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sábado, 2 de mayo de 2020

Vieja y nueva normalidad

Cada día que pasa se usa más la expresión “nueva normalidad”. Se refiere a las cosas nuevas que se irán haciendo normales a medida que vayamos superando la pandemia. Hay cosas hermosas que echaremos de menos y cosas nuevas que no nos gustarán en absoluto. Pero también al revés. Estaremos contentos de haber perdido cosas que, a pesar de su carácter dañino, eran antes normales y también de los nuevos pasos dados. Supongo que cada cual tenemos nuestras propias listas de marcadores. Yo tiendo a ser pesimista por lo que a los comportamientos colectivos se refiere (la historia nos enseña mucho al respecto), pero creo también que es posible dar pasos positivos (siempre los hemos dado después de una crisis). 

No es lo mismo hacer propósitos cuando le vemos las orejas al lobo (y ahora se las estamos viendo) que en momentos de bonanza (cuando todo parece que ha recobrado la calma). Ya san Ignacio de Loyola aconsejaba no hacer mudanza en tiempo de turbación porque, por lo general, las decisiones tomadas cuando estamos apurados suelen ser poco discernidas y, en consecuencia, no solemos mantenerlas cuando volvemos a la normalidad. Pero, ¿qué es la normalidad, sobre todo cuando se habla ya de “vieja” y “nueva” normalidad? Os propongo algunas tablas para jugar un poco en este primer sábado de mayo. Antes, quizás es bueno repasar el nuevo diccionario que la pandemia ha puesto de moda.


LO QUE NO ME GUSTA

Vieja normalidad

Nueva normalidad

  • Ver las ciudades llenas de coches, de humo y de ruido.
  • El descuido de la limpieza urbana.
  • La explotación de la naturaleza.
  • El ritmo de vida acelerado y la falta de tiempo para las relaciones.
  • Los puestos de trabajo muy alejados del propio domicilio.
  • Las sueldos miserables de muchos cuidadores y personal sanitario.
  • El descuido y exlotación de las residencias de ancianos.
  • La escasa preocupación por el bien común.
  • El egoísmo de pueblos, regiones y estados.
  • La insensibilidad hacia los inmigrantes y los sin techo.
  • Las disputas estériles entre políticos.
  • El consumismo desaforado.
  • La explotación de los animales.

  • Tener que salir a la calle con mascarilla y guantes.
  • Mantener la “distancia social”.
  • Sufrir las restricciones en la movilidad.
  • Comer en un restaurante como si fuera en una prisión.
  • La desaparición de muchos puestos de trabajo.
  • El mayor control en aeropuertos y otros lugares.
  • El riesgo de estatalismo en la vida social.
  • Las misas y celebraciones “on line”.


LO QUE ME GUSTA

Vieja normalidad


Nueva normalidad
  • Abrazar y besar a las personas queridas.
  • Salir a la calle a cualquier hora sin mascarilla o guantes.
  • Poder asistir a eventos masivos: competiciones deportivas, conciertos, procesiones, etc.
  • Dar la paz en misa con un beso o un abrazo.
  • Sentarme en una terraza con amigos a tomar una cerveza sin observar ninguna distancia social.
  • Poder viajar a donde quiero.
  • No ser sometido a controles sanitarios en aeropuertos y estaciones.

  • La importancia dada a la sanidad pública.
  • La mayor sensibilidad ecológica y social.
  • La disminución del ruido y de la contaminación.
  • Un estilo de vida más sobrio y saludable.
  • La dedicación a la lectura y la conversación.
  • El mayor espacio dedicado a las bicicletas en las ciudades.
  • El regreso de muchas personas a los pueblos.
  • La posibilidad de aumentar el teletrabajo.
  • La mayor preocupación por los cuidadores sociales y por las personas mayores.
  • La atención prestada a las residencias de ancianos.
  • El desarrollo de las tecnologías de la comunicación.
  • La lucha mundial coordinada contra las pandemias.
  • La integración de los inmigrantes.
  • Las nuevas formas de participación social.
  • El estilo de vestir informal.


He dejado deliberadamente las casillas abiertas para que los lectores podáis quitar o añadir lo que os parezca oportuno según vuestra opinión. Lo interesante es preguntarnos qué ganamos y qué perdemos con la llamada “nueva normalidad” y cómo podemos prepararnos para ella. Buen fin de semana.



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