Hoy es uno de
esos días en los que se acumulan muchos acontecimientos. Se cumplen 45
años de la muerte de Franco, que a mí me coincidió con mi etapa de
novicio. Tal día como hoy, en 2005, fue beatificado el claretiano Andrés Solà
Molist en Guadalajara (México). Hoy es también el Día Universal
del Niño. Con este motivo, la Iglesia española ha convocado una Jornada
de Oración por las Víctimas de Abusos. Cada uno de estos acontecimientos merecería una reflexión pausada. A pesar del paso del tiempo, Franco sigue presente en el debate político actual en España. Los mártires siempre nos recuerdan que la fe nunca hay que darla por supuesta. Tenemos que estar listos para testimoniarla, incluso cuando las situaciones se tuercen. Elabuso de los menores es una de esas lacras que cuestionan nuestra verdadera humanidad. Cuando se da en el seno de la Iglesia, tenemos que reaccionar con rapidez, compasión y eficacia.
Yo he preferido centrarme hoy en un vídeo que un
amigo mío carmelita me envió hace días desde Dublín. En él se presenta, de manera muy clara
y breve, una obra de santa Teresa de Jesús que lleva por título Libro
de las Moradas o Castillo Interior. Es muy probable que hayamos oído
hablar de este libro, pero que nunca lo hayamos leído. O, si lo hemos hecho, tal vez no
hemos llegado a entender su dinámica y actualidad. En realidad, es un tratado
sobre la oración. O, quizá mejor, sobre el itinerario que, a través de la
oración, nos va conduciendo a la plena comunión con Dios. He dudado un poco a
la hora de escoger el tema de hoy porque parece que hay otros asuntos de actualidad
que pueden resultar más atractivos. Si me he decidido por este, es porque creo
que lo urgente no siempre tiene que prevalecer sobre lo importante.
Muchas personas
quieren cultivar su interioridad y no saben cómo. Se sienten atraídas por el
mundo oriental porque les parece que en él pueden encontrar lo que parece no hallarse en nuestra tradición cristiana. Vi hace unos días una entrevista con el joven
actor Nicolás Coronadoen la que mostraba su gran interés por la
espiritualidad, el chamanismo y la práctica del yoga. Hay muchas personas como
él, sobre todo entre artistas e intelectuales. Frente a la sequía inmensa producida
por la sociedad materialista y consumista, sienten la necesidad de buscar “algo
diferente”. Su gran sensibilidad los abre al mundo de la meditación. Algunos de
ellos se introducen en él alejándose de sus raíces cristianas. Otros lo hacen
sin renunciar a su pasado y algunos – los más jóvenes – no tienen especiales
referencias de la tradición, asi que sienten que son pioneros en esta aventura.
Respeto mucho a quienes inician
itinerarios de búsqueda espiritual, aunque no siempre comparta su estilo. Creo
que el Espíritu de Dios es infinitamente más amplio que nuestros reducidos
esquemas humanos. Quienes se abren con humildad y honradez al Misterio, acaban encontrándose
en el terreno común de la unión con Dios. El mismo Espíritu puede suscitar
caminos distintos, pero no divergentes. Por eso, me cuesta mucho entender a los
cristianos que desprecian a quienes no hacen todo como ellos consideran que se
debe hacer. También los discípulos de Jesús experimentaron esta tentación del
desprecio. Jesús tuvo que ayudarles a descubrir que no era ese el camino
adecuado. Leemos en el evangelio de Marcos: “Juan le dijo: «Maestro, hemos
visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir,
porque no viene con nosotros». Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque
quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no
está contra nosotros está a favor nuestro” (Mc 9,38-40). Estoy convencido de que también hoy abundan las personas que viven el Evangelio de Jesús sin ni siquiera conocer al Maestro.
Desde una actitud
de apertura y respeto hacia otros itinerarios, me parece conveniente conocer
mejor los que nos ha legado nuestra propia tradición cristiana. A veces,
mendigamos propuestas o nos quedamos seducidos por algo más “exótico”
sencillamente porque no conocemos la riqueza extraordinaria que la Iglesia ha
ido atesorando a lo largo de los siglos. En este contexto de redescubrimiento y
aprecio de nuestras raíces, podemos acercarnos hoy a la obra de santa Teresa. Si
somos capaces de ir más allá de la corteza del lenguaje del siglo XVI (por otra
parte, muy sabroso), caeremos en la cuenta de que la propuesta de la Santa
responde a nuestros anhelos actuales. Para quienes nos preguntamos qué podemos hacer,
cómo podemos avanzar en los caminos del Señor, santa Teresa nos ofrece pistas
seguras para emprender el camino de la oración. Os invito a ver el vídeo.
Podemos después compartir después nuestras reacciones.
Es un video intenso, en el que se describe muy bien lo que son las Moradas, y lo hace didácticamente, con lo que podemos hacernos una idea, de lo que dice santa Teresa, antes de leer el libro. La primera impresión es que, el libro, es para personas especiales… No todos estamos preparados para vivir tan profundamente, pero la curiosidad me lleva a la lectura del libro, para algo lo has puesto a nuestro alcance. Gracias Gonzalo. DOLORS
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Es un video intenso, en el que se describe muy bien lo que son las Moradas, y lo hace didácticamente, con lo que podemos hacernos una idea, de lo que dice santa Teresa, antes de leer el libro.
ResponderEliminarLa primera impresión es que, el libro, es para personas especiales… No todos estamos preparados para vivir tan profundamente, pero la curiosidad me lleva a la lectura del libro, para algo lo has puesto a nuestro alcance.
Gracias Gonzalo.
DOLORS