Por primera vez
desde que empecé este blog, no me ha
sido posible ser fiel a mi cita diaria en el momento justo. Una agenda apretadísima y dificultades
para la conexión a internet me lo han impedido. Pero, aunque sea con un
poco de retraso, quiero colgar el texto previsto para este día. El pasado jueves 14 de
julio cené con madame Marie Madeleine
Mborantsuo, presidenta del Tribunal Constitucional de Gabón y de la federación
de tribunales constitucionales de África. Los claretianos llevamos la
capellanía católica de la institución “Berthe et Jean” que ella ha fundado en
memoria de sus padres. En un momento de la cena le pregunté si había asistido a
la recepción organizada por la Embajada de Francia con motivo de la fiesta
nacional de ese país. Me dijo que se había excusado ante el embajador porque para ella era más importante
cenar con nosotros y hablar de algunos asuntos relacionados con la institución.
Lo que no podíamos imaginar es que a esa misma hora un fanático, aprovechando una concentración de gente con motivo de la fiesta nacional francesa, había cometido
un salvaje
atentado en Niza con el resultado de 84 muertos y numerosos heridos.
Yo
me enteré al día siguiente por la mañana, horas antes de visitar el Monasterio
de Nuestra Señora de los Ángeles de las Hermanas Clarisas, el único monasterio
contemplativo de Gabón. Situado en la cima de una colina desde la que se divisa
el mar, el monasterio parece un faro que orienta e ilumina a las gentes del valle. La comunidad
la forman una veintena de religiosas de varias nacionalidades, incluyendo dos
francesas. A la oración se unen a veces algunos vecinos, huéspedes o visitantes
ocasionales. Como buenas africanas, las monjas acompañan el canto de los salmos
con instrumentos de percusión y, en ocasiones, con danzas. Mientras cantaba la hora sexta con ellas, me
daba vueltas en la cabeza el atentado de Francia y, en general, el problema de
la violencia terrorista. Después tuve ocasión de hablar sobre ello con un
experto congoleño. Hay un componente de irracionalidad que dificulta cualquier
estrategia. Quizá la más efectiva a largo plazo sea multiplicar los lugares,
como el monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles, en los que personas de
distintas razas, culturas y religiones vivan experiencias en común, demuestren que nuestra condición común de seres humanos está por encima de cualquier diferencia y nos impide la discriminación. Lugares así son laboratorios del tipo de humanidad intercultural que estamos
viviendo cada vez con más intensidad.
Gracias por hacer el esfuerzo de ser fiel a tu cita.
ResponderEliminarGracias por compartir tu reflexión.