Ha pasado poco más de una semana desde que cerré el blog al llegar a las 1.000 entradas. Pero en la última entrada anuncié que haría una excepción
para escribir algo sobre el retiro que hemos tenido durante el fin de semana
del 1-3 de febrero con 22 amigos del Rincón
de Gundisalvus. Si digo que todo ha ido mucho mejor de lo que cabía
esperar, puedo pecar de optimista. Y, sin embargo, es la huella que me han
dejado los dos días compartidos con amigos provenientes de Madrid (la mayoría),
Guadalajara, Colmenar Viejo, Toledo, Sevilla y Barcelona. Muchos no se conocían entre
ellos, aunque luego, en el curso de las conversaciones, han descubierto lazos
inimaginables. Había matrimonios maduros y jóvenes, hombres y mujeres solteros
y dos claretianos: el director del Centro
Fragua de Los Negrales y este servidor. Uno de los participantes, apenas
terminado el retiro, colgó su personal crónica en el blog que tiene abierto en la página Religión
en Libertad. Me podría haber ahorrado la entrada de hoy porque lo
que escribe Luis Javier se ajusta muy bien a la realidad que vivimos. De todos modos, lo
prometido es deuda, así que voy a cumplirlo.
Nos dimos cita el
viernes 1 por la noche. Afuera soplaba un viento frío y revoltoso. Se había
anunciado nieve, pero no llegó a caer. Solo algunos copos despistados. Dentro
se estaba bien. Al calor de la calefacción se unía el de un grupo abierto, comunicativo
y muy amigable. Tras los saludos y la cena, nos encontramos en la sala de trabajo.
Los 22 participantes se sentaron en torno a cuatro mesas redondas. Cada una de ellas estaba
vestida con una tela de colores diversos (verde, amarillo, azul y naranja) y contenía
tarjetas con los nombres de cada uno de los miembros de los cuatro grupos:
Nazaret, Tiberíades, Jerusalén y Emaús. Los nombres de los grupos expresaban un itinerario de encuentro con Jesús en los diversos escenarios donde transcurrió su vida. Sin protocolos, abordamos las tres
preguntas que nos ayudaban a situarnos: quiénes somos, dónde estamos, qué vamos
a hacer. La canción ¿Qué quieres de
mí?, de Salomé Arricibita, puso punto final al encuentro
introductorio. Seguía soplando un viento gélido, pero nosotros esperábamos otro viento: el del Espíritu de Jesús.
El retiro tenía un tema central
(aprender a vivir como hijos) que se desplegaba a modo de tríptico en tres
meditaciones: 1) ¿Qué nos está pasando?; 2) Tú eres mi hijo amado; 3) Lo que
necesitas es amor. Los contenidos fundamentales habían ido apareciendo en algunas
entradas del blog a lo largo de los tres años, pero no organizados de este
modo. Las meditaciones audiovisuales se iban alternando con ejercicios en
grupo. El sábado por la tarde dispusimos de más tiempo para la oración, la
Reconciliación y las entrevistas personales. Cada participante recibió un folleto (con oraciones y textos) para organizar con libertad su tiempo personal. Antes, a mediodía, habíamos celebrado la Eucaristía
de la fiesta de la Presentación del Señor, con procesión de candelas incluida.
Cerramos la jornada con la película Converso,
un interesante diálogo sobre ella y un miniconcierto por parte de mi amigo Juan Morales (miembro
de Brotes de Olivo) y su esposa
Lolín. Nos fuimos a la cama al filo de la medianoche.
Ayer domingo nos centramos
en el amor. El título de la meditación suena a canción de los Beatles, pero discurrió
por otros cauces. La segunda lectura de la Eucaristía nos vino como anillo al
dedo. El “himno de la caridad” de Pablo en la primera carta a los Corintios siempre
nos toca el corazón. Salomé Arricibita nos prestó de nuevo su música para
preguntar a Dios: Dime cómo ser pan.
Con la foto de grupo y la comida de fiesta nos despedimos, no sin antes
citarnos para el próximo año… si Dios quiere. Mientras tanto, cada uno
seguiremos nuestros caminos tratando de vivir al máximo. Es difícil calibrar el
valor de una experiencia como esta. He tenido infinidad de retiros en mi vida,
pero casi todos con personas que pertenecían a la misma comunidad o grupo. En
el caso del pasado fin de semana se trataba de un grupo heterogéneo. La franja
de edad iba de los 22 a los 85 años. Había hombres y mujeres, casados y célibes,
pertenecientes a movimientos y grupos, y cristianos “por libre”, si es que esta
expresión se entiende bien. Nadie pretendió engatusar a nadie. Todos dialogamos con respeto y libertad.
