En el contexto actual, imagino a un Jesús humilde pero enérgico frente a quienes:
- Trafican con seres humanos, los prostituyen o venden sus órganos.
- Hacen de las vacunas contra el Covid-19 un negocio y las venden al mejor postor sin tener en cuenta las necesidades del bien común.
- Hablan de paz en público, pero firman contratos para vender armas a países que viven en guerra permanente.
- Engañan a sus familiares, amigos o socios para obtener beneficios.
- Abusan física, psicológicamente o sexualmente de los pequeños y vulnerables.
- Utilizan Internet para hackear a empresas, instituciones y particulares, alterando el normal funcionamiento de la sociedad y creando grandes problemas.
- No hacen más que hablar de Dios, pero llevan una vida de espaldas a Él.
- Juegan con la vida de los seres humanos promoviendo el aborto, la eutanasia, la venta y consumo de droga, los juegos adictivos, etc.
- Utilizan el sexo como moneda de cambio y fomentan una sociedad hipersexualizada para narcotizar a las personas.
- Engañan a los pobres, pagan salarios miserables o literalmente esclavizan a niños y adultos en trabajos insoportables.
- Manipulan la verdad a través de los medios de comunicación o diseminan noticias falsas para defender sus intereses políticos y económicos.
Creo que los cristianos, incorporados a este Cristo vencedor, sostenidos por su fuerza, deberíamos tener
más coraje para enfrentarnos a los demonios contemporáneos. Nuestra vocación de
evangelizadores y personas de diálogo no está reñida con la audacia de los
exorcistas que desenmascaran el mal y, en el nombre de Jesús, gritan: “¡Cállate
y sal de él!”. Si olvidamos este aspecto combativo de la fe cristiana
dejamos que el mal campe a sus anchas y que muchas personas sean sus víctimas.
Naturalmente, quien se arriesga a denunciar el mal ya sabe que se expone a la
persecución. Pero eso es lo que le sucedió a Jesús. Sus discípulos corremos la
misma suerte. El mal debe ser siempre denunciado y combatido. Los pecadores
deben ser perdonados y acogidos en la comunidad. No siempre es fácil combinar
con verdad y libertad estos dos niveles. Solo Jesús sabe hacerlo sin doblez.
[Hoy se celebra también la fiesta de san Juan Bosco. Felicito desde aquí a toda la Familia Salesiana. También se celebra hoy el Día Mundial contra la Lepra].
Muchísimas gracias Gonzalo por el enlace a Armellini… Hoy aporta una panorámica bien diferente, de la que se suele dar… Todos podemos ser portadores del “demonio” si no nos abrimos al cambio y al perdón…
ResponderEliminar