de otros. El objetivo es descubrir nuestro propio camino.
La ascesis es un entrenamiento para ser con más autenticidad lo que somos por gracia. ¿Qué es más “ascético”: hacer grandes ayunos y disciplinarse el cuerpo (como hacían en el pasado algunos santos) o desvivirse por cuida a tres o cuatro hijos? Cada vez me parece más evidente que no hay mejor ascética que vivir la vida cotidiana con amor en la situación en la que cada uno se encuentre. Esto exige una desapropiación mayor que cualquier otro ejercicio extraño.
Mientras nosotros reflexionamos, dialogamos y celebramos, el mundo sigue su curso. Aquí, en medio del silencio de la sierra del Aire, menos atado a Internet que en despacho romano, caigo en la cuenta de que todo es más relativo de lo que parece cuando estamos enfrascados en asuntos que nos parecen vitales. La perspectiva nos ayuda a ver las cosas con más realismo. Me alegro de haber venido a este lugar. Reconozco que para mi es como un imán que me atrae. Estando lejos de muchos, me siento en comunión con todos. La Madre común se encarga de mantener el espíritu de familia.
"¿Qué es más “ascético”: hacer grandes ayunos y disciplinarse el cuerpo (como hacían en el pasado algunos santos) o desvivirse por cuidar a tres o cuatro hijos?" Gracias Gonzalo. Dios bendiga tu tarea de cada día.
ResponderEliminarGracias por compartir el tema de la santidad, con sencillez y profundidad a la vez… Nos la pones al alcance de todos, sin complicaciones. Me ha llevado a reflexionar lo que escribes: “…es más un indicativo que un imperativo…” y también, cuando expresas que: “… es una vocación de todos los bautizados y remarcas que no tiene sentido “copiar” los modos de otros y que el objetivo es descubrir nuestro propio camino…”
ResponderEliminarGracias por la aclaración de que: “La santidad no consiste en una imposible vida heroica reservada a una élite, sino que es una vocación de todos los bautizados, que reviste tantos perfiles distintos cuantos cristianos hay. No tiene sentido “copiar” los modos de otros. El objetivo es descubrir nuestro propio camino.Por formación y catequesis recibida, precisamente, se recibía el mensaje que estaba reservada a unos pocos…
Das una palabra “clave”, hablando de la ascesis: “… exige una desapropiación mayor que cualquier otro ejercicio extraño.”
Gracias por hacernos partícipes de esta atracción que ejerce Fátima sobre ti… Me siento identificada contigo, porque vivo lo mismo cuando se trata de Montserrat… Hablar de la Madre común nos hace sentir “hermanos” que vamos por el mismo camino, en su compañía.
Muchas gracias por todo, Gonzalo.
Gracias Gonzalo. Te acompaño desde la Eucaristia. Que disfrutes y sigas moviendo el tapete de nuestra realidad y vida cotidiana.
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