Este carácter
abierto y polifónico hizo que el retiro “sonara” bien, que todo el mundo se
sintiera en casa sin tener que plegarse a unas siglas o a un estilo muy
marcado. Una vez más comprendimos que, en el contexto difícil en el que nos
toca vivir la fe, tenemos que aprender a vivir como un “resto”,
sin que esto suponga sentirnos un residuo y mucho menos un gueto.
Aunque nuestro campo es la calle, de vez en cuando necesitamos espacios y
tiempos de soledad y diálogo para rehacer los vínculos que nos constituyen como
hombres y mujeres que quieren vivir “con Espíritu”. Con Jesús y su Espíritu se viven de forma diferente las relaciones con el propio yo, los otros, el mundo, el tiempo y Dios. Regreso a Roma con el corazón
agradecido y dilatado. Gracias, Señor, y gracias, amigos. No olvido a los muchos que han estado orando por nosotros durante estos días. Se siente la fuerza de la plegaria. Muchas gracias de corazón.
Gracias Gonzalo y Juan Carlos por la acogida en los Negrales y por compartir vuestro tiempo con nosotros. Gonzalo las tres meditaciones me han ayudado mucho más de lo que percibí en esos momentos y espero vivir como hija, o al menos acordarme cada día.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte a todos y gracias.
María
Buenos días a todos…
ResponderEliminar- Valoro mucho la acogida que experimenté… este “sentirme en casa”… la ilusión que se respiraba… Este experimentar que habíamos coincidido, desde muy diferentes lugares y condiciones, sin conocernos, a ir a beber del mismo pozo…
- Tema central: “Aprender a vivir como hijos” , como consecuencia estuvimos viviendo como hermanos. Se desvelaron sentimientos de filiación y fraternidad… A mi me ayudó. Todo fue vivido con mucha paz.
Me marché con una maleta bien llena de mensajes, vivencias, emociones, sentimientos… para ir abriéndola poco a poco e ir digiriéndolo todo. Cuantos regalos recibidos este fin de semana!!!
- Esta mañana, como he echado de menos la oración compartida y he recordado lo que Gonzalo nos ayudó a valorar de tener un lugar de oración, con la presencia de Jesús eucaristía… Y el poder disfrutar de la Eucaristía, sin prisas.
- Gonzalo, nos dices: Regreso a Roma con el corazón agradecido y dilatado. Gracias, Señor, y gracias, amigos. .. y yo te digo que también gracias a ti, Gonzalo... gracias por toda la ilusión que pusiste en ello...gracias por la fuerza que has transmitido... Gracias por acompañarnos en esta parte de camino... y como te pediamos, supongo que seguiràs acompañandonos de una manera u otra...
Cuando nos llamas amigos me llevas a recordar a Jn 15,15: os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho… Para mi resume muy bien lo que ha sido este fin de semana… Nos has dado a conocer al Padre y has desvelado sentimientos de filiación.
Muchísimas gracias a todos… Desde ya, me apunto a la cita del próximo año... Un abrazo
Buenos días amigo Gonzalo y amigos del blog.
ResponderEliminarLa experiencia de este fin de semana ha sido excelente. Personas de diferentes edades y partes de la geografía española se han reunido para experimentar, aprender y compartir diferentes sentimientos, puntos de vista y reflexiones sobre su fe y su forma de ver y afrontar la vida.
Enriquecedora y serena son los dos adjetivos que mejor definen la experiencia vivida estos días. Sería injusto quedarse solo con los dos anteriores, la lista de calificativos positivos es muy extensa.
Creo que hablo en nombre de todos al decir que nos hemos quedado con ganas de escuchar más reflexiones y enseñanzas de Gonzalo, cuyas palabras cargadas de inteligencia y espiritualidad nos deleitan sin parangón.
También mencionar a Juan Carlos, el cual ha participado de una manera muy positiva en la convivencia y nos ha dado mucho.
Muchas gracias a todos.
Muchas gracias por este fin de semana, muy enriquecedor, tanto por los contenidos como por conocer a personas tan diversas con un punto común: el deseo de crecer en la fe.
ResponderEliminarAgradezco también el esfuerzo y la entrega de Gonzalo y Juan Carlos que han hecho posible este encuentro.
Gracias de corazón.