Hace unos días, una amiga
del Rincón me pidió que sugiriera
algunas lecturas para el verano. Podría recomendar algo de literatura, pero es
siempre arriesgado. Los gustos difieren mucho. Lo que a unos les parece una
obra maestra, a otros les resulta un bodrio insoportable. Un ejemplo es El Péndulo de Foucault (1988) de Umberto Eco. A mí me lo recomendaron en su día. No sé si pasé de la página 20. Se me cayó de las manos. Por otra parte, no siempre me fío de la lista de libros
más vendidos. Además, no soy ningún experto en literatura. No paso de simple aficionado. Por
eso, prefiero sugerir algo relacionado con la espiritualidad. Voy a empezar con
Henri Nouwen. Tal vez me anime a seguir con otros autores en las próximas semanas. Para los que no estáis
familiarizados con él, os diré que fue un sacerdote holandés, nacido en 1932 y
muerto de infarto al corazón en 1996, aunque él alguna vez bromeó diciendo que le hubiera gustado morir en 2010.
No llegó a cruzar el umbral del milenio. Fue profesor en varias universidades
norteamericanas antes de incorporarse a la comunidad de El Arca de
Daybreak en Toronto (Canadá), donde vivió con personas con discapacidad. De sus
más de 40 libros publicados, hay tres libros que me gustan y que propongo
hoy. Es probable que muchos lectores del Rincón
los conozcáis No son nuevos. Algunos tienen ya más de veinte años, pero hay
algo que los hace muy recomendables: miles de personas los han leído y se han sentido
iluminadas y estimuladas por ellos. He tenido ocasión de compartir valoraciones
y confidencias.
El primero es El
regreso del hijo pródigo. A partir del famoso cuadro de Rembrandt, que pude
contemplar en el museo del Hermitage de San Petersburgo hace casi veinte años,
Henri Nouwen hace una profunda y bellísima meditación sobre la parábola de
Jesús (cf. Lc 15,11-32). Comienza
profundizando en la figura del hijo menor; luego, pasa al hijo mayor;
finalmente, se centra en la figura del padre. La conclusión del libro es clara:
todos estamos llamados a convertirnos en el padre de la parábola, cualquiera que
haya sido nuestra trayectoria en la vida. No importa si hemos vivido una vida alejada del padre (como el hijo menor) o una vida cercana, pero rígida (como el hijo mayor). El personaje central es el padre al que todos tenemos que parecernos. ¡Atención! Lo que hace Henri Nouwen no es
una exégesis académica sobre el texto lucano o un estudio minucioso sobre la pintura de Rembrandt,
sino una exploración de la condición humana a partir de ambas referencias: el relato y el cuadro. Es
casi imposible no sentirse reflejado en los personajes. En realidad, el libro
de Nouwen es un espejo en el que uno se ve a sí mismo. Estoy seguro de que no os
va a defraudar. Es muy probable que encontréis una explicación clara a muchas de vuestras actitudes y conductas que no acabáis de comprender.
El segundo se titula Tú eres mi amado. El subtítulo aclara
bastante el contenido: La vida espiritual
en un mundo secular. Aquí Henri Nouwen adopta un punto de vista eucarístico.
Considera que la dinámica de la Eucaristía sacramental expresa muy bien la dinámica
de la vida espiritual. Como el pan eucarístico, también nosotros somos “tomados,
bendecidos, rotos y entregados”. En realidad, la traducción española dice “cogidos”
en vez de “tomados”, pero, pensando en algunos amigos argentinos, he preferido
evitar las ambigüedades. Antes del epílogo, el libro termina con esta
reflexión: “¿Tengo miedo a morir? Estoy continuamente seducido por el ruido de
las voces de mi mundo que me dicen que mi pequeña vida es todo lo que tengo, y
me aconsejan que me agarre a ella con toda el alma. Pero cuando consigo que
estas voces se enfrenten con la realidad última y profunda de mi vida, y oigo
allí la voz suave que me llama el amado, sé que no tengo nada que temer, y que
morir es el gran acto del amor, el acto que me lleva al abrazo eterno de mi
Dios, cuyo amor durará para siempre”. Creo que, aunque el libro tiene ya sus años y, por tanto, no refleja el mundo actual, dominado por las tecnologías de la información, hay muchas cosas aprovechables.
El tercero es más reciente. Se publicó en español en 2014. Está escrito por dos amigos de Henri Nouwen
(Michael J. Christensen y Rebecca J. Laird), que han dado forma a textos y
pensamientos de su amigo Henri. Se titula El
discernimiento. Cómo leer los signos de la vida diaria. Nouwen busca discernir
lo que Dios quiere de nosotros prestando atención a la Palabra de Dios que se
escucha en nuestros corazones, en la Biblia, en la comunidad de fe y en la voz
de los desfavorecidos. Lo explica con claridad: “Cuando estamos arraigados en
la oración y la soledad y formamos parte de una comunidad de fe, en el día a
día percibimos ciertas señales a medida que nos esforzamos por hallar respuesta
a cuestiones espirituales. Los libros que leemos, la naturaleza de la que
gozamos, las personas con quienes nos relacionamos, y los acontecimientos que
vivimos contienen en sí mismos señales de la presencia y guía de Dios en el día
a día”. Si algo necesitamos hoy, en medio del laberinto en el que vivimos, es
aprender a discernir las señales que nos llevan por el buen camino. Este libro
nos ofrece pistas muy concretas para no perdernos. No todas las voces tienen el mismo valor y significado.
A partir de mañana tal vez no pueda ser fiel a mi cita diaria. Todo dependerá del curso de los acontecimientos. Procuraré que los posts respondan al pulso de la vida cotidiana en un nuevo contexto muy alejado del romano.
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