Mientras viajaba ayer desde Madrid hasta aquí me parecía ir al fin del mundo. La huerta de las monjas se ha convertido ahora en un hermoso jardín que nos sirve de espacio polivalente. En él hacemos reuniones de grupos, celebramos la eucaristía vespertina y tenemos tiempos de reflexión personal. Todo respira sencillez, tranquilidad y belleza. La banda sonora la ponen los pájaros que revolotean por el entorno. Hasta aquí han llegado “servidores de Evangelio” desde todos los rincones del mundo. Me sorprende la fluidez con la que todos hablan español, que es la lengua oficial de esta comunidad de consagrados.
Ayer por la tarde presidí la Eucaristía dominical, animada por las representantes de Filipinas. Oramos por el éxito de las elecciones que hoy se celebran en ese país asiático. Me sorprendió la factura de los cantos en inglés y su perfecta ejecución. La pasión por la belleza es uno de los rasgos de los grupos de vida consagrada que están naciendo en las últimas décadas. Antes de la Eucaristía tuvimos un encuentro online con laicos asociados (llamados “servidores”) que compartieron con la asamblea su entusiasmo por la fraternidad y el anuncio misionero. Escuchamos testimonios desde Argentina, Bélgica, España y Portugal.
El tiempo de Pascua nos invita cada año a descubrir y cultivar las semillas de vida que el Espíritu ha plantado por doquier. Es verdad que todos los días nos levantamos con noticias que nos hacen desconfiar del ser humano, pero también es verdad que la vida se abre paso, incluso en situaciones de derrota.
Mientras
escribo a toda prisa estas líneas, sigo escuchando el trino de los pájaros en
el inmenso jardín. Me entra el sol por la ventana. Hoy puede ser un gran día.
Escribes un mensaje muy profundo y necesario: “El tiempo de Pascua nos invita cada año a descubrir y cultivar las semillas de vida que el Espíritu ha plantado por doquier.” Sí, es necesario que sepamos descubrir la acción del Espíritu, presente en nuestras vidas, allá donde estemos… Intentar hacer una lectura positiva de todo lo nuevo que surge… Realmente, Dios no abandona la barca.
ResponderEliminarDisfruta de estos días… El ambiente también acompaña estos encuentros… La naturaleza, exuberante, nos acerca a Dios y nos abre a la vida.
Gracias Gonzalo, por darnos a conocer “otras realidades”.
El Espíritu Santo, es Espíritu de Vida y hace surgir cada dia, una una nueva forma de anunciar el Evangelio; El que vive por siempre y Resucitado nos empuja a ser sus testigos en el hoy de nuestra historia....
ResponderEliminarMuchas gracias, Gonzalo, por tu mirada tan creyente frente a nuestra pequeña comunidad.
ResponderEliminarUna vez GRACIAS por tu presencia tan alentadora en medio de nosotros.
Muchas gracias Gonzalo por tu presencia y por ayydarnos a percibir la fuerza de la Vida que irrumpe en nuestra pequeña comunidad en este momento de la Iglesia y de la historia de la humanidad.
ResponderEliminarMuchas gracias Gonzalo por habernos acompañado en nuestro Belén 2022. Gracias por ser mediación de Dios para nosotros y ayudarnos a encontrar un poco de orden en nuestro desorden. Gracias por tu mirada creyente y esperanza sobre nuestra joven comunidad. Qué Dios bendiga tu servicio a la Iglesia. Rezaré por ti desde Filipinas. Un abrazo!
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