Llevamos varios días tan serios que parece que todavía no ha llegado la primavera. Así que hoy vamos a practicar un poco de risoterapia. Por otra parte, en el Capítulo de Portugal hoy es un día de elecciones. Conviene tocar la tecla del humor para que la tensión baje un poco. Aunque estoy metido de lleno en la dinámica del Capítulo, que absorbe de la mañana a la noche, no dejo de seguir la actualidad. Lo que más me duele es lo que está sucediendo con los refugiados. Espero que la próxima visita del papa Francisco a Lesbos el día 15 de este mes ayude a despertar la conciencia. El otro día el cardenal Tagle dijo en Madrid que entendía la postura de la UE, pero que le gustaría "ver países con corazón". Y puso el ejemplo del Líbano: un país con poco más de dos millones de habitantes que ha acogido a un millón de refugiados.
Nunca he tenido mascotas. Así que no sé lo que me pierdo. O lo que gano. Pero, desde luego, nunca se me hubiera ocurrido echarme un bulldog. Ya hay demasiados problemas fuera como para meter más dentro de casa. (Seguro que algún lector -perteneciente a la Liga Mundial de Amigos Insobornables y Defensores Pertinaces de los Bulldogs- dice que estos perros-toro son los animales más pacíficos y simpáticos que existen sobre la faz de la tierra).
Bueno, no necesito pensarlo: me salen espontáneos. No existe ninguna universidad que enseñe Errología, pero todos somos doctores en la materia.
También podría decir -como escribía hace años un compañero mío- que "solo sé que no sé nada, y eso porque lo he leído en un libro".
Como el post de hoy. Buena jornada. Que la fuerza del humor os acompañe.
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