Ayer estuve en
Barbastro, en el corazón del Somontano oscense. Fui a esa ciudad para visitar
los lugares asociados a los 51 beatos mártires claretianos,
ajusticiados en el verano de 1936, hace 80 años. Acompañé a algunos claretianos
latinoamericanos que visitan por primera vez este lugar cargado de
significación para todos nosotros. La comunidad claretiana que guarda la memoria de los mártires nos acogió con gran alegría y fraternidad. La jornada comenzó con la celebración de la
eucaristía en la capilla construida sobre la cripta que alberga los restos de
los 51 mártires. Después, siguió la visita al museo y a los diversos lugares
donde se ejecutó el martirio en la carretera de Berbegal. No sé cuántas veces he visitado estos sitios, pero esta vez me ha llamado la atención que, desde el comienzo
de la gira, hayamos hablado mucho sobre la historia martirial tal como se narra
en la película Un Dios Prohibido. Tengo la
impresión de que este filme ha logrado recrearla desde la única clave que la
hace actual y universal: el perdón y la
reconciliación.
El claretiano encargado del museo me ha revelado que los
actores que participaron en la película hablan de ella como de “un antes y un
después” en su carrera profesional y, sobre todo, en su trayectoria vital. Dos
de ellos, no bautizados, pidieron el bautismo como fruto de la fuerte
experiencia religiosa vivida durante el rodaje. Otros desempolvaron su fe vivida en la infancia. Mientras algunos daban vida a
los milicianos que querían “prohibir” a Dios, ellos “permitieron” que Dios
entrara en sus vidas e iluminara sus zonas oscuras.
Creo que muchas
personas se muestran indiferentes u hostiles a la fe porque no han tenido la
oportunidad de tener una experiencia religiosa serena, más allá de los clichés
o tópicos con que suele presentarse. Cuando se dan unas mínimas condiciones de
búsqueda y humildad, el corazón humano sintoniza con el misterio de Dios porque
está preparado para ello. La experiencia de la película Un Dios prohibido es solo un ejemplo más de la fuerza de la gracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
En este espacio puedes compartir tus opiniones, críticas o sugerencias con toda libertad. No olvides que no estamos en un aula o en un plató de televisión. Este espacio es una tertulia de amigos. Si no tienes ID propio, entra como usuario Anónimo, aunque siempre se agradece saber quién es quién. Si lo deseas, puedes escribir tu nombre al final. Muchas gracias